Adoptando una postura casi imperial, Delphi tratará de terminar o renegociar contratos “poco rentables” con su ex controlante, o sea General Motors. Ésta sigue siendo cliente dominante y afronta graves problemas propios. Pese a no existir pruebas fehacientes, la compañía insiste en haber “hecho recientes progresos con los dirigentes sindicales y con GM”.
Por un lado, Delphi afirma que la eliminación de empleo le ahorrará US$ 450 millones anuales. Por el otro, United Auto Workers advierte que “será virtualmente imposible evitar un paro de larga duración, que castigará a General Motors también”. La autopartista está en concurso desde octubre y señaló que, asimismo, eliminará hasta 40% de ejecutivos medios e inferiores, pues abandonará varios negocios no relevantes.
Como si fuese el centro del mundo, Delphi espera cerrar o vender plantas no fundamentales de ahora a 2008. Su meta consiste en dedicarse a productos que dejen mayores márgenes, o sea sólo ocho de las unidades en operaciones ahora. Por ejemplo, las que fabrican equipos de electrónica, navegación y seguridad. Entretanto, irá abandonando sistemas de frenos, chasis, cabinas y paneles de instrumental y puertas (o sea, insumos automotores).
El viernes a última hora, la firma presentaba el plan ante el tribunal de bancarrotas, segura de que –si éste da el OK- tendrá vía libre para cerrar plantas y despedir personal. Pero la puesta en práctica de esas medidas no será inmediata, pues el juez recién celebrará audiencias públicas en mayo. Sí puede serlo una huelga general que suspendiera operaciones en Deplhi y dejase sin insumos a GM, justamente mientras ésta acumula efectivo y proyecta sacar nuevos modelos.
Adoptando una postura casi imperial, Delphi tratará de terminar o renegociar contratos “poco rentables” con su ex controlante, o sea General Motors. Ésta sigue siendo cliente dominante y afronta graves problemas propios. Pese a no existir pruebas fehacientes, la compañía insiste en haber “hecho recientes progresos con los dirigentes sindicales y con GM”.
Por un lado, Delphi afirma que la eliminación de empleo le ahorrará US$ 450 millones anuales. Por el otro, United Auto Workers advierte que “será virtualmente imposible evitar un paro de larga duración, que castigará a General Motors también”. La autopartista está en concurso desde octubre y señaló que, asimismo, eliminará hasta 40% de ejecutivos medios e inferiores, pues abandonará varios negocios no relevantes.
Como si fuese el centro del mundo, Delphi espera cerrar o vender plantas no fundamentales de ahora a 2008. Su meta consiste en dedicarse a productos que dejen mayores márgenes, o sea sólo ocho de las unidades en operaciones ahora. Por ejemplo, las que fabrican equipos de electrónica, navegación y seguridad. Entretanto, irá abandonando sistemas de frenos, chasis, cabinas y paneles de instrumental y puertas (o sea, insumos automotores).
El viernes a última hora, la firma presentaba el plan ante el tribunal de bancarrotas, segura de que –si éste da el OK- tendrá vía libre para cerrar plantas y despedir personal. Pero la puesta en práctica de esas medidas no será inmediata, pues el juez recién celebrará audiencias públicas en mayo. Sí puede serlo una huelga general que suspendiera operaciones en Deplhi y dejase sin insumos a GM, justamente mientras ésta acumula efectivo y proyecta sacar nuevos modelos.