La industria del tabaco recibió un shock este mes cuando supo que la ciudad de San Francisco propone que se prohíba la venta de cigarrillos electrónicos. Otras ciudades podrían seguir el ejemplo.
El cigarrillo electrónico es una industria floreciente porque es considerado mucho menos dañino que el de tabaco. Las organizaciones reguladoras consideran que “vapear” (aspirar vapor) es 95% más seguro que fumar.
Pero lo que pasó, especialmente en Estados Unidos, es que lo adoptaron los adolescentes como moda. La quinta parte de todos los estudiantes secundarios estadounidenses, dice el diario Times citando un estudio, lo usa. Eso significa 3,6 millones de adolescentes entre 13 y 18 años, un número que creció 30% entre 2017 y 2018.
El aumento se atribuye al fenomenal éxito del Juul, un cigarrillo electrónico diferente de todos los anteriores que se popularizó en 2017 llegando a tener 72% del mercado en octubre de 2018.
La comuna de San Francisco define la nueva moda como “epidemia” y se propone prohibir el uso de cualquier cigarrillo electrónico que no haya sido revisado por la Food and Drug Administration. Esto quiere decir todos, porque la FDA los ha eximido de revisión pre-mercado hasta 2022.
Juul Labs ha dicho que esta decisión afectará también el uso del productos entre los adultos. Pero la preocupación la comparten todos los fabricantes de e-cigarrillos.
En nuestro país también se han convertido en un hábito “cool” entre los adolescentes