En mayo, la FCC inició una investigación para determinar si EchoStar estaba cumpliendo con ciertas obligaciones vinculadas a sus derechos sobre espectro inalámbrico y satelital. Como respuesta, la compañía comenzó a incumplir pagos de cupones de bonos y evalúa la posibilidad de declararse en bancarrota. EchoStar afirmó que las amenazas de la FCC «han congelado efectivamente nuestra capacidad para tomar decisiones» respecto al desarrollo de su red 5G.
Tras varios intentos fallidos de comunicarse directamente con Carr, el presidente de EchoStar, Charlie Ergen, logró reunirse con el funcionario la semana pasada en la sede de la FCC en Washington, según fuentes cercanas a las negociaciones. En ese encuentro, Carr le manifestó a Ergen que EchoStar debe comenzar a vender algunas de sus licencias de espectro, advirtiendo que, de no hacerlo, la empresa corre el riesgo de perderlas.
Luego Ergen se reunió con Trump en la Casa Blanca para exponer su posición. Según las fuentes, el presidente expresó su deseo de evitar la quiebra de una empresa estadounidense importante, ya que esto generaría incertidumbre para otros negocios. Durante la conversación, Trump llamó por teléfono a Carr, quien acudió al Despacho Oval y se sumó a la reunión.
En el diálogo también se abordaron brevemente las donaciones políticas de Ergen y si este había contribuido tanto a candidatos republicanos como demócratas. Además, Trump contactó a Chris Ruddy, fundador de Newsmax Inc., para consultar si el servicio de televisión satelital DISH de EchoStar transmitía medios conservadores como el suyo. Ruddy declaró: «Newsmax ha tenido una relación muy positiva con la red DISH y agradecemos que nos den la posibilidad de llegar a sus suscriptores con voces diversas, incluida la nuestra».
La reunión concluyó con el presidente alentando a Carr y Ergen a colaborar y alcanzar algún tipo de acuerdo, según indicaron las fuentes. EchoStar declinó hacer comentarios, mientras que Carr y representantes de la FCC no respondieron a múltiples solicitudes de declaraciones. La Casa Blanca tampoco respondió de inmediato a pedidos de información sobre los detalles del encuentro.
Inicialmente, la FCC apoyó la ambición de EchoStar de convertirse en el cuarto operador nacional inalámbrico, utilizando tecnología innovadora que permite a más empresas participar en la construcción de la red. Sin embargo, en una carta enviada a Ergen el mes pasado, Carr cuestionó si EchoStar ha utilizado adecuadamente sus licencias de espectro, incluyendo una porción del espectro muy codiciada por la empresa de comunicaciones satelitales SpaceX, propiedad de Elon Musk.
EchoStar es propietaria de la marca de televisión paga Dish Network y del servicio inalámbrico Boost Mobile. La compañía ha invertido miles de millones de dólares y varios años en intentar construir una red de comunicaciones nacional para competir con AT&T, Verizon y T-Mobile. No obstante, Carr ha señalado que EchoStar avanza demasiado lento y no cumple con los objetivos acordados en cuanto a cobertura, lo que ha llevado a una situación de «acaparamiento de espectro», es decir, porciones del espectro sin uso efectivo.
La empresa Starlink, de SpaceX, ha señalado públicamente lo que considera un desperdicio de ancho de banda por parte de EchoStar para justificar la necesidad de una acción regulatoria.
En el peor escenario para EchoStar, la FCC podría determinar que la empresa no ha cumplido con sus obligaciones y recuperar al menos parte de sus licencias de espectro. Nathan Simington, excomisionado republicano de la FCC, quien recientemente dejó la agencia, escribió en un artículo de opinión que Carr debería abandonar las investigaciones.
La mediación impulsada por Trump busca evitar un desenlace que podría afectar la estabilidad del sector y la competencia en el mercado de telecomunicaciones estadounidense.












