Rocket Lab completó dos lanzamientos orbitales consecutivos con su vehículo liviano Electron desde el complejo LC-1, en Mahía (Nueva Zelanda), con menos de 48 horas de diferencia entre ambos despegues. La maniobra, sin precedentes en la historia del sitio, confirma la madurez operativa de la compañía y su capacidad para sostener un ritmo acelerado de misiones orientadas a cargas específicas.
Cuatro lanzamientos en un solo mes
El primer vuelo, denominado “Get The Hawk Outta Here”, tuvo lugar el 26 de junio y colocó en órbita cuatro satélites de la empresa estadounidense HawkEye 360, especializada en inteligencia de señales de radiofrecuencia para usos comerciales y de defensa.
El segundo lanzamiento, “Symphony In The Stars”, despegó el 28 de junio a las 03:08 ET, en cumplimiento de un contrato firmado apenas cuatro meses atrás. Se trata de una misión confidencial, cuyo cliente y carga útil no fueron informados. Sin embargo, la empresa anticipó que un nuevo vuelo para el mismo cliente está previsto antes de fin de año.
Ambas operaciones se realizaron desde el mismo sitio de lanzamiento, con un intervalo menor a las 48 horas, lo que constituyó una marca inédita para Rocket Lab y para el espacioport de Mahía.
Cadencia sostenida y eficiencia logística
Con estos dos vuelos, la compañía fundada por Peter Beck acumula cuatro misiones exitosas en junio y diez en lo que va del año. La tasa de éxito en 2025 es del 100 %. A la luz de estos resultados, Rocket Lab estima que podrá superar las 20 misiones anuales de Electron, su cohete insignia para lanzamientos livianos.
“Electron continúa demostrando ser el estándar de oro para el acceso espacial confiable y ágil para satélites pequeños”, declaró Beck tras el segundo lanzamiento.
A diferencia de otros vehículos que dependen de ciclos prolongados de reacondicionamiento o ventanas compartidas con múltiples clientes, Electron permite misiones dedicadas con tiempos de preparación mínimos. Esta flexibilidad ha convertido a Rocket Lab en proveedor de referencia para operadores comerciales de constelaciones, empresas de observación terrestre e instituciones gubernamentales con requerimientos de despliegue urgente.
Perspectiva estratégica
Los dos lanzamientos consecutivos no solo evidencian eficiencia técnica, sino también dominio logístico. El complejo LC-1, ubicado en la costa este neozelandesa, operó de manera continua en un margen temporal estrecho, sin incidencias reportadas.
Este desempeño cobra relevancia en un contexto de creciente competencia en el segmento de lanzadores livianos, donde actores emergentes buscan replicar el modelo de cadencia, confiabilidad y respuesta rápida que Rocket Lab ya ha probado.
La compañía, además, avanza en el desarrollo de su cohete mediano Neutron, destinado a misiones de mayor porte, y en el despliegue de buses satelitales Photon para misiones científicas y comerciales.