Tanto el cohete Long March 12A (versión reutilizable del Long March 12) como el Zhuque‑3, desarrollado por la empresa comercial LandSpace, podrían protagonizar sus vuelos inaugurales en lo que resta del año . Este avance representa un hito inédito en el desarrollo orbital de cohetes fabricados en China.
Long March 12A: adaptación nacional a la reutilización
El Long March 12, un lanzador de mediano porte, realizó su vuelo inaugural el 30 de noviembre de 2024 desde el sitio de lanzamiento comercial en Hainan, con éxito completo. Su versión A, destinada a incorporar la recuperación vertical de la primera etapa (VTVL, por sus siglas en inglés), ha estado en pruebas activas desde 2025. Se destaca un ensayo VTVL que alcanzó los 75 kilómetros de altitud el 19 de enero de 2025, aunque no se han difundido resultados concluyentes.
En tanto, en agosto de 2025, el Shanghai Academy of Spaceflight Technology (SAST) realizó una prueba de encendido estático de la etapa superior del Long March 12A en el Haiyang Oriental Spaceport . Una fuente de SpaceNews confirma que este proyecto encabeza el esfuerzo del país por validar tecnologías de reutilización orbital.
Zhuque-3 y LandSpace: un cohete reutilizable, de origen privado
Paralelamente, LandSpace, fundada en 2015, se posiciona como el actor pionero entre las empresas privadas chinas del sector aeroespacial . Su cohete Zhuque‑2, impulsado por metano‑oxígeno líquido, alcanzó la órbita con éxito en julio de 2023, marcándose como el primer lanzador con esta combinación de propelentes en lograr dicho hito.
La evolución hacia la reutilización orbital se materializa en el Zhuque‑3, un vehículo más ambicioso. Este cohete, fabricado en acero inoxidable, cuenta con nueve motores Tianque‑12A/B y primeras etapas diseñadas para aterrizaje vertical, con capacidad estimada de recuperación por hasta veinte usos.
LandSpace ha realizado múltiples pruebas: un ensayo VTVL en enero de 2024 alcanzó 350 metros (precisión de aterrizaje de 2,4 m), y otro en septiembre del mismo año llegó a los 10 km con sucesión de corte y reinicio de motores, control de actitud a través de gas frío y flaps, y un aterrizaje estimado a 1,7 m del centro del blanco . En junio de 2025, se efectuó un encendido estático en sitio de lanzamiento con los nueve motores, generando aproximadamente 769 toneladas de empuje durante 45 segundos, considerado un éxito clave para acelerar el vuelo inaugural.
El lanzamiento orbital de Zhuque‑3 se proyecta para el cuarto trimestre de 2025, con la expectativa de realizar la recuperación de su primera etapa dentro del mismo año . El plan incluye también transportar una nave de carga reutilizable —el “Haolong”, desarrollada por AVIC—, como parte de su lógica operacional.
Una mirada estratégica comparativa
Aunque estos avances son significativos, China aún se ubica varios años detrás de SpaceX, que ya lleva acumuladas más de 300 misiones exitosas reutilizando cohetes . La reutilización exitosa va más allá del simple aterrizaje de la etapa; implica cadenas de operación terrestre, optimización en fabricación, ciclos de recuperación, análisis de costos y modelos de negocio sólidos, áreas donde SpaceX mantiene ventaja.
Adicionalmente, la industria espacial china enfrenta limitaciones normativas más estrictas, una integración más alta entre sector estatal y empresas privadas, y aún está desarrollando un ecosistema completo de proveedores e infraestructura comercial, aspectos que complejizan su transición en auténtico modelo reutilizable.
Conclusión
China está en el umbral de inaugurar una nueva etapa en su programa espacial: el despliegue de cohetes orbitales con etapas reutilizables, emprendido tanto por el consorcio estatal (Long March 12A) como por plataformas emergentes comerciales (Zhuque-3 de LandSpace). Aunque el país avanza a buen ritmo, continúa por detrás del líder estadounidense en experiencia y ecosistema integral. De concretarse los vuelos de recuperación orbital en 2025, China añadirá un capítulo relevante en su estrategia de expansión en el espacio, con repercusiones en competitividad, costos y autonomía tecnológica.












