Japón: máximo en importaciones y alza de precios en bienes raíces

En el ejercicio fiscal 2005 –que cierra este mes- Tokio habrá registrado un pico de importaciones desde 1996. Además, los valores inmobiliarios urbanos vuelven a aumentar desde 1990/1. Son signos evidentes de reactivación.

27 marzo, 2006

Según un informe preliminar difundido por el ministerio de Hacienda, las importaciones en el ejercicio fiscal que concluye el 31 de marzo habrán subido 30%, en tanto las exportaciones avanzaban 21%. En forma separada, se reveló que los precios de terrenos para uso comercial e industrial subieron 1% en Tokio, Osaka y Nagoya. Eso no ocurría desde hacía quince años.

Entretanto, el producto bruto interno habrá crecido a 5,4% de ritmo anual durante el trimestre enero-marzo. Ello supera las marcas equivalentes de Estados Unidos -apenas 1,1% anual en el cuarto trimestre de 2005- y la Eurozona (2,1%). Parte del estímulo proviene de ingresos o utilidades del sector privado nipón, pero originadas en el exterior y no sólo vía exportaciones.

El final de siete años deflacionarios y quince recesivos en la tercera economía del mundo por PBI (tras la Unión Europea y Estados Unidos) explica que el Banco de Japón (central) haya resuelto concluir con la política de tasa real cero en algún punto del ejercicio fiscal 2006/7, que se inicia en abril. “En esta nueva fase, la demanda interna se muestra inesperadamente dinámica. El público empieza a gastar más y se esfuma el riesgo deflacionario. Estimamos que, de ahora a octubre, el banco central habrá elevado veinticinco a cincuenta puntos básicos la tasa referencia”. Así presume BNP-Paribas Securities Tokyo.

En rigor, la recuperación incipiente sigue a tres recesiones y una deflación en el lapso 1990/1-2003/4: o sea, un período mínimo de catorce años y máximo de quince. Por otra parte, la recuperación perceptible desde 2004/5 es distinta a amagues anteriores, pues ahora la determina la demanda interna, no ya la exportación. Empresas como Honda o Nissan están construyendo o reactivando plantas en el archipiélago, tomando gente y elevando salarios. Como es normal en el modelo económico originado en 1868/73, la industria japonesa mejora las condiciones laborales en fases reactivas.

La demanda de derivados petroleros y partes de semiconductores –no la industria del lujo, según fantasean analistas franceses- representa este ejercicio casi 50% de importaciones. Al respecto, cabe acotar que los crudos de Dubái (referencia para refinadores de Asia oriental y meridional) aumentaron 45% entre marzo de 2005 y febrero pasado. No obstante, la demanda nipona fue en ascenso.

El alza de importaciones, a la sazón, redujo 11,8% (a unos US$ 8.200 millones) el superávit proyectado para el año fiscal 2005/6. Nuevamente, los gurúes de Bloomberg le erraron: esperaban un saldo positivo 11% superior.

Según un informe preliminar difundido por el ministerio de Hacienda, las importaciones en el ejercicio fiscal que concluye el 31 de marzo habrán subido 30%, en tanto las exportaciones avanzaban 21%. En forma separada, se reveló que los precios de terrenos para uso comercial e industrial subieron 1% en Tokio, Osaka y Nagoya. Eso no ocurría desde hacía quince años.

Entretanto, el producto bruto interno habrá crecido a 5,4% de ritmo anual durante el trimestre enero-marzo. Ello supera las marcas equivalentes de Estados Unidos -apenas 1,1% anual en el cuarto trimestre de 2005- y la Eurozona (2,1%). Parte del estímulo proviene de ingresos o utilidades del sector privado nipón, pero originadas en el exterior y no sólo vía exportaciones.

El final de siete años deflacionarios y quince recesivos en la tercera economía del mundo por PBI (tras la Unión Europea y Estados Unidos) explica que el Banco de Japón (central) haya resuelto concluir con la política de tasa real cero en algún punto del ejercicio fiscal 2006/7, que se inicia en abril. “En esta nueva fase, la demanda interna se muestra inesperadamente dinámica. El público empieza a gastar más y se esfuma el riesgo deflacionario. Estimamos que, de ahora a octubre, el banco central habrá elevado veinticinco a cincuenta puntos básicos la tasa referencia”. Así presume BNP-Paribas Securities Tokyo.

En rigor, la recuperación incipiente sigue a tres recesiones y una deflación en el lapso 1990/1-2003/4: o sea, un período mínimo de catorce años y máximo de quince. Por otra parte, la recuperación perceptible desde 2004/5 es distinta a amagues anteriores, pues ahora la determina la demanda interna, no ya la exportación. Empresas como Honda o Nissan están construyendo o reactivando plantas en el archipiélago, tomando gente y elevando salarios. Como es normal en el modelo económico originado en 1868/73, la industria japonesa mejora las condiciones laborales en fases reactivas.

La demanda de derivados petroleros y partes de semiconductores –no la industria del lujo, según fantasean analistas franceses- representa este ejercicio casi 50% de importaciones. Al respecto, cabe acotar que los crudos de Dubái (referencia para refinadores de Asia oriental y meridional) aumentaron 45% entre marzo de 2005 y febrero pasado. No obstante, la demanda nipona fue en ascenso.

El alza de importaciones, a la sazón, redujo 11,8% (a unos US$ 8.200 millones) el superávit proyectado para el año fiscal 2005/6. Nuevamente, los gurúes de Bloomberg le erraron: esperaban un saldo positivo 11% superior.

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