El 4 de junio, SpaceX efectuó el lanzamiento de 27 satélites Starlink desde la base Vandenberg Space Force en California. La misión Starlink 11-22 despegó a las 19:40 EDT (16:40 PDT) a bordo de un cohete Falcon 9, con destino a la órbita terrestre baja (LEO). Este operativo forma parte de la estrategia de la compañía para acelerar la colocación de satélites durante 2025.
El cohete Falcon 9 empleó el propulsor B1063, que completó su vuelo número 26, acercándose al récord del propulsor B1067, con 28 vuelos. Para la constelación Starlink, este fue el vuelo número 18 con este mismo propulsor. Tras la separación de los satélites, el primer estadio del Falcon 9 aterrizó exitosamente sobre la nave no tripulada “Of Course I Still Love You”, ubicada en el Océano Pacífico, demostrando la continuidad en la reutilización de etapas.
Características del lanzamiento y despliegue
Según informó Space.com, los nueve motores Merlin del cohete se apagaron a los 2,5 minutos de vuelo, cuando la segunda etapa continuó el ascenso orbital. Cerca de una hora después, los 27 satélites Starlink fueron desplegados y comenzaron a utilizar su propulsión interna para alcanzar sus posiciones definitivas dentro de la megaconstelación.
SpaceX opera actualmente más de 7.600 satélites en esta red. Starlink busca crear una infraestructura orbital para transmitir datos sin depender de redes terrestres, facilitando acceso a internet de alta velocidad en zonas aisladas o con dificultades para conectarse por métodos tradicionales. La cobertura alcanza prácticamente todo el planeta, excepto las regiones polares.
Este lanzamiento fue el vuelo número 68 del Falcon 9 en 2025 y la misión número 71 de SpaceX en el año, incluyendo tres pruebas de la nave Starship. La alta frecuencia de lanzamientos refleja la visión para operaciones orbitales escalables y económicas.
Reutilización y eficiencia operativa
Cada misión no solo incrementa la capacidad de la red Starlink, sino que también valida el modelo de reutilización que sostiene el programa Falcon 9. El uso reiterado del propulsor B1063 «refuerza la capacidad de reutilización que SpaceX está desarrollando», según comunicó la empresa. Esta característica es clave para reducir costos y mejorar la sostenibilidad de las operaciones espaciales.
La reutilización de etapas implica recuperar el primer estadio tras su misión para futuros vuelos, optimizando recursos y tiempos. La nave no tripulada que sirve de plataforma de aterrizaje en el Océano Pacífico permite realizar este proceso con alta tasa de éxito.