Reditus Space dio un paso importante en la carrera por usar el espacio como lugar de producción. La compañía anunció una ronda semilla de US$ 7,1 millones para construir y lanzar ENOS, un pequeño satélite reutilizable pensado para realizar experimentos y fabricar productos en órbita, y luego traerlos de regreso a la Tierra.
Según comunicó la empresa, el primer vuelo de ENOS está previsto para el verano boreal de 2026, como carga secundaria en un cohete Falcon 9 de SpaceX. La misión llevará a bordo una carga de investigación farmacéutica durante unas semanas, antes de reingresar y amerizar frente a la costa de Florida, donde será recuperada para un nuevo uso.
Qué hace la empresa
Reditus Space se presenta como una compañía de manufactura en órbita. Su propuesta es ofrecer “microgravedad como servicio”: espacio dentro de su vehículo para que otras empresas realicen experimentos o procesos productivos en un entorno sin gravedad.
La microgravedad permite que los líquidos y los materiales se comporten de forma distinta que en la Tierra. No hay sedimentación ni convección, por lo que es posible obtener cristales más puros, mezclar sustancias de manera más homogénea y producir materiales con propiedades difíciles de lograr en un laboratorio tradicional. Esto interesa a la industria farmacéutica, a los fabricantes de óptica avanzada y a sectores vinculados a semiconductores y nuevos materiales.
Hasta ahora, buena parte de esta actividad se concentraba en la Estación Espacial Internacional. El problema es que el tiempo, el espacio y los recursos disponibles allí son limitados, y los ciclos de vuelo y retorno de muestras no son tan frecuentes como exigiría una producción de escala industrial.
Un modelo basado en la reutilización
La apuesta de Reditus es ofrecer una alternativa más flexible y repetible. ENOS está pensado como un vehículo reutilizable: puede subir a órbita con distintos clientes, permanecer allí el tiempo necesario y luego regresar con las cargas terminadas o las muestras de los experimentos.
La compañía sostiene que la reutilización es la única forma de hacer que este negocio sea económicamente viable. Si cada vehículo fuera descartable, el costo por vuelo sería demasiado alto para construir un mercado estable. Con un sistema que pueda volar muchas veces, la empresa busca reducir el costo por misión y acercarse a un esquema de “línea regular” de espacio a Tierra.
Otra pieza clave es la capacidad de retorno, conocida en la jerga como downmass: no se trata solo de enviar cargas al espacio, sino de traerlas de vuelta en buenas condiciones y en plazos cortos. Reditus quiere ofrecer ventanas de ida y vuelta en cuestión de semanas, algo que las empresas farmacéuticas y de materiales necesitan para integrar estos procesos en su cadena de valor.
Quiénes están detrás
Reditus Space fue fundada en 2024 y pasó por la cohorte W25 de la aceleradora Y Combinator. Sus fundadores, Stef Crum y Will Sherman, son ingenieros aeroespaciales formados en el Instituto de Tecnología de Georgia, con experiencia previa en proyectos vinculados a satélites y sistemas de reentrada.
La compañía tiene sede en Atlanta y mantiene un equipo reducido, de perfil técnico. Antes de esta ronda ya había recibido capital de Y Combinator y del fondo Antler. El nuevo financiamiento permitirá completar el desarrollo de ENOS, avanzar en pruebas de calificación y asegurar el primer lugar en un lanzamiento comercial.
En el frente tecnológico, Reditus firmó un acuerdo con la neozelandesa Dawn Aerospace para incorporar sistemas de propulsión “verdes” en su plataforma. Estos motores, también reutilizables, apuntan a reducir costos operativos y el impacto ambiental de las misiones.
Un mercado emergente de fábricas espaciales
Reditus no está sola en este mercado. La británica Space Forge trabaja en satélites de retorno para manufactura en órbita. Varda Space, en Estados Unidos, y The Exploration Company, en Europa, también desarrollan cápsulas de reentrada para producir materiales avanzados y medicamentos en el espacio.
La propuesta de Reditus se diferencia por su énfasis en la reutilización frecuente y en ofrecer una “infraestructura” de servicio a terceros más que misiones puntuales. La empresa busca convertirse en un proveedor estable para clientes industriales, de forma similar a lo que ya ocurrió en el negocio de lanzadores con la llegada de los cohetes reutilizables.
El contexto también la favorece. El retiro de la Estación Espacial Internacional y el desarrollo de estaciones comerciales en órbita baja abren espacio para nuevos actores. Si ENOS demuestra que puede volar, reingresar y reutilizarse con seguridad, Reditus Space podría ganar un lugar relevante en la próxima fase de la economía del espacio: aquella en la que no solo se llega al espacio, sino que se produce valor agregado allí y se lo trae de regreso a la Tierra.












