Alitalia, las aerolínea de bandera de Italia, atraviesa su cuarta crisis en los últimos diez años en un alarmante clima de sentimiento anti empresa creado por el gobierno.
La compañía Atlantia de la familia Benetton puso a consideración de su directorio invertir unos 300 millones de euros para hacerse con una participación minoritaria en Alitalia. La operación en estudio implicaría comprar 30% de una nueva holding company que se haría cargo de la reconversión de Alitalia. A su vez, la holding será controlada por el grupo ferroviario estatal Ferrovie dello Stato y el Estado italiano a través del Ministerio de Finanzas.
Los rescates a Alitalia ya le costaron al contribuyente por lo menos 9.000 millones de euros en más de diez años. Nada indica que este último esfuerzo vaya a tener éxito. La idea de este último plan implica revivir una alianza con Air France y KLM. Esa alianza, que se mantuvo desde 2001 a 2017, no funcionó entonces y probablemente no funcione ahora.
Si se aprueba el plan, ésta sería la tercera inyección de dinero de Atlantia a Alitalia. La familia Benetton ya participó en dos recapitalizaciones, una en 2008 y otra en 2017.
Lo que podría alarmar a los inversores es la presión política que el gobierno está ejerciendo sobre Atlantia. Presionó para que ponga dinero en Alitalia pero también sufre presiones como dueña de Autostrade per l’Italia, que tiene la concesión de las autopistas que incluyen un puente que se vino abajo el año pasado.
El riesgo político siempre fue una preocupación para las empresas italianas. En el pasado la familia Benetton se benefició de sus conexiones políticas pero el actual clima hostil del gobierno de la Liga Cinco Estrellas ha llegado a niveles alarmantes.
