El propio presidente de la Federación Rusa aprobó días atrás los instrumentos del esquema para que Russian Aluminum (RusAl, la más grande) absorba su rival más chica, Sual Group. Así confirmaron altos funcionarios de ambas.
Según los términos del acuerdo –acá viene lo mejor- , los activos de Glencore International, operador de mercado registrado en Suiza, queda incluidos a cambio de una participación en la futura empresa. Al tomar Sual (vale alrededor de US$ 3.300 millones) por canje de acciones, el dueño de RusAl, Ólyeg Dyeripaska, habrá creado una conglomerado capaz de producir más que la líder norteamericana Alcoa, hasta ahora la primera del mundo. Sólo que, a diferencia de ésta, hay una relevante participación estatal.
El juego geopolítico de Putin es claro. Tras consolidar el control estatal sobre hidrocarburos, metales y energía, está en condiciones de aspirar a un papel hegemónico en varios sectores de la economía global. “La meta a largo plazo ha sido establecer paladines nacionales y proyectar su poder al exterior vía esas compañías”. Así afirma Timothy Brenton, analista político en Renaissance Capital, Moscú.
Tiempo atrás, RusAl, Sual y Glencore ya habían firmado un convenio preliminar. A través del holding Basic Element, Dyeripaska tomará los activos de alúmina que controla Glencore, emitiendo acciones, y controlará 64,5% de la nueva sociedad, con 14% para Glencore y 21,5% para Sual.
Sólo en 2006, el alza en materias primas había causado más de US$ 100.000 millones en fusiones y adquisiciones alrededor del mundo. El año pasado, el aluminio ganó casi 10,5%. Si no subió tanto como el cobre es porque su máximo demandante, China, elevó producción propia y redujo importaciones. El nuevo conglomerado ruso representará 11% de la producción mundial, excluyendo material reciclados.
El propio presidente de la Federación Rusa aprobó días atrás los instrumentos del esquema para que Russian Aluminum (RusAl, la más grande) absorba su rival más chica, Sual Group. Así confirmaron altos funcionarios de ambas.
Según los términos del acuerdo –acá viene lo mejor- , los activos de Glencore International, operador de mercado registrado en Suiza, queda incluidos a cambio de una participación en la futura empresa. Al tomar Sual (vale alrededor de US$ 3.300 millones) por canje de acciones, el dueño de RusAl, Ólyeg Dyeripaska, habrá creado una conglomerado capaz de producir más que la líder norteamericana Alcoa, hasta ahora la primera del mundo. Sólo que, a diferencia de ésta, hay una relevante participación estatal.
El juego geopolítico de Putin es claro. Tras consolidar el control estatal sobre hidrocarburos, metales y energía, está en condiciones de aspirar a un papel hegemónico en varios sectores de la economía global. “La meta a largo plazo ha sido establecer paladines nacionales y proyectar su poder al exterior vía esas compañías”. Así afirma Timothy Brenton, analista político en Renaissance Capital, Moscú.
Tiempo atrás, RusAl, Sual y Glencore ya habían firmado un convenio preliminar. A través del holding Basic Element, Dyeripaska tomará los activos de alúmina que controla Glencore, emitiendo acciones, y controlará 64,5% de la nueva sociedad, con 14% para Glencore y 21,5% para Sual.
Sólo en 2006, el alza en materias primas había causado más de US$ 100.000 millones en fusiones y adquisiciones alrededor del mundo. El año pasado, el aluminio ganó casi 10,5%. Si no subió tanto como el cobre es porque su máximo demandante, China, elevó producción propia y redujo importaciones. El nuevo conglomerado ruso representará 11% de la producción mundial, excluyendo material reciclados.