La decisión del presidente de imponer aranceles al acero y aluminio importados de la Unión Europea y otros aliados, presentada como una forma de incentivar la manufactura doméstica y proteger el empleo local, tropezaron enseguida con medidas retaliatorias. Los aranceles impuestos por la Unión Europea entraron en vigor el 22 de junio cumpliendo con la advertencia hecha una semana antes de contestar los aranceles de Trump al acero y aluminio aplicando lo mismo a algunos de los productos más emplemáticos de Estados Unidos. Comenzaron con tres: las motos Harley-Davidson, los jeans de Levi y el bourbon o whisky americano.
En respuesta a los impuestos europeos Harley Davidson – que es mucho más que un ícono para la economía norteamericana – dijo que para morigerar el golpe, trasladará parte de la producción al extranjero, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. Los aranceles que ya pagan las motos exportadas a Europa subieron de 6% a 31%, elevando el costo del modelo promedio en US$ 2.200, dijo un vocero. La compañía no está dispuesta a perder ventas trasladando semejante aumento del costo a las concesionarias y los clientes europeos. Por eso, alegando que se le avecina un alza de costos por nuevos aranceles, Harley-Davidson informó el lunes que comenzará a mudar al extranjero la producción de motocicletas destinadas al mercado europeo y que hasta ahora se producían en fábricas estadounidenses.