Los nuevos controles que acaba de implantar Japón a las importaciones provenientes de Corea del Sur, el país que produce la mayor parte de los hips de memoria del mundo, podrían tener consecuencias que afecten la manufactura electrónica mundial.
Es la última traba en la relación bilateral plagada de agravios que se remontan a la era colonical. La medida llevó a Seúl a decir que está considerando medidas retaliatorias y a los fabricantes de chips ante un inminente peligro de falta de stock.
A partir del jueves 4 de julio, los proveedores japoneses deberán pedir que les aprueben la exportación de químicos para la industria de semiconductores surcoreana. El gobierno de Japón sostiene que el estudio de las exportaciones le podrá llevar aproximadamente unos tres meses. Pero los fabricantes coreanos de chips suelen mantener stock de partes para no más de dos meses.
El impacto de esta medida puede tener repercusiones en el mundo entero. Los fabricantes surcoreanos controlan 70% del mercado global de memorias RAM y 50% de memorias NAND. Samsung es número uno por ingresos en el mercado global de chips y SK Hynix, número tres.
Pero Japón no se detiene allí. Proyecta eliminar a Surcorea de una “lista blanca” de exportadores formada por 27 países amigos. Eso significa que los despachos de productos cn posibles aplicaciones militares van a necesitar la aprobación del gobierno. Ningún otro país había sido eliminado de sa lista hasta ahora.
A modo de explicación para la aplicación de controles Tokio citó el deterioro de la relación con Seúl, aparentemente referida a una vieja disputa sobre compensación que deben empresas japonesas a surcoreanos por trabajo durante la guerra.