Llach señala que lejos ha quedado el optimismo del control de la pandemia y sobrevino el pesimismo causado por la invasión de Rusia a Ucrania
Pese al modo de “volatilidad descendente”, pensamos que se está dramatizando demasiado, como lo mostró, en EEUU, la inflación nula en julio con sólo 0,3% de inflación núcleo (sin alimentos ni energía).
“Pensamos que la inflación se reencauzará, aunque gradualmente, y lo más probable es que tendremos una desaceleración de la economía global”, agregó el profesor.
Bajar la inflación y consumir más energías verdes serían el ¿módico? precio de la amenazante crisis global. Por segundo mes consecutivo, como se esperaba, la Reserva Federal subió las tasas 75 puntos básicos, dejándolas entre 2,25 y 2,50 anual, pero habrá más y aún se abre la posibilidad de revisiones quincenales.
Llach concluye, “El contexto global está ayudando, por ahora, a la Argentina, fundamentalmente por el precio de los granos. Lo propio ocurriría con los combustibles si Vaca Muerta estuviera funcionando a full. El nuevo gobierno argentino, con Sergio Massa actuando como primer ministro de hecho, puede ser que evite una profundización de la crisis y eventualmente, logre converger a menores tasas de inflación y a un crecimiento suave de la economía. Para que se cumpla, hay que tener y dar a conocer un programa coherente y con apoyo político, nada más y nada menos, del que hoy se carece marcadamente.”.