Al revisar ayer el programa griego, el FMI comprobó que el rescate se enfrenta a un déficit de 4.400 millones de euros en 2014 y a otro de 6.500 millones de euros en 2015, e inclusive que la cifra podría ser mayor si sus previsiones económicas son demasiado optimistas o si no se consiguen ingresos por las privatizaciones.
Según la misión del organismo, la cuestión deberá ser tratada por un grupo de ministros de Finanzas de la Unión Europea, quienes evaluarán cómo alcanzar compromisos sobre el agujero de financiación de 2014 en la próxima revisión del rescate, que probablemente no será considerado por el consejo del FMI hasta octubre.
La incertidumbre está dada por el momento en que el año próximo la economía griega tocará fondo y rebotará a partir de ahí gradualmente su producción.
Según el FMI, Grecia necesita una rebaja de su deuda equivalente al 4% de su Producto Interior Bruto para llegar a un ratio de deuda del 124% del PIB para 2020.
Un funcionario de la Unión Europea había dicho la semana pasada que el rescate del país se enfrentaba a un agujero de unos 3.800 millones de euros hasta el final de 2014, como consecuencia de que los bancos centrales de los países de la eurozona rechazaron la compra de nuevos bonos de Grecia tras el vencimiento de los actuales, algo con lo que se contaba cuando se firmó el rescate el año pasado.
Ni la canciller alemana, Angela Merkel, ni el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, prevén una nueva reducción de la deuda de Grecia en el futuro, dijeron sus portavoces en campaña.
Se cree en torno de una nueva reestructuración de la deuda en los próximos 12 meses que una segunda quita significaría que la confianza que se ha construido no se fortalecerá, sino más bien se minará. Aunque de todas formas los mercados de capitales llevan cerrados para Grecia más de tres años.
La deuda griega asciende a alrededor del 165% de su Producto Interior Bruto aun después que llevara a cabo en 2012 una reestructuración por valor de 200.000 millones de euros, lo que redujo a la mitad el valor nominal en manos de acreedores privados.