La reciente videollamada realizada por China Satellite Network Group —presentada como la primera conexión directa entre un teléfono 5G y un satélite en órbita baja— volvió a poner en primer plano una sigla que será decisiva en la próxima década: NTN (Non-Terrestrial Networks). Esta tecnología, incorporada oficialmente al estándar 3GPP Release 17, redefine la arquitectura de las telecomunicaciones al extender la red móvil más allá de la superficie terrestre.
Qué es una red NTN
Las redes no terrestres son un complemento de las redes móviles tradicionales. En lugar de depender únicamente de antenas y estaciones base, utilizan satélites de órbita baja (LEO), media (MEO) o geoestacionaria (GEO) para conectar directamente dispositivos —teléfonos, sensores o terminales IoT— a la red 5G.
El principio es simple pero revolucionario: eliminar las zonas sin cobertura. Al hacerlo, el sistema extiende el alcance de la conectividad a regiones rurales, marítimas o en tránsito aéreo, donde el despliegue de infraestructura convencional es limitado o económicamente inviable.
Un cambio estructural para el ecosistema 5G
La incorporación del NTN al estándar 3GPP supuso un punto de inflexión para los operadores y fabricantes. A partir de Release 17, la red 5G no es exclusivamente terrestre; se convierte en un entorno híbrido donde las señales pueden transmitirse indistintamente por antenas o satélites.
Esta convergencia obliga a repensar toda la cadena de valor del sector: desde la planificación del espectro y los acuerdos de roaming, hasta el diseño de chips, módems y terminales capaces de alternar entre ambos entornos sin interrupciones perceptibles para el usuario.
En términos prácticos, el NTN ofrece un tipo de cobertura seamless (sin cortes), lo que puede resultar crítico para industrias que dependen de comunicaciones continuas: transporte, energía, defensa, agricultura o gestión de emergencias.
Impacto económico y geopolítico
El alcance global del NTN puede modificar la geografía económica de la conectividad. Según datos del GSMA, más de un tercio de la población mundial aún carece de acceso confiable a Internet móvil. Las redes no terrestres podrían reducir significativamente esa brecha, habilitando nuevos mercados en África, América Latina y Asia Pacífico.
A nivel geopolítico, el desarrollo de esta tecnología se ha convertido en una prioridad estratégica. China, con su constelación Guowang (más de 13 000 satélites proyectados), busca consolidar autonomía tecnológica frente a los sistemas de Estados Unidos y Europa, como Starlink o AST SpaceMobile. En paralelo, la Unión Europea y Japón impulsan programas propios para integrar el 5G NTN en sus redes nacionales.
El interés no es solo comercial: quien controle las infraestructuras NTN controlará una parte esencial del flujo mundial de datos.
Desafíos pendientes
A pesar de sus ventajas, la adopción masiva del NTN enfrenta barreras técnicas y regulatorias. La latencia de los enlaces satelitales, la asignación de espectro, las interferencias y la interoperabilidad entre constelaciones son aspectos aún en evaluación.
Además, los fabricantes de dispositivos deben incorporar antenas y módems compatibles sin elevar los costos finales de los equipos. Actualmente, compañías como MediaTek, Qualcomm y Samsung trabajan en soluciones integradas que permitan a los teléfonos alternar automáticamente entre red terrestre y satelital.
Otro punto crítico es la gobernanza internacional del espacio: el aumento de satélites LEO plantea riesgos de congestión orbital y de sostenibilidad a largo plazo. Los organismos regulatorios deberán definir estándares comunes para evitar superposición de frecuencias y garantizar la seguridad operativa.
Por qué el NTN importa
Más allá de las demostraciones tecnológicas, la relevancia del NTN reside en su potencial para democratizar el acceso a la conectividad. Representa la posibilidad de un servicio móvil universal, independiente de la geografía o de la densidad poblacional.
En países con vastos territorios o infraestructura limitada, su impacto puede ser transformador: posibilita telemedicina en áreas rurales, educación a distancia, monitoreo ambiental y respuesta inmediata ante catástrofes naturales.
En el plano empresarial, abre un mercado multimillonario para operadores, fabricantes y startups de la llamada economía espacial, un sector que la consultora PwC estima superará los US$ 1,8 billones en 2035.
Una red sin fronteras
La tecnología NTN redefine el concepto de conectividad: de una red fragmentada por límites físicos a una red continua, planetaria y resiliente.
El experimento chino es apenas la primera señal visible de ese cambio estructural. Cuando las redes no terrestres se integren plenamente al ecosistema 5G, la cobertura global dejará de ser una aspiración para convertirse en una realidad tecnológica.
El desafío, desde ahora, será garantizar que esa nueva red sin fronteras se traduzca también en una conectividad sin exclusiones.













