(EFE).- Los líderes israelí, Ehud Barak, y palestino, Yaser Arafat, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, llegaron esta noche a un acuerdo para poner fin a la violencia, según fuentes israelíes y estadounidenses.
El acuerdo prevé “ligeras modificaciones en el despliegue de las fuerzas israelíes” cerca de las ciudades palestinas, según fuentes israelíes.
Los palestinos, por su parte, no autorizarán a los manifestantes a acercarse e tres puntos sensibles en Ramala, Naplusa y Netzarim, escenario de violentos enfrentamientos, según la misma fuente.
No hubo acuerdo sobre la exigencia palestina de que una comisión internacional, compuesta por, entre otros, europeos y árabes, investigue la violencia y determine responsabilidades.
De momento, según las fuentes israelíes, la situación será evaluada de forma conjunta por responsables de seguridad israelíes y palestinos con miembros de los servicios secretos (CIA) de Estados Unidos.
Barak, Arafat y Albright fueron al Elíseo para informar al presidente francés y de turno de la Unión Europea, Jacques Chirac, antes de volver a la embajada de Estados Unidos en París para ultimar el texto del pacto, agregaron.
Ninguno de ellos hizo declaraciones tras su reunión con Chirac, a la que también asistió el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El acuerdo será oficialmente firmado mañana en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, donde acudirán los participantes invitados por el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
La cadena de televisión CNN, citando fuentes estadounidenses, había informado inicialmente que el acuerdo preveía un llamamiento al cese de las hostilidades y la retirada de fuerzas a las posiciones anteriores al estallido de los enfrentamientos.
La reunión entre Albright, Arafat y Barak, que duró unas cinco horas, se desarrolló en un clima muy tenso, hasta el punto de que, según fuentes palestinas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) llegó a dar portazo en un momento.
La secretaria norteamericana de Estado consiguió convencerle de que se quedara, agregaron las fuentes.
Mientras las negociaciones se desarrollaban en París, la violencia seguía cobrándose vidas en los territorios palestinos, incluido un niño de nueve años matado por fuego israelí en la franja de Gaza.
Unas 70 personas, en su abrumadora mayoría palestinos, han muerto en los seis días de enfrentamientos, los más graves en cuatro años, que estallaron tras la visita del jefe de la derecha israelí, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén el pasado jueves.
Antes de iniciarse en París las conversaciones mediadas por Estados Unidos, los líderes israelí y palestino se echaron mutuamente la culpa por la ola de violencia, que estalló cuando el proceso de paz estaba ya maltrecho.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina exigió la creación de una comisión internacional, con participación europea y árabe, para investigar la violencia y determinar responsabilidades, y reclamó protección para la población palestina contra la “masacre” israelí.
Por su parte, el primer ministro israelí dijo que la violencia se pararía en cuanto Arafat diera la “orden clara” a sus “milicias y policías para que dejen de disparar”, y limitó la investigación a una reunión de equipos israelíes y palestinos auspiciada por Estados Unidos para ver qué pasó, mejorar la coordinación y tratar de evitar una repetición de los acontecimientos.
(EFE).- Los líderes israelí, Ehud Barak, y palestino, Yaser Arafat, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, llegaron esta noche a un acuerdo para poner fin a la violencia, según fuentes israelíes y estadounidenses.
El acuerdo prevé “ligeras modificaciones en el despliegue de las fuerzas israelíes” cerca de las ciudades palestinas, según fuentes israelíes.
Los palestinos, por su parte, no autorizarán a los manifestantes a acercarse e tres puntos sensibles en Ramala, Naplusa y Netzarim, escenario de violentos enfrentamientos, según la misma fuente.
No hubo acuerdo sobre la exigencia palestina de que una comisión internacional, compuesta por, entre otros, europeos y árabes, investigue la violencia y determine responsabilidades.
De momento, según las fuentes israelíes, la situación será evaluada de forma conjunta por responsables de seguridad israelíes y palestinos con miembros de los servicios secretos (CIA) de Estados Unidos.
Barak, Arafat y Albright fueron al Elíseo para informar al presidente francés y de turno de la Unión Europea, Jacques Chirac, antes de volver a la embajada de Estados Unidos en París para ultimar el texto del pacto, agregaron.
Ninguno de ellos hizo declaraciones tras su reunión con Chirac, a la que también asistió el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El acuerdo será oficialmente firmado mañana en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, donde acudirán los participantes invitados por el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
La cadena de televisión CNN, citando fuentes estadounidenses, había informado inicialmente que el acuerdo preveía un llamamiento al cese de las hostilidades y la retirada de fuerzas a las posiciones anteriores al estallido de los enfrentamientos.
La reunión entre Albright, Arafat y Barak, que duró unas cinco horas, se desarrolló en un clima muy tenso, hasta el punto de que, según fuentes palestinas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) llegó a dar portazo en un momento.
La secretaria norteamericana de Estado consiguió convencerle de que se quedara, agregaron las fuentes.
Mientras las negociaciones se desarrollaban en París, la violencia seguía cobrándose vidas en los territorios palestinos, incluido un niño de nueve años matado por fuego israelí en la franja de Gaza.
Unas 70 personas, en su abrumadora mayoría palestinos, han muerto en los seis días de enfrentamientos, los más graves en cuatro años, que estallaron tras la visita del jefe de la derecha israelí, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén el pasado jueves.
Antes de iniciarse en París las conversaciones mediadas por Estados Unidos, los líderes israelí y palestino se echaron mutuamente la culpa por la ola de violencia, que estalló cuando el proceso de paz estaba ya maltrecho.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina exigió la creación de una comisión internacional, con participación europea y árabe, para investigar la violencia y determinar responsabilidades, y reclamó protección para la población palestina contra la “masacre” israelí.
Por su parte, el primer ministro israelí dijo que la violencia se pararía en cuanto Arafat diera la “orden clara” a sus “milicias y policías para que dejen de disparar”, y limitó la investigación a una reunión de equipos israelíes y palestinos auspiciada por Estados Unidos para ver qué pasó, mejorar la coordinación y tratar de evitar una repetición de los acontecimientos.