jueves, 21 de noviembre de 2024

2021: herencia monetaria y aceleración de la inflación

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El legado monetario del 2020 junto con el paulatino desconfinamiento de la economía, habrán de acentuar las presiones inflacionarias.

Aún en el contexto de una reducción del déficit fiscal como la prevista en el presupuesto nacional 2021. Evitar tasas de inflación superiores al rango del 45% – 50% anual probablemente requiera un desequilibrio fiscal menor.

En un escenario que el IERAL de la Fundación Mediterránea, define como optimista, con un déficit primario de 4,5 % del PIB y para evitar que la inflación supere el 40 % anual en 2021, sería necesario que la demanda de dinero se mantenga tan alta como en 2020 y la autoridad monetaria sea capaz de llevar el stock de sus pasivos remunerados desde el 42% del total de los depósitos al 52% en 2021. El problema está en que una suba tan marcada del stock de Leliq y pases sería una fuente de inestabilidad.

Un escenario alternativo y más conservador sería asumir que la demanda de dinero desciende en forma gradual y se ubica en un punto intermedio entre el 2020 y el 2019. En este contexto, el excedente de pesos aumentaría y la inflación pasaría a estar en el rango del 45% – 50% anual.

Para que la autoridad monetaria evite escenarios de demasiada inestabilidad, sería necesario que el Tesoro Nacional realice un mayor ajuste en sus cuentas fiscales o, alternativamente, avance hacia mayores posibilidades de financiamiento en el mercado o con organismos internacionales. Si el gobierno redujera su déficit fiscal primario a niveles cercanos al 3% del PBI, la tasa de inflación del rango 45% – 50% anual resultaría compatible con mantener prácticamente constante el stock de Pasivos Remunerados del Central, que pasaría del 42% de los depósitos en 2020 al 43% en 2021.

La recaudación de impuestos asociada al mercado interno se recupera de modo gradual, pero permanece en terreno negativo (interanual, en términos reales).

En noviembre, la recaudación impositiva asociada al mercado interno registró un aumento en términos nominales de 31,9% interanual, lo que implica una caída en términos reales de 3,2%. Sin embargo, si se corrige por el cambio en la alícuota de IVA en alimentos entre ambos períodos, la merma en términos reales se ubica en 7,0%.

Los ingresos nacionales, que comprenden a los impuestos destinados a la Administración Nacional y al Sistema de Seguridad Social, registraron en noviembre una suba en términos nominales de 26%, luego de un 40% en septiembre y un 35% en octubre. Por su parte, los recursos de coparticipación a provincias aumentaron un 59% interanual en noviembre.

La participación de los derechos de exportación en el consolidado de los recursos destinados a la Administración Nacional y al Sistema de Seguridad Social fue de 10,2% en noviembre, un guarismo que se encuentra 6,9 puntos porcentuales por debajo de lo registrado un año atrás.

 

 

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