jueves, 26 de diciembre de 2024

La Argentina es competitiva

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A pesar de que se perciba lo contrario, aún con la apreciación del dólar la Argentina está logrando un nivel, que puede ser récord, en exportaciones.

Aunque el clima cotidiano parezca decir lo contrario, la economía argentina está alcanzando buenos niveles de competitividad comercial global. La fuerte apreciación del dólar durante 1997 y 1998, puso en jaque a todas las economías dolarizadas; Estados Unidos, gracias a la flexibilidad de su sistema, pudo bajar sus costos –mediante ganancias en productividad– y complicó ,aún más al resto de las economías.

Todos los países con economías dolarizadas, como la Argentina, debieron realizar ingentes esfuerzos para intentar mantener un nivel adecuado de competitividad, reduciendo costos y márgenes de ganancias. Pero en este contexto sumamente adverso, las exportaciones argentinas se mantuvieron durante 1999 –medidas en volúmenes físicos– y están creciendo con la posibilidad de registrar un récord histórico a nivel de valores.

La Argentina ha debido hacer un gran esfuerzo para mantenerse competitiva y, en algunos rubros, éste comienza a dar sus frutos. Los sectores de la alimentación, la siderurgia y el polo petroquímico, pudieron seguir exportando a un ritmo interesante y, los ajustes realizados para mantener la competitividad, los ponen a la vanguardia mundial. Especialmente el sector siderúrgico está teniendo un año excelente.

Según algunos expertos, a comienzos de 1998 comienza una pérdida abrupta de competitividad producida por la combinación de una creciente demanda interna y una depreciación de los “commodities” (contracara de la apreciación del dólar). Desde comienzos de 1999, este fenómeno comienza a revertirse porque se revierten sus causas. En este momento se ha recuperado 63% de lo perdido en los últimos cuatro años.

La fuerte deflación mayorista surtió efectos sobre los precios al consumidor cuando la demanda interna se redujo drásticamente dando lugar a la deflación de 1999.

Aunque el clima cotidiano parezca decir lo contrario, la economía argentina está alcanzando buenos niveles de competitividad comercial global. La fuerte apreciación del dólar durante 1997 y 1998, puso en jaque a todas las economías dolarizadas; Estados Unidos, gracias a la flexibilidad de su sistema, pudo bajar sus costos –mediante ganancias en productividad– y complicó ,aún más al resto de las economías.

Todos los países con economías dolarizadas, como la Argentina, debieron realizar ingentes esfuerzos para intentar mantener un nivel adecuado de competitividad, reduciendo costos y márgenes de ganancias. Pero en este contexto sumamente adverso, las exportaciones argentinas se mantuvieron durante 1999 –medidas en volúmenes físicos– y están creciendo con la posibilidad de registrar un récord histórico a nivel de valores.

La Argentina ha debido hacer un gran esfuerzo para mantenerse competitiva y, en algunos rubros, éste comienza a dar sus frutos. Los sectores de la alimentación, la siderurgia y el polo petroquímico, pudieron seguir exportando a un ritmo interesante y, los ajustes realizados para mantener la competitividad, los ponen a la vanguardia mundial. Especialmente el sector siderúrgico está teniendo un año excelente.

Según algunos expertos, a comienzos de 1998 comienza una pérdida abrupta de competitividad producida por la combinación de una creciente demanda interna y una depreciación de los “commodities” (contracara de la apreciación del dólar). Desde comienzos de 1999, este fenómeno comienza a revertirse porque se revierten sus causas. En este momento se ha recuperado 63% de lo perdido en los últimos cuatro años.

La fuerte deflación mayorista surtió efectos sobre los precios al consumidor cuando la demanda interna se redujo drásticamente dando lugar a la deflación de 1999.

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