A 25 años del escándalo ambrosiano, aparecen más cuentas de Calvi

Cientos de millones descubiertos en Bahamas eran de Roberto Calvi, “el banquero de Dios”, colgado por la Mafia bajo un puente en Londres (junio de 1982). A su cómplice Michele Sindona le mandaron a la cárcel un café con sabor a almendras.

14 agosto, 2007

La fortuna del difunto estaba oculta en cuentas numeradas y las ubicó New Scotland Yard. A diferencia del Vaticano o la justicia italiana y suiza, los sabuesos londinenses no sueltan fácilmente la presa. Según revela el “Observer”, ese largo seguimiento –explicable porque la iglesia romana carece de influencia en Gran Bretaña- remite a otro ”banquero de Dios”, el extinto cardenal norteamericano de origen lituano Paul Marcinkus. Pero, como su amigo Karol Wojtyla, se llevó muchos secretos a la tumba, además de la suerte de Juan Pablo I.

Calvi fue ejecutado hace 25 años, bajo el puente de los Blackfriars. O sea dominicos, monjes negros de la Inquisición. Eso era un mensaje de neto corte mafioso y católico. Las pesquisas de NSY contaban con el apoyo de la cancillería (Foreign office), que logró quebrar el tenaz silencio de los bancos “off shore”, cuyo negocio es reinvertir fondos más negros que aquellos monjes. Entretanto, Roma y la Santa sede mantienen la boca cerrada.

Hace un cuarto de siglo, la quiebra fraudulenta de Banco Ambrosiano arrastró al Instituto de obras religiosas (IOR, banca vaticana) y el nexo entre ambos era Marcinkus. Tras la liquidación sumaria de Calvi y Sindona, sólo aparecieron £ 15.000. Pero se sabía que la banda había repartido el botín en diez países y refugios extraterritoriales, auxiliada por Licio Gelli y su logia masónica Propaganda 2, célebre también en Argentina.

La parte del tesoro puesta en Bahamas parecía no subir de € 60 millones o US$ 78 millones. Pero una turbia conversión de dólares, libras, francos suizos y monedas luego absorbidas por el euro dejó afuera alrededor de US$ 667 millones. Entretanto la complejísima ingeniería financiera de BA-IOR no termina de ser desentrañada, en particular porque las ”off shore” ponen todo tipo de trabas, lo mismo que Suiza, Italia, Luxemburgo, Austria, Liechtenstein y el Vaticano.

Calvi fue presidente del Ambrosiano hasta su asesinato, el “suicidio” más raro del momento. Pero un banquero todavía vigente, Giovanni Bazoli (Intesa-SanPaolo-IMI), quedó a cargo en 1982 del “Nuevo banco ambrosiano” y todoa contentos. Con el tiempo, sólo se supo que Calvi había substraído fondos por US$745 millones, entonces más de un billón de liras. Sindona, mientras tanto, fue a prisión por el crac de Franklin bank (una cueva) y el homicidio de Giorgio Ambrosoli. También el cianuro en su café fue disfrazado de suicidio: el increíble informes sostiene que lo confundió con azúcar…

La fortuna del difunto estaba oculta en cuentas numeradas y las ubicó New Scotland Yard. A diferencia del Vaticano o la justicia italiana y suiza, los sabuesos londinenses no sueltan fácilmente la presa. Según revela el “Observer”, ese largo seguimiento –explicable porque la iglesia romana carece de influencia en Gran Bretaña- remite a otro ”banquero de Dios”, el extinto cardenal norteamericano de origen lituano Paul Marcinkus. Pero, como su amigo Karol Wojtyla, se llevó muchos secretos a la tumba, además de la suerte de Juan Pablo I.

Calvi fue ejecutado hace 25 años, bajo el puente de los Blackfriars. O sea dominicos, monjes negros de la Inquisición. Eso era un mensaje de neto corte mafioso y católico. Las pesquisas de NSY contaban con el apoyo de la cancillería (Foreign office), que logró quebrar el tenaz silencio de los bancos “off shore”, cuyo negocio es reinvertir fondos más negros que aquellos monjes. Entretanto, Roma y la Santa sede mantienen la boca cerrada.

Hace un cuarto de siglo, la quiebra fraudulenta de Banco Ambrosiano arrastró al Instituto de obras religiosas (IOR, banca vaticana) y el nexo entre ambos era Marcinkus. Tras la liquidación sumaria de Calvi y Sindona, sólo aparecieron £ 15.000. Pero se sabía que la banda había repartido el botín en diez países y refugios extraterritoriales, auxiliada por Licio Gelli y su logia masónica Propaganda 2, célebre también en Argentina.

La parte del tesoro puesta en Bahamas parecía no subir de € 60 millones o US$ 78 millones. Pero una turbia conversión de dólares, libras, francos suizos y monedas luego absorbidas por el euro dejó afuera alrededor de US$ 667 millones. Entretanto la complejísima ingeniería financiera de BA-IOR no termina de ser desentrañada, en particular porque las ”off shore” ponen todo tipo de trabas, lo mismo que Suiza, Italia, Luxemburgo, Austria, Liechtenstein y el Vaticano.

Calvi fue presidente del Ambrosiano hasta su asesinato, el “suicidio” más raro del momento. Pero un banquero todavía vigente, Giovanni Bazoli (Intesa-SanPaolo-IMI), quedó a cargo en 1982 del “Nuevo banco ambrosiano” y todoa contentos. Con el tiempo, sólo se supo que Calvi había substraído fondos por US$745 millones, entonces más de un billón de liras. Sindona, mientras tanto, fue a prisión por el crac de Franklin bank (una cueva) y el homicidio de Giorgio Ambrosoli. También el cianuro en su café fue disfrazado de suicidio: el increíble informes sostiene que lo confundió con azúcar…

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