sábado, 23 de noviembre de 2024

Frank Quattrone tal vez vaya a la cárcel hasta 2006

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El otrora banquero estrella de Silicon Valley arriesga 21 meses entre rejas. El ex director de inversiones tecnológicas en Crédit Suisse First Boston -que ganó US$ 120 millones sólo en 2000-, puede ser condenado por falso testimonio.

Según fuentes allegadas al caso, Quattrone afronta esa sentencia por haber obstruido investigaciones sobre cómo CSFB distribuyó participaciones accionarias durante la burbuja puntocom de 1998 a 2000. La fiscalía solicitó a Richard Owen, juez federal de distrito, aumentar de dieciséis a 21 meses la pena inicial.

Justicia arguye que el financista mintió deliberadamente en los interrogatorios, aunque no explica en qué temas ni a qué preguntas. Sin duda, la posición fiscal refleja el endurecimiento federal respecto de delitos internos cometidos en el negocio financiero.

Quattrone es el operador de mayor enjundia puesto en el banquillo desde Michael Milken, pionero y beneficiario de los bonos chatarra en 1991. Pero, a diferencia de éste –retirado a las Bermudas con un modesto pasar de US$ 100.000 anuales-, Quattrone es millonario y sigue ganando plata asesorando clientes y empresas en forma particular. Dicen en Wall Street que se los envía CSFB, porque actuó como chivo emisario y sacó al banco de aprietos jurídicos.

Según fuentes allegadas al caso, Quattrone afronta esa sentencia por haber obstruido investigaciones sobre cómo CSFB distribuyó participaciones accionarias durante la burbuja puntocom de 1998 a 2000. La fiscalía solicitó a Richard Owen, juez federal de distrito, aumentar de dieciséis a 21 meses la pena inicial.

Justicia arguye que el financista mintió deliberadamente en los interrogatorios, aunque no explica en qué temas ni a qué preguntas. Sin duda, la posición fiscal refleja el endurecimiento federal respecto de delitos internos cometidos en el negocio financiero.

Quattrone es el operador de mayor enjundia puesto en el banquillo desde Michael Milken, pionero y beneficiario de los bonos chatarra en 1991. Pero, a diferencia de éste –retirado a las Bermudas con un modesto pasar de US$ 100.000 anuales-, Quattrone es millonario y sigue ganando plata asesorando clientes y empresas en forma particular. Dicen en Wall Street que se los envía CSFB, porque actuó como chivo emisario y sacó al banco de aprietos jurídicos.

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