Al cabo de reunieron que llevaron dos días, el comisario de Comercio y el ministro chino del ramo llegaron a coincidencias, en cuanto a qué hacer con unos US$ 500 millones en textiles de todo tipo. Un convenio sobre cuotas hecho en junio (mejor dicho, sus errores) amenazaba con el desabastecimiento a los minoristas europeos de indumentaria.
Ambos funcionarios subscribieron un acuerdo preliminar, la noche del lunes. Si los miembros de la Comisión Europea lo aprueban, liberará los embarques bloqueados. “El arreglo es justo y aceptable para ambas partes, especialmente porque beneficia a fabricantes y usuarios”, sostuvo el primer ministro Wen Jiabao, en presencia de su colega británico, Tony Blair (presidente de turno en la UE).
“Es inevitable que existan desencuentros en matertia comercial, en parte por el propio avance económico de China. Algo similar puede ocurrir con India”, señaló José Manoel Durão Barroso, presidente de la CE. Por su parte, Mandelson tiene sus dudas sobre si Francia y España adherirán al acuerdo: sus empresas textiles han demandado ante los tribunales a los exportadores chinos.
En Bruselas, el convenio fue inmediatamente presentado a los veinticinco socios de la UE, que se reúne desde este martes para analizarlo, con la idea de llegar a una decisión antes de terminar la semana. Al menos, eso cree Blair. Por el moneto, se oponen a la solución transaccional paíse son grandes industrial del ramo. En particular, los mencionados, Polonia e Italia.
En números, el problema no parece tan grande y, más bien, denota la acción de “lobbies”, o sea intereses creados. Los montos asociados al comercio textil con insignificantes en relación con los US$ 200.000 millones que alcanzará esre año el intercambio total entre China a y la UE.
Por supuesto, hay un fuerte componente político en la cuestión, evidenciado cuando la Organización Mundialde Comercio levantó toda restricción sobre textiles, desde enero. A partir de entonces, las importaciones europeas de ropa chjina saltaron 82% en cuatro meses, comparando con igual lapso de 2004. En junio, Mandelson propuso cuotas temporarias. Su poco tino político desató otra ola de compras europeas, previendo ulteriores limitaciones. Así se llegó a otro error del comisario de Comercio: bloquear las mercaderías.
El asunto era y es complejo. Los fabricantes europeos de indumentaria sostienes que peligra su existencia misma. Pero un preacuerdo redujo en junio de 12.5 a 8% anual el aumentos de las exportaciones chinas. Ante eso, los minoristas de la UE reclaman porque el bloqueo incluye importaciones efectuadas antes de esa medida o del preacuerdo de junio. Aparte, insisten en que los fabricantes europeos trabajan con marcas y márgenes de utilidad exagerados, por lo cual sus precios no comnpoiten ni en casa propia.
Al cabo de reunieron que llevaron dos días, el comisario de Comercio y el ministro chino del ramo llegaron a coincidencias, en cuanto a qué hacer con unos US$ 500 millones en textiles de todo tipo. Un convenio sobre cuotas hecho en junio (mejor dicho, sus errores) amenazaba con el desabastecimiento a los minoristas europeos de indumentaria.
Ambos funcionarios subscribieron un acuerdo preliminar, la noche del lunes. Si los miembros de la Comisión Europea lo aprueban, liberará los embarques bloqueados. “El arreglo es justo y aceptable para ambas partes, especialmente porque beneficia a fabricantes y usuarios”, sostuvo el primer ministro Wen Jiabao, en presencia de su colega británico, Tony Blair (presidente de turno en la UE).
“Es inevitable que existan desencuentros en matertia comercial, en parte por el propio avance económico de China. Algo similar puede ocurrir con India”, señaló José Manoel Durão Barroso, presidente de la CE. Por su parte, Mandelson tiene sus dudas sobre si Francia y España adherirán al acuerdo: sus empresas textiles han demandado ante los tribunales a los exportadores chinos.
En Bruselas, el convenio fue inmediatamente presentado a los veinticinco socios de la UE, que se reúne desde este martes para analizarlo, con la idea de llegar a una decisión antes de terminar la semana. Al menos, eso cree Blair. Por el moneto, se oponen a la solución transaccional paíse son grandes industrial del ramo. En particular, los mencionados, Polonia e Italia.
En números, el problema no parece tan grande y, más bien, denota la acción de “lobbies”, o sea intereses creados. Los montos asociados al comercio textil con insignificantes en relación con los US$ 200.000 millones que alcanzará esre año el intercambio total entre China a y la UE.
Por supuesto, hay un fuerte componente político en la cuestión, evidenciado cuando la Organización Mundialde Comercio levantó toda restricción sobre textiles, desde enero. A partir de entonces, las importaciones europeas de ropa chjina saltaron 82% en cuatro meses, comparando con igual lapso de 2004. En junio, Mandelson propuso cuotas temporarias. Su poco tino político desató otra ola de compras europeas, previendo ulteriores limitaciones. Así se llegó a otro error del comisario de Comercio: bloquear las mercaderías.
El asunto era y es complejo. Los fabricantes europeos de indumentaria sostienes que peligra su existencia misma. Pero un preacuerdo redujo en junio de 12.5 a 8% anual el aumentos de las exportaciones chinas. Ante eso, los minoristas de la UE reclaman porque el bloqueo incluye importaciones efectuadas antes de esa medida o del preacuerdo de junio. Aparte, insisten en que los fabricantes europeos trabajan con marcas y márgenes de utilidad exagerados, por lo cual sus precios no comnpoiten ni en casa propia.