Annegret Kramp-Karrenbauer, la candidata preferida de Merkel para sucederla en la presidencia del partido de la Democracia Cristiana Alemana (CDU) ha declarado que la era Merkel está terminada pero promete preservar su legado político. Por la longitud de su nombre, se la conoce como AKK.
Si bien pone el acento en la necesidad de un nuevo comienzo Kramp-Karrenbauer, actualmente secretaria general del CDU, también promete un grado de continuidad con el pasado.
Merkel sorprendió a Alemania la semana pasada al anunciar que se bajará como líder del CDU luego del desastroso resultado para el partido en las elecciones del estado de Hesse. AKK es una entre los 12 candidatos a la presidencia del partido en las elecciones partidarias de Hamburgo en diciembre. Se la ve como la candidata de la continuidad en un momento en que grandes sectores del partido buscan un cambio radical y pregonan un cambio profundo con respecto a la era Merkel. Ha ahí el dilema de AKK: debe enfatizar su lealtad a la canciller pero a la vez sacudirse la imagen de clon de Merkel.
Sus rivales más fuertes son Friedrich Merz, un rival de Merkel que fue líder del Bundestag del CDU y el ministro de salud Jens Spahn. Los dos son conservadores apoyados por todos los que resienten la forma en que Merkel llevó al partido al centro de la política alemana.
Spah es suno de los que más le critican la política de mantener las fronteras abiertas durante la crisis de los refugiados en 2015 y 2016. Merz se retiró de la política en 2009, siete años después de perder una lucha de poder con Merkel, quien lo reemplazó en la presidencia del grupo parlamentario del CDU. Desde entonces toda su actividad se desarrolló en el sector privado.