Trump lo hizo. Desvinculó a Estados Unidos del Acuerdo de París. El gran argumento ideológico del Presidente y de su círculo, es que la defensa del clima es un argumento falaz de una élite equivalente a 1% de la población del país.
Para que la píldora pasara más suavemente dejó la puerta entornada. EE.UU podría reingresar si se discuten nuevamente las cláusulas del acuerdo y se aceptan condiciones planteadas por Washington.
Hay dos alternativas: o Trump dice esto para demostrar que todavía tiene espíritu negociador aunque no espera nada en esta dirección, o bien ha cometido un grueso error de cálculo. Piensa que el resto del planeta borrará lo acordado para suscribir nuevas condiciones solamente porque se le ocurre a Estados Unidos. Una postura muy pretenciosa como para imponerla a la Unión Europea, a China o a la India, por mencionar solo a los grandes actores.
Es algo parecido a lo que le pasó a Gran Bretaña con el Brexit. La presunción era que tras la partida, se negociaría todo con el resto del bloque y que se obtendrían mejores condiciones. Nada de eso ha ocurrido ni parece probable que acontezca. Al contrario, el temor británico es perder poder y quedar muy aislado.
Además falta por ver cómo reacciona en este particular asunto, el mismo electorado que votó a Trump para ocupar la Casa Blanca. En las encuestas por lo menos, está a favor del acuerdo sobre clima. Ser una de las tres naciones en todo el planeta que se oponen a este acuerdo, no es para dejar feliz a nadie. Los firmantes del convenio son 195 países, de los cuales 147 ya prestaron ratificación formal.
Salir del acuerdo es, además, un desaire a las Naciones Unidas, a los líderes mundiales y a los CEO de muy importantes empresas globales que rogaron a Trump permanecer en el marco del acuerdo. Sin hablar del Papa.
En forma expresa, la minería del carbón y sectores de la industria petrolera estuvieron de acuerdo con la resonante medida.
Sin embargo la tendencia firme hacia el decrecimiento en el uso de combustibles fósiles continúa al margen de las decisiones políticas.