domingo, 22 de diciembre de 2024

Medio Oriente: intentan salvar la tregua

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Tras lo nuevos enfrentamientos, EE.UU. estudiará la situación con sus aliados europeos. Mientras, las horas previas a la cumbre árabe muestran un abismo entre posiciones moderadas, duras y radicales.

(EFE).- Ante la nueva intensificación de la violencia en Medio Oriente, el Gobierno de Estados Unidos decidió estudiar con sus aliados europeos qué posibles medidas tomar para poder volver al proceso de paz, en tanto mañana se reunirán en El Cairo los líderes árabes.

La reanudación de los enfrentamientos entre palestinos e israelíes, en los que al menos nueve palestinos murieron hoy, ha sido recibida con enorme contrariedad en Washington, donde se confiaba en que la mejoría registrada el jueves pudiera continuar.

La violencia rompió la tregua que se logró pactar durante la reciente cumbre de Sharm el Sheij (Egipto), entre acusaciones mutuas de israelíes y palestinos de ser los responsables de los enfrentamientos.

Mientras tanto, los líderes árabes que se reunirán mañana sólo tienen claro que deben apoyar unidos a los palestinos, frente al “agresor”, Israel, pero hay un abismo entre las propuestas de los moderados, duros y radicales.

Egipto y Jordania, que junto a Mauritania, son los únicos países árabes con plenas relaciones diplomáticas con Israel, encabezan el ala moderada que, si bien condena las “agresiones” contra los palestinos, destaca la importancia de redoblar los esfuerzos para encarrilar de nuevo el proceso de paz.

“La guerra no solucionará el problema”, insistió el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el principal mediador árabe en el proceso de pacificación, en declaraciones publicadas hoy en El Cairo.

También su ministro de Asuntos Exteriores, Amro Musa, invitó a sus homólogos árabes a “esforzarse para lograr los objetivos supremos de nuestra nación, especialmente la paz justa y global, la seguridad y la estabilidad para nosotros y para todo Oriente Medio”.

Una posición similar expresa el ministro jordano, Abdul Ilah al Jatib, al reiterar la necesidad de trabajar por “la aplicación honesta de lo acordado en la cumbre de Sharm el Sheij” (Egipto).

Mauritania, que estará representado en la cumbre por su primer ministro, El Avia Uld Mohamed Juna, hizo un llamamiento para que “se ponga fin a la violencia, la única alternativa que permitirá a los palestinos recuperar sus derechos”.

En la misma trinchera se encuentra Túnez, uno de los países que sólo reconoce al Estado judío a nivel de “oficinas de intereses”, y defiende la tesis de lanzar un ultimátum a Israel para que respete las resoluciones internacionales.

Siria, cuyo presidente, Bachar al Asad, encabeza “la corriente dura”, e insiste en que la mejor respuesta de la Cumbre sería “la suspensión del proceso para la normalización de las relaciones” con Israel.

El jefe de la diplomacia Siria, Faruk al Chara, exigió que los 22 países de la Liga Arabe creen un fondo especial para recaudar ayuda financiera al pueblo palestino”.

Chara, cuya postura apoyan el Líbano, Argelia y los palestinos, explicó, sin embargo, que los árabes “no buscan una guerra con Israel, sino establecer una paz justa y duradera en Medio Oriente, que requiere la retirada total israelí hasta las líneas de antes de la guerra de 1967”.

Omán y Marruecos no han esperado la reunión de la Liga para decidirse, ya que el primero cerró hace dos semana la “oficina de intereses” israelíes en Mascate, mientras Rabat llamó a consultas al responsable de su representación en Israel.

Por su parte, Arabia Saudita advirtió llevar a cabo “medidas contundentes” si no cesa la violencia israelí contra los palestinos.

Kuwait rechazó hoy como “contraria a los intereses árabes” la idea de varios grupos radicales de cortar la producción de petróleo, como una forma de presión para que la comunidad internacional obligue a Israel a retirarse de los territorios árabes.

La posición más radical la adoptan Yemen, Libia, Sudán e Irak, que exigen la ruptura total y piden a los países vecinos de Israel que abran sus fronteras a los voluntarios y a la entrada de armas y dinero para que los palestinos puedan “defenderse y recuperar sus derechos usurpados”.

El dirigente libio Muamar al Gadafi critica, además, a la propia cumbre árabe porque piensa que “no adoptará decisiones que satisfagan nuestros pueblos”.

(EFE).- Ante la nueva intensificación de la violencia en Medio Oriente, el Gobierno de Estados Unidos decidió estudiar con sus aliados europeos qué posibles medidas tomar para poder volver al proceso de paz, en tanto mañana se reunirán en El Cairo los líderes árabes.

La reanudación de los enfrentamientos entre palestinos e israelíes, en los que al menos nueve palestinos murieron hoy, ha sido recibida con enorme contrariedad en Washington, donde se confiaba en que la mejoría registrada el jueves pudiera continuar.

La violencia rompió la tregua que se logró pactar durante la reciente cumbre de Sharm el Sheij (Egipto), entre acusaciones mutuas de israelíes y palestinos de ser los responsables de los enfrentamientos.

Mientras tanto, los líderes árabes que se reunirán mañana sólo tienen claro que deben apoyar unidos a los palestinos, frente al “agresor”, Israel, pero hay un abismo entre las propuestas de los moderados, duros y radicales.

Egipto y Jordania, que junto a Mauritania, son los únicos países árabes con plenas relaciones diplomáticas con Israel, encabezan el ala moderada que, si bien condena las “agresiones” contra los palestinos, destaca la importancia de redoblar los esfuerzos para encarrilar de nuevo el proceso de paz.

“La guerra no solucionará el problema”, insistió el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el principal mediador árabe en el proceso de pacificación, en declaraciones publicadas hoy en El Cairo.

También su ministro de Asuntos Exteriores, Amro Musa, invitó a sus homólogos árabes a “esforzarse para lograr los objetivos supremos de nuestra nación, especialmente la paz justa y global, la seguridad y la estabilidad para nosotros y para todo Oriente Medio”.

Una posición similar expresa el ministro jordano, Abdul Ilah al Jatib, al reiterar la necesidad de trabajar por “la aplicación honesta de lo acordado en la cumbre de Sharm el Sheij” (Egipto).

Mauritania, que estará representado en la cumbre por su primer ministro, El Avia Uld Mohamed Juna, hizo un llamamiento para que “se ponga fin a la violencia, la única alternativa que permitirá a los palestinos recuperar sus derechos”.

En la misma trinchera se encuentra Túnez, uno de los países que sólo reconoce al Estado judío a nivel de “oficinas de intereses”, y defiende la tesis de lanzar un ultimátum a Israel para que respete las resoluciones internacionales.

Siria, cuyo presidente, Bachar al Asad, encabeza “la corriente dura”, e insiste en que la mejor respuesta de la Cumbre sería “la suspensión del proceso para la normalización de las relaciones” con Israel.

El jefe de la diplomacia Siria, Faruk al Chara, exigió que los 22 países de la Liga Arabe creen un fondo especial para recaudar ayuda financiera al pueblo palestino”.

Chara, cuya postura apoyan el Líbano, Argelia y los palestinos, explicó, sin embargo, que los árabes “no buscan una guerra con Israel, sino establecer una paz justa y duradera en Medio Oriente, que requiere la retirada total israelí hasta las líneas de antes de la guerra de 1967”.

Omán y Marruecos no han esperado la reunión de la Liga para decidirse, ya que el primero cerró hace dos semana la “oficina de intereses” israelíes en Mascate, mientras Rabat llamó a consultas al responsable de su representación en Israel.

Por su parte, Arabia Saudita advirtió llevar a cabo “medidas contundentes” si no cesa la violencia israelí contra los palestinos.

Kuwait rechazó hoy como “contraria a los intereses árabes” la idea de varios grupos radicales de cortar la producción de petróleo, como una forma de presión para que la comunidad internacional obligue a Israel a retirarse de los territorios árabes.

La posición más radical la adoptan Yemen, Libia, Sudán e Irak, que exigen la ruptura total y piden a los países vecinos de Israel que abran sus fronteras a los voluntarios y a la entrada de armas y dinero para que los palestinos puedan “defenderse y recuperar sus derechos usurpados”.

El dirigente libio Muamar al Gadafi critica, además, a la propia cumbre árabe porque piensa que “no adoptará decisiones que satisfagan nuestros pueblos”.

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