Los analistas de la evolución de la actividad económica en Estados Unidos advierten que en el segundo trimestre del año comenzaron a caer las ganancias de las más grandes empresas del país. Eso significa dos trimestres consecutivos de ganancias declinantes, la primera “recesión de ganancias” desde 2016. Al producirse en un momento en que la actual expansión económica es la más prolongada del país hace pensar en que el boom se está quedando sin combustible. Los empresarios se ponen nerviosos.
America Inc, como se suele llamar al sector empresarial norteamericano, viene gozando de una mano extraordinariamente buena desde la crisis financiera de 2008-09. La economía creció, la inflación se mantuvo baja y las tasas de interés por el suelo. A pesar de que el desempleo se ubica por debajo de 5% las presiones salariales fueron modestas. En total, las ganancias anualizadas superaron los US$ 2 billones (dos millones de millones) el último trimestre, casi el doble de una década atrás. La reforma impositiva de Donald Trump redujo el impuesto a las ganancias de 35% a 21%. Eso más sus esfuerzos desregulatorios liberaron capital. Las empresas aprovecharon ese dinero inesperado para recomprar acciones.
Hoy, en cambio, el humor es menos eufórico. La confianza está cayendo. Casi cuatro quintos de las 500 firmas del S&P estiman una caída de 2,8% en el promedio de las ganancias además del 0,3% del último trimestre.
Los observadores ven tres razones para este clima: la primera y más importante es la guerra comercial de Trump con China.
Las fricciones comerciales están haciendo estragos en las cadenas de suministro y en los costos.
La segunda razón para la caída de las ganancias – el aumento de los costos laborales — es buena para los trabajadores pero preocupante para las firmas y los inversores.
Los salarios y los beneficios están subiendo a razón de 3% al año, 2% más que en 2018 y muchos sospechan que las cifras oficiales esconden subas mucho más pronunciadas en retail, hotelería y servicios comerciales.
La última explicación para la contracción de las ganancias tiene que ver con las empresas tecnológicas. Empresas del tamaño de Apple y de Intel afrontan una caída cíclica en la demanda de sus productos. Las fricciones comerciales agravan el problema y también la decisión de Trump der imponer sanciones a Huawei, el campeón tecnológico chino. Muchas firmas de internet tienen problemas.