Dos hombres se bajaron de un automóvil justo donde ella esperaba un colectivo en Llavallol. Le mostraron un cuchillo de 25 centímetros de hoja y le exigieron que les entregara toda la plata que traía encima. Ella, de 40 años, simuló obedecer las órdenes que los asaltantes le daban, hasta que abrió la cartera y de allí sacó un arma: disparó contra sus agresores. Un disparo dio en el pecho a uno de los ladrones, que murió en el acto. El otro, junto a los dos que se habían quedado en el auto, pudo escapar. El hecho ocurrió el sábado por la noche, cuando Zulma Raquel Frías venía de cenar en la casa de unos amigos y se aprestaba a regresar a Monte Grande. Zulma sufrió la cortadura de los tendones de una mano y tajos en su cabeza por los forcejeos. El fiscal Oscar Acevedo determinó que la mujer quedara libre, puesto que el hecho fue considerado como un caso de legítima defensa.
(Clarín, Página/12)
Dos hombres se bajaron de un automóvil justo donde ella esperaba un colectivo en Llavallol. Le mostraron un cuchillo de 25 centímetros de hoja y le exigieron que les entregara toda la plata que traía encima. Ella, de 40 años, simuló obedecer las órdenes que los asaltantes le daban, hasta que abrió la cartera y de allí sacó un arma: disparó contra sus agresores. Un disparo dio en el pecho a uno de los ladrones, que murió en el acto. El otro, junto a los dos que se habían quedado en el auto, pudo escapar. El hecho ocurrió el sábado por la noche, cuando Zulma Raquel Frías venía de cenar en la casa de unos amigos y se aprestaba a regresar a Monte Grande. Zulma sufrió la cortadura de los tendones de una mano y tajos en su cabeza por los forcejeos. El fiscal Oscar Acevedo determinó que la mujer quedara libre, puesto que el hecho fue considerado como un caso de legítima defensa.
(Clarín, Página/12)
