En el año del 50 aniversario del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con la meta puesta en el ahorro energético, se desarrolló un seminario para incentivar la generación y consumo de energías renovables a escala local. Asistieron autoridades del organismo y 200 científicos, investigadores y pequeños y medianos empresarios de todo el país.
En la presentación del seminario denominado “Generación distribuida de energías renovables. La propuesta del INTI”, el presidente de la entidad, el ingeniero Enrique Martínez, se descargó contra las políticas económicas de la década pasada, para asegurar que desde el organismo buscan cubrir una “asignatura nacional pendiente”, ya que “la Argentina debió haber empezado a trabajar en estos temas hace dos décadas por lo menos”.
El ingeniero explicó que “estamos en una transición a nivel mundial”, ya que “vamos hacia un mundo donde los recursos físicos definitivamente serán asumidos como una restricción.” Descreído del rol del mercado en la asignación de recursos, Martínez explicó que la energía, el medio ambiente, el transporte y las comunicaciones “van a ser, cada vez más, temas de alcance comunitario, por encima de otras definiciones e iniciativas”. Se refería a la actividad empresaria, a la que le restaría “un terreno con menos grado de libertad que lo que establece la lógica del liberalismo que supone que la iniciativa empresaria es el motor del progreso”.
Antes de comenzar con las reuniones de trabajo previstas para la jornada, al dar la bienvenida a más de 200 especialistas que llenaron uno de los salones de la sede central del INTI (partido de San Martín), Martínez definió los lineamientos pensados para el seminario.
En primer lugar, la creencias de que si los recursos deben ser asumidos como restricción, “el uso racional debe ser resignificado, para abarcar la minimización del consumo superfluo en todos los planos”.
Asimismo, asumir activamente las formulaciones comunitarias, antes de que “se magnifiquen aún más las colisiones” entre el efecto de las “decisiones individuales tomadas anárquicamente” y las necesidades de la sociedad.
Por último, la creencia de que la mejor situación de un mundo restringido será la capacidad de las personas de organizarse y “optar por lo sustentable y lo distribuido” (lo “distribuido” hace referencia a la generación y uso de energía local).
Al abordar la necesidad del ahorro del consumo energético mundial, el director del INTI explicó que no piensan la restricción del consumo a partir del encarecimiento de la oferta. Enseguida aclaró: “Efectivamente, hay decisiones microeconómicas que tienen que ver con los costos, pero también las hay que tienen que ver con lo sustentabe.”
Para darle relevancia a su disertación sobre la necesidad del ahorro energético, se apoyó en un estudio “insólito” de la consultora líder de empresas multinacionales Mckinsey & Company. El estudio, “hecho con mucha gente, en muchos lugares y con mucho cuidado” explica a las empresas “cómo ganar dinero con el ahorro de energía como hecho inexorable”.
El ingeniero citó algunos ejemplos que dio la consultora. Según Mckinsey & Company la demanda de energía mundial crecerá 2,2% anual hasta 2020. Pero podría crecer sólo al 0,7%. El ahorro provendría en 38% del ámbito industrial y 24% del residencial. Pero sólo en Estados Unidos (al que la consultora le dedica un capítulo aparte), la conclusión es más categórica. Pues no sólo disminuiría el crecimiento del consumo energético, sino que decrecería. De 1,1% de aumento del consumo hasta 2020, podría disminuir 0,3%.
Pero el ingeniero presentó otros números del estudio de la consultora. Según leyó Martinez, a igualdad de kilometraje recorrido, los pasajeros estadounidenses consumen 37% más combustibles que los europeos, “lo cual indica que la tecnología para que los americanos ahorren está rodando por rutas europeas.” Esos resultados están relacionados, explicó, “con una cultura de menor dispendio y mayores regulaciones que apuntan a racionalizar el consumo”.
En el año del 50 aniversario del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con la meta puesta en el ahorro energético, se desarrolló un seminario para incentivar la generación y consumo de energías renovables a escala local. Asistieron autoridades del organismo y 200 científicos, investigadores y pequeños y medianos empresarios de todo el país.
En la presentación del seminario denominado “Generación distribuida de energías renovables. La propuesta del INTI”, el presidente de la entidad, el ingeniero Enrique Martínez, se descargó contra las políticas económicas de la década pasada, para asegurar que desde el organismo buscan cubrir una “asignatura nacional pendiente”, ya que “la Argentina debió haber empezado a trabajar en estos temas hace dos décadas por lo menos”.
El ingeniero explicó que “estamos en una transición a nivel mundial”, ya que “vamos hacia un mundo donde los recursos físicos definitivamente serán asumidos como una restricción.” Descreído del rol del mercado en la asignación de recursos, Martínez explicó que la energía, el medio ambiente, el transporte y las comunicaciones “van a ser, cada vez más, temas de alcance comunitario, por encima de otras definiciones e iniciativas”. Se refería a la actividad empresaria, a la que le restaría “un terreno con menos grado de libertad que lo que establece la lógica del liberalismo que supone que la iniciativa empresaria es el motor del progreso”.
Antes de comenzar con las reuniones de trabajo previstas para la jornada, al dar la bienvenida a más de 200 especialistas que llenaron uno de los salones de la sede central del INTI (partido de San Martín), Martínez definió los lineamientos pensados para el seminario.
En primer lugar, la creencias de que si los recursos deben ser asumidos como restricción, “el uso racional debe ser resignificado, para abarcar la minimización del consumo superfluo en todos los planos”.
Asimismo, asumir activamente las formulaciones comunitarias, antes de que “se magnifiquen aún más las colisiones” entre el efecto de las “decisiones individuales tomadas anárquicamente” y las necesidades de la sociedad.
Por último, la creencia de que la mejor situación de un mundo restringido será la capacidad de las personas de organizarse y “optar por lo sustentable y lo distribuido” (lo “distribuido” hace referencia a la generación y uso de energía local).
Al abordar la necesidad del ahorro del consumo energético mundial, el director del INTI explicó que no piensan la restricción del consumo a partir del encarecimiento de la oferta. Enseguida aclaró: “Efectivamente, hay decisiones microeconómicas que tienen que ver con los costos, pero también las hay que tienen que ver con lo sustentabe.”
Para darle relevancia a su disertación sobre la necesidad del ahorro energético, se apoyó en un estudio “insólito” de la consultora líder de empresas multinacionales Mckinsey & Company. El estudio, “hecho con mucha gente, en muchos lugares y con mucho cuidado” explica a las empresas “cómo ganar dinero con el ahorro de energía como hecho inexorable”.
El ingeniero citó algunos ejemplos que dio la consultora. Según Mckinsey & Company la demanda de energía mundial crecerá 2,2% anual hasta 2020. Pero podría crecer sólo al 0,7%. El ahorro provendría en 38% del ámbito industrial y 24% del residencial. Pero sólo en Estados Unidos (al que la consultora le dedica un capítulo aparte), la conclusión es más categórica. Pues no sólo disminuiría el crecimiento del consumo energético, sino que decrecería. De 1,1% de aumento del consumo hasta 2020, podría disminuir 0,3%.
Pero el ingeniero presentó otros números del estudio de la consultora. Según leyó Martinez, a igualdad de kilometraje recorrido, los pasajeros estadounidenses consumen 37% más combustibles que los europeos, “lo cual indica que la tecnología para que los americanos ahorren está rodando por rutas europeas.” Esos resultados están relacionados, explicó, “con una cultura de menor dispendio y mayores regulaciones que apuntan a racionalizar el consumo”.
