Ahora Gran Bretaña enfrenta su destino

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Un verdadero terremoto. Ganó el no: salir de la Unión Europea, por 52% a 48%. Renunció el Primer Ministro David Cameron y habrá elecciones en octubre. El líder laborista también quedó golpeado. Ahora, con mercados financieros en franca caída, todos miran el calendario del Brexit.

Hoy es un día distinto en todo el mundo, y especialmente en Europa. El voto a favor de abandonar la Unión Europea de parte de los británicos –algo que parecía difícil con las encuestas y acontecimientos de los últimos días- tendrá inmensas consecuencias sobre el comercio, la inmigración, las finanzas, la política y el futuro del mismo bloque europeo.

A favor de permanecer votó la ciudad de Londres, Escocia (62%) e Irlanda del Norte (56%). Pero el norte de Inglaterra, todas las pequeñas ciudades y en especial la gente mayor, votaron “por la independencia”.

¿Cómo sigue el proceso? Habrá movimientos inmediatos, pero todo el proceso de separación –después de medio siglo de anudar vínculos cada vez más intensos y complejos- puede llevar hasta dos años.

En el medio pueden pasar muchas cosas. Escocia anunció que buscará otro referendo para retirarse de la Gran Bretaña y pedir el acceso a EU como país independiente. Cuando se pase la borrachera del triunfo habrá que ver cuánto tiempo aguanta Inglaterra el costo de mantener a Irlanda del Norte, sin ningún apoyo europeo. Es decir, Gran Bretaña puede quedar con Inglaterra y Gales. Un país mucho más chico e insignificante.

Pero en Europa también pueden pasar cosas. Marina Le Pen se frota las manos en Francia, y lo mismo hacen otros grupos en Italia y en Hungría. La misma idea de la Unión Europea puede estar en riesgo de muerte, mientras aumentan su presencia e influencia partidos y grupos de derecha extrema en todo el continente.

La reacción del mercado financiero fue inmediata. La libra esterlina cayó a su nivel más bajo desde 1985 (1 libra igual a US$ 1,33, el día anterior estaba en US$ 1,49). Todas las acciones cayeron estrepitosamente y los bancos de la City pusieron en marcha sus planes de emergencia que incluyen mayor presencia física en Francfurt y París.

Para la City es un verdadero desastre. Millares de empresas, en especial bancos y compañías de seguros, deberán mover buena parte de sus operaciones a alguna base continental “para no perder el pasaporte”. Eso significa millares de empleos perdidos.

Los pronósticos indican que para enero que viene, el país entero estará en recesión.

En otro plano, el voto contra la globalización y a favor del aislacionismo coincide con las posiciones de Donald Trump, el candidato Republicano en Estados Unidos, cuya alicaída campaña de este momento, puede recibir estímulo adicional. Rusia y China están satisfechas con la nueva situación que preanuncia una Europa más débil y complicada.

En el plano externo británico, dos temas conflictivos como Gibraltar y Malvinas, pierden ahora el respaldo de la Unión Europea, y preanuncian nuevas presiones de España y la Argentina para negociar.

Vínculos, políticas y relaciones económicas cuidadosamente elaboradas a lo largo de casi medio siglo se han desvanecido en una noche. Un mal día para Europa, y seguramente para Gran Bretaña.

 

 

 

 

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