Rocket Lab informó resultados del segundo trimestre de 2025 con ingresos por US$144,5 millones, por encima de su propia guía y del consenso de mercado, y con una expansión de 650 puntos básicos en márgenes brutos respecto de un año atrás. El resultado neto fue negativo en US$ 0,13 por acción (GAAP), con mejora operativa versus trimestres previos. Para el tercer trimestre anticipa ventas entre US$145 y US$155 millones y un Ebitda ajustado negativo de US$21–23 millones, en línea con una senda de reducción de pérdidas.
El detalle operativo muestra la lógica del “doble motor” de Rocket Lab: servicios de lanzamiento y productos de sistemas espaciales (satélites, componentes y plataformas). En el trimestre, los ingresos por productos alcanzaron US$92,7 millones y los servicios sumaron US$51,8 millones. La empresa subrayó cinco misiones Electron completadas en el período y el avance del cohete Neutron, cuyo complejo de lanzamiento (LC-3) quedará habilitado en el tercer trimestre.
Peter Beck, fundador y CEO, describió el trimestre como “otro récord de ingresos” asociado a “fuerte ejecución” y destacó el progreso en M&A con la adquisición de GEOST —un proveedor de cargas útiles para misiones de defensa— por US$275 millones, operación que apuntala la nueva unidad de Payloads y alinea a Rocket Lab con iniciativas como Golden Dome. La compañía también pasó a producción en su contrato de US$515 millones para la Agencia de Desarrollo Espacial (SDA) de EE.UU. (Tramo 2, capa de transporte).
Desde la perspectiva de mercado, Electron se consolidó como el segundo cohete estadounidense más lanzado por año desde 2019 y completó 16 despegues en 2024, un incremento del 60% frente a 2023. Este liderazgo en el nicho de lanzadores livianos (dedicados para smallsats) le permite atender ventanas de lanzamiento flexibles para clientes comerciales y gubernamentales, mientras desarrolla Neutron, un vector reutilizable de carga media pensado para despliegue de constelaciones.
El desempeño financiero fue bien recibido por analistas. Barron’s destacó que las ventas superaron la guía y que el backlog se mantiene próximo a US$1.000 millones; además, registró que el 69% de los analistas califica la acción como Compra y que Cantor Fitzgerald elevó el precio objetivo a US$54, con catalizadores en la primera campaña de Neutron y la captura de contratos de la SDA.
Investor’s Business Daily remarcó que, pese a una pérdida por acción superior a la esperada, los ingresos crecieron 36% y la guía del tercer trimestre (US$145–155 millones) superó proyecciones, lo que explica la resiliencia de la acción tras el informe. Seeking Alpha sintetizó el mismo cuadro: miss en EPS GAAP (-US$0,13, -US$0,02 vs. consenso) y beat de US$9 millones en ventas.
El posicionamiento competitivo de Rocket Lab se apoya en tres pilares. Primero, frecuencia y confiabilidad en el rango liviano con Electron, en un mercado donde EE.UU. concentró cerca del 60% de los lanzamientos globales en 2024 y los privados superaron el 70%, según BryceTech. Segundo, integración vertical en sistemas espaciales (satélites, plataformas Photon y componentes), que estabiliza ingresos frente a la ciclicidad de los lanzamientos. Tercero, el salto de escala que promete Neutron, diseñado para cargas medianas y reutilización, con potencial de competir por misiones de constelaciones y seguridad nacional.
En términos de gobierno corporativo y narrativa de mercado, Beck enfatizó la “ejecución estable” de la compañía en contraste con la volatilidad del sector, un punto que algunos medios interpretan como ventaja reputacional frente a rivales de mayor escala. La tesis para inversores, según Barron’s, pivota sobre la materialización de Neutron y la profundización de contratos del ecosistema de defensa estadounidense.
Mirando adelante, la hoja de ruta combina: (i) mantener el ritmo de lanzamientos de Electron para clientes comerciales y gubernamentales; (ii) habilitar LC‑3 y completar hitos de calificación de Neutron; y (iii) expandir márgenes en sistemas espaciales con entregas a la SDA y la integración de GEOST. La guía del tercer trimestre sugiere continuidad del crecimiento, con disciplina en gastos operativos y una reducción paulatina de pérdidas, consistente con el objetivo explícito de converger a rentabilidad.
Para un segmento donde la escala y la confiabilidad definen el costo por kilogramo, Rocket Lab sostiene una estrategia pragmática: capturar valor hoy en el nicho de lanzadores livianos y en sistemas satelitales, mientras construye la capacidad de carga media reutilizable para competir por misiones de mayor presupuesto. Si la empresa cumple hitos técnicos y mantiene la ejecución comercial, el perfil riesgo‑retorno seguirá apoyado por una base de contratos diversificada y por la demanda estructural de despliegue y reposición de constelaciones.












