<p>Por un lado, Néstor y Cristina Kirchner siguen soslayando la derrota sufrida en el senado, cuyo jefe nato –el vicepresidente Julio Cobos- comienza a presionar sobre la presidente para reabrir el diálogo. Quizá porque no falta mucho para el próximo viaje al exterior y la consiguiente delegación de poderes al vice.</p>
<p>El doble gobierno quiere que, en adelante, los problemas del campo se traten con los gobernadores y las entidades sectoriales de cada provincia. Esto puede ser un arma de doble filo. El desplante de Mauricio Macri a Massa es buen ejemplo,</p>
<p>Por una parte, pierden la Sociedad Rural (cuya representatividad actual es escasa) y Coninagro. Entretanto, la Federación Agraria mantiene poder en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. A su vez, Confederaciones Rurales Argentina (CRA) volverá a ser dominada por su componente clave, Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).</p>
<p>En otro plano, debe consignarse que quedan pocos gobernadores fieles a Cristina K. y casi ninguno a Néstor. El complicado ballet Daniel Scioli-Eduardo Duhalde lo pone en evidencia. Además, las inminentes elecciones en Santiago del Estero probablemente desbanquen a un oficialista en favor de un “coboísta”. Hay regiones, como Cuyo, donde el vicepresidente tiene bastante más apoyo que la presidente (al menos, mientras no tome distancia su esposo).</p>
<p> </p>
Ahora, los Kirchner tratan de dividir a las entidades del campo
Pasando por encima del jefe de gabinete cargo que está desilusionando a Sergio Massa-, la presidente instruyó al titular de agricultura (Carlos Cheppi) para separar temas. O sea, provincializar las negociaciones.