Formalmente, Estados Unidos suspende la aplicación de una medida que debía durar hasta abril de 2005. Es decir, mucho después de los comicios (noviembre de 2004) donde se jugará la reelección. Precisamente, la Casa Blanca optó por aventar un problema inmediato, dado que la reacción inicial de siderúrgicas y sindicatos dispondrá ahora de varios meses para ir atenuándose.
“Los aranceles han cumplido su propósito y, como también han cambiado las circunstancias económicas, el hora de levantarlos”, señala un comunicado subscripto por el propio Bush. El gobierno no ha hecho nada para suavizar el impacto de la suspensión, salvo anunciar que se agilizará el sistema para autorizar y monitorear importaciones.
Los recargos fueron impuestos en marzo de 2002 y ampliados en septiembre. Dejan de tener efecto, aunque no retroactivamente, a primera hora del viernes 5.
Hace cuatro semanas, la OMC los declaró ilegales. Si no se dejaban sin efecto, EE.UU. sería objeto de represalias por parte de quince estados proveedores. Febriles negociaciones consiguieron, el viernes, que la entidad postergase diez días la fecha.
Los principales perjudicados tienen peso estratégico geopolítico o geoeconómico. Así, Canadá y México –primer y segundo exportadores, con US$ 4.190 y 1.278 millones en los diez primeros meses de 2003- forman parte del Tratado de Libre Comercio de América septentrional (TLC). Más atrás aparecen aliados claves como Surcorea (1.000 millones), Turquía (873 millones) o Japón (805 millones). También pesan China (US$ 537 millones), Brasil (433 millones) a India (374 millones). Argentina figura en noveno puesto, con US$ 319 millones.
Según el reglamento interno de la OMC si, para la medianoche del 10, EE.UU. no se ha allanaba, desde el 15 se le aplicarían las sanciones. Esta situación ha sido evitada.
Formalmente, Estados Unidos suspende la aplicación de una medida que debía durar hasta abril de 2005. Es decir, mucho después de los comicios (noviembre de 2004) donde se jugará la reelección. Precisamente, la Casa Blanca optó por aventar un problema inmediato, dado que la reacción inicial de siderúrgicas y sindicatos dispondrá ahora de varios meses para ir atenuándose.
“Los aranceles han cumplido su propósito y, como también han cambiado las circunstancias económicas, el hora de levantarlos”, señala un comunicado subscripto por el propio Bush. El gobierno no ha hecho nada para suavizar el impacto de la suspensión, salvo anunciar que se agilizará el sistema para autorizar y monitorear importaciones.
Los recargos fueron impuestos en marzo de 2002 y ampliados en septiembre. Dejan de tener efecto, aunque no retroactivamente, a primera hora del viernes 5.
Hace cuatro semanas, la OMC los declaró ilegales. Si no se dejaban sin efecto, EE.UU. sería objeto de represalias por parte de quince estados proveedores. Febriles negociaciones consiguieron, el viernes, que la entidad postergase diez días la fecha.
Los principales perjudicados tienen peso estratégico geopolítico o geoeconómico. Así, Canadá y México –primer y segundo exportadores, con US$ 4.190 y 1.278 millones en los diez primeros meses de 2003- forman parte del Tratado de Libre Comercio de América septentrional (TLC). Más atrás aparecen aliados claves como Surcorea (1.000 millones), Turquía (873 millones) o Japón (805 millones). También pesan China (US$ 537 millones), Brasil (433 millones) a India (374 millones). Argentina figura en noveno puesto, con US$ 319 millones.
Según el reglamento interno de la OMC si, para la medianoche del 10, EE.UU. no se ha allanaba, desde el 15 se le aplicarían las sanciones. Esta situación ha sido evitada.