martes, 16 de diciembre de 2025

Firefly Aerospace: del rescate empresarial al respaldo del espacio

El debut bursátil de Firefly Aerospace marca un hito en el sector aeroespacial, con una historia de insolvencia superada, expansión tecnológica y respaldo institucional que lo posiciona como uno de los protagonistas en una nueva ola de compañías espaciales cotizadas.

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Firefly Aerospace nace de la reorganización del deteriorado proyecto Firefly Space Systems, fundado en 2014 por Tom Markusic, P.J. King y Michael Blum como un emprendimiento autofinanciado con el propósito de ofrecer lanzamientos de pequeños satélites desde una base en Texas. Tras litigar con Virgin Galactic por presunta apropiación indebida de propiedad intelectual, la empresa se declaró en quiebra en 2016 y fue liquidada  .

En 2017 resurgió mediante la adquisición de sus activos por parte de Noosphere Ventures, bajo el nombre de Firefly Aerospace. El abandono de conceptos aerospike dio paso a motores turbopump menos complejos y un plan renovado orientado al mercado comercial y gubernamental  .

Tecnología, contratos y crecimiento

La empresa desarrolla vehículos de lanzamiento pequeños y medianos para órbitas, además del módulo lunar Blue Ghost, que logró aterrizar con éxito en la Luna en marzo de 2025 bajo el programa CLPS de la NASA  . Mantiene un backlog cercano a US$ 1.100 millones, casi el doble del registrado en 2023, y más de 30 misiones contratadas, incluyendo una por US$ 176,7 millones para llegar al polo sur lunar  .

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Paralelamente, impulsa el desarrollo del cohete Eclipse, un vehículo medianamente reutilizable diseñado en colaboración con Northrop Grumman, capaz de transportar cerca de 16.000 kg a órbita baja, cuyo primer lanzamiento se espera para 2026  .

Contexto del mercado y percepción de analistas

El IPO se realizó rápidamente y con éxito. En agosto de 2025, la oferta pública se cerró con cerca de 19,3 millones de acciones a US$ 45 cada una, tras haber elevado el rango estimado por el fuerte interés de los inversionistas. La colocación captó aproximadamente US$ 868 millones, valuando a la firma en más de US$ 6.300 millones  .

En su debut en Nasdaq bajo el ticker FLY, las acciones subieron hasta US$ 70, un 55 % por encima del precio de oferta, y cerraron el primer día en US$ 60, reflejando una ganancia del 34 %  . La capitalización alcanzó los US$ 9.800 millones en el pico intradía  .

Samuel Kerr, jefe de Equity Capital Markets en Mergermarket, advirtió sobre la volatilidad típica de los primeros días post-IPO:

“Large pops and drops show an elevated level of short‑term money trading around IPOs”  .

Kirk Konert, vicepresidente ejecutivo de AE Industrial Partners —principal inversionista vigente—, sostuvo que el IPO representa un punto decisivo para toda la industria, y que refleja que los fondos institucionales están dispuestos a apostar por el sector espacial y de defensa  .

El lanzamiento público de Firefly Aerospace representa una transformación notable: de estar al borde del colapso, pasó a convertirse en una compañía clave del emergente sector espacial comercial. Su cartera de tecnología, respaldada por contratos con la NASA, la Fuerza Espacial de EE.UU. y aliados como Lockheed Martin y Northrop Grumman, apuntala su relevancia. El IPO llenó de expectativas al mercado, aunque ya se percepta volatilidad a corto plazo. Aun así, su narrativa de ejecución tecnológica y expansión infraestructural lo posiciona como una referencia en NewSpace.

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