A poco de las elecciones, el consumidor boicotea otras verduras

Lo que no logró Guillermo Moreno, con acuerdos de precios, filigranas metodológicas del Indec ni intervenciones al Mercado Central, lo consiguieron las entidades de los consumidores: hacer bajar el tomate con sólo ejercer su poder de no compra.

10 octubre, 2007

Ante el éxito obtenido por la acción de los consumidores sobre el
precio del tomate, los almaceneros bonaerenses ampliaron el boicot a otras verduras
y frutas, porque afirman que subieron más de 40 % en un mes y medio. Y
la ola parece crecer ante el estupor de la dirigencia política, que se
enfrenta con una acción espontánea en la calle no organizada por
aparatos.

La cruzada contra la carestía del tomate se había iniciado la
semana pasada, cuando el gobierno y los candidatos opositores ocupaban los medios
de difusión polemizando sobre 1 ó 2 puntos del cuestionado índice
de precios al consumidor. En la escalada y descenso de la cotización
del tomate se jugaron nada menos que 100 puntos antes que se cumpliera una semana
del llamado “boicot”.

La única novedad con relación a esta espectacular fluctuación
ha sido la reacción del público, inédita hasta ahora en
el país. En muchas ocasiones se habían publicado notas periodísticas
que marcaban la enorme brecha entre la huerta y la mesa, tanto con el tomate
como con las otras verduras y frutas.

Susana Andrada, titular del Centro de Educación al Consumidor (CEC)
dijo que “el llamado a boicot comenzó a tener efecto, porque en
el Mercado Central bajó hoy el precio del tomate 30% y comenzó
a venderse, cosa que en los últimos días no ocurría”.

El valor del tomate acumula en el año un alza de entre 500 y 600%, mientras
que del 2 de agosto hasta el 2 de octubre se incrementó más del
300% al pasar un cajón de 20 kilos de $41,60 a $169,80.

Desde la Asociación de Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores
(ADDUC), su presidente, Osvaldo Bassano, sostuvo que “en los últimos
meses el producto se viene acopiando; por eso, hay que hacer un boicot. Le pedimos
a las amas de casa que no compren tomates, porque lo que están haciendo
es delictual para la sociedad y va en contra del consumidor”.

Bassano agregó que “de esta manera, se generará una baja
necesaria en este producto, que muchos casos son de invernadero y no se ven
influenciados por la condiciones climáticas, por consiguiente difícilmente
los pudo atacar la piedra o el granizo. Se guardan para exportación y
productos enlatados”.

También Pedro Bussetti, presidente de la entidad Defensa de Usuarios
y Consumidores (DEUCO), llamó a la campaña anti-tomate afirmando
que el tomate tiene que bajar a “precios razonables” y se mostró
optimista que “si no hay ningún comerciante minorista que los compre,
mañana el precio debería estar a la mitad de su valor”.

Quienes se plegaron en principio a la medida innovadora en el país fue
la La Cámara de Autoservicios y Supermercados de Residentes Chinos de
la República Argentina (Casrech), quien desde hace cinco días
exhortó a sus asociados a no comprar tomate y estimó que “en
10 días se reacomodará el precio del producto”.

Finalmente, la Federación de Cámaras y Centros Comerciales Zonales
de la República Argentina (Fedecámaras) lanzó un paro de
compras que se iniciará mañana. “No vamos a comprar mercaderías
que lleguen remarcadas”, aseguró el titular de la entidad, Rubén
Manusovich.

Según el comunicado difundido por la entidad “además de
los tomates, pepino, calabazas, papas y batatas, hay otros aumentos de precios
que son especulativos y esto es una práctica que se viene manifestando
desde que estalló el problema del Indec.

La Naturaleza y la mesa

Del precio que recibe el productor al que paga el consumidor existe un abismo,
que se pierde entre el transporte y el mercado concentrador. Y los gobiernos
sólo actuaron buceando en la cadena de comercialización o interviniendo
sobre el precio de venta al público.

Faltaba recorrer un trecho que la conciencia popular allanó: ¿conforma
al productor los centavos que recibe por cada kilo que cosecha? ¿está
de acuerdo el consumidor en pagar un fruto de la tierra mucho más caro
que el combustible?

Hubo otras veces protestas de los productores que se expresaron volcando tomates
a la calle, pero no se conocen antecedentes inmediatos de boicots de consumidores,
como la que se puso en marcha esta semana.

El boicot al tomate trae reminiscencias de la iniciativa que efectuaron los
italianos el mes pasado, al declararse en “huelga de la pasta” por
el alza de precios.

Muchos italianos se abstuvieron de comer su plato característico como
rechazo al incremento de los precios de la harina, que en los próximos
meses haría costar más caro un plato de spaghetti: muchas familias
comen pastas todos los días de la semana.

Mientras los que siguen en campaña electoral no abandonan el léxico
político en circuito cerrado, el partido verdadero, el que le interesa
directamente al ama de casa, a las familias, a los asalariados, al comerciante
del barrio y a las entidades que los representan, se disputa ahora en la calle.

A poco más de dos semanas de los comicios, cuyo microclima abarca únicamente
a los participantes directos de la puja por los espacios de poder, los almaceneros
y supermercadistas bonaerenses sacaron un comunicado que denuncia que de 45
días a esta parte, el precio promedio de las verduras y frutas aumentó
cerca de 40 % e instaron a los comerciantes a no comprar esos productos.

La medida es una continuación de la iniciada la semana anterior por
la cámara de los supermercados chinos respecto del tomate, lo cual (como
anticipáramos) corrió como reguero hacia las ligas de consumidores.
Antes lo habían hecho con la carne, obteniendo resultados positivos.

Ahora, la entidad que representa a cientos de pequeños y medianos comerciantes
bonaerenses señaló que la calabaza tipo anco se expende a un valor
aproximado de $10 el kilo, cuando hace 30 días era de 3 y aún
menos.

Para el caso del tomate, que se vendía a $4 el kilo, alcanzó
un valor pico de $18, aunque ahora bajó a un valor aproximado de $5,
precisaron.

La intención de la campaña contra este comestible tiene como
objetivo lograr que su precio baje a $3,99 el kilo, el valor que midió
el Indec en el último comunicado del Indice de Precios.

Acuerdos de precios

El gobierno acusó el impacto de la acción popular y convocó
a los empresarios a rebajar 5 % los valores de una canasta básica alimenticia.
El secretario de Comercio cita de a uno a los comerciantes para rubricar acuerdos
hasta fin de año.

La tregua no sólo abre interrogantes sobre el “día después”,
sino que despierta otras suspicacias en el contexto de los cuestionamientos
que se hicieron a las mediciones oficiales de precios.

¿Y si Moreno entregara esas planillas al Indec para que la gente de
su confianza las tome de referencia al cargar los datos de la encuesta?

El único empresario que salió a rechazar ese pacto fue Pascual
Mastellone, quien en nombre de La Serenísima no ocultó su escepticismo:
“Muchas empresas están con lo justo y van a decir que no. Además,
no aguantarían una suba salarial post-electoral”.

Mastellone conoce que los fabricantes de alimentos proponen reducir el precio
de 1 producto por empresa hasta 2,5%, y que el minorista se haga cargo del 2,5%
adicional. O sea compartir el costo de satisfacer el capricho gubernamental.

Y los supermercadistas advertirán que no pueden garantizar el control
de la rebaja más allá de 300 artículos que conforman la
canasta básica alimentaria.

“Nosotros no podríamos colaborar con eso porque seríamos
tildados por los accionistas como que estamos regalando la empresa, ya que estamos
pasando una situación muy complicada, en particular nosotros y SanCor,
los únicos que hemos cumplido los acuerdos de precios”, disparó
Mastellone.

El matutino ´Ambito Financiero´ afirmó: “Como sucedió con
el Plan Inquilinos (la cuota de un préstamo hipotecario iba a ser similar
a un alquiler) y los acuerdos de precios firmados este año con subas
de sólo 6%, el anuncio de hoy será una nueva ficción. Ni
siquiera el gobierno tiene forma de controlar que la deflación prometida
se cumpla”.

“Los grandes supermercados van a bajar, pero antes remarcarán 10%
los precios, como hicieron siempre”, explicó Miguel Calvette, titular
de la asociación de supermercadistas chinos, que agrupa a 2.600 comercios
del sector y que anticiparon que no pueden hacerse cargo de lo que les piden
los Kirchner y Moreno.

Las grandes cadenas de supermercados e hipermercados se comprometerán
hoy ante el presidente Néstor Kirchner a rebajar 5% sólo los precios
de aquellos alimentos, bebidas y productos de limpieza que logren acordar con
sus proveedores, y por un plazo acotado: hasta el 10 de diciembre, último
día del actual mandato presidencial. Por el momento, los grandes fabricantes
aceptaron abaratar sólo un producto de su amplia oferta, con lo que la
canasta rebajada resultará acotada, según informaron dos altas
fuentes del sector privado que participan del acuerdo.

Fuentes del Ministerio de Economía habían informado ayer que
Kirchner firmaría hoy con los supermercados un compromiso para reducir
5% hasta el 10 de diciembre “los precios de todos los productos, en especial
los de consumo masivo”. Agregaron que el Gobierno invitaba a los proveedores
a sumarse al esfuerzo de los supermercados.

Sin embargo, representantes de supermercados y proveedores afirmaron anoche
que finalmente el acuerdo sólo incluirá aquellos productos de
consumo masivo en los que las partes se pongan de acuerdo. En ellos, la cadena
comercial y el fabricante absorberán cada uno 2,5% de la rebaja del precio.
Por ejemplo, los supermercados pondrán en oferta la gaseosa Fanta de
dos litros (o 2,25, según la región), el único producto
que por ahora se comprometió a rebajar Coca-Cola. Quilmes, embotelladora
de Pepsi, todavía no decidió si abaratará la Mirinda del
mismo tamaño u otra gaseosa.

Algunas fuentes del sector privado advirtieron que el acuerdo sólo se
extenderá por 30 días, es decir, hasta después de las elecciones
presidenciales. Sin embargo, otros informantes privados afirmaron que durarán
hasta el fin del gobierno de Kirchner.

Los supermercados y las empresas de alimentos, bebidas y artículos de
limpieza ya habían firmado en su momento acuerdos de precios para aumentar
sus productos en un promedio de 6% a lo largo de este año. Los precios
de los supermercados subieron 14,1% en lo que va del año, pero incluyen
productos no pactados, como frutas, verduras o carnes.

Problemas para bajar

La rebaja de hoy comenzó a gestarse anteayer. El secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno, llamó a los supermercadistas para citarlos
para hoy, a las 9, en la Casa Rosada. Las cadenas reaccionaron diciendo que
no podían asumir una rebaja generalizada de 5% y le pidieron a Moreno
que reclamase un esfuerzo adicional a los proveedores. Los fabricantes recibieron
el mensaje del secretario y de los minoristas.

Dos representantes de la industria alimentaria dejaron ayer públicamente
en claro que no podían bajar los precios. Los dos, curiosamente, mantienen
una estrecha relación con el gobierno. Por un lado, el presidente de
la láctea Mastellone (La Serenísima), Pascual Mastellone, dijo:
“Me parece que por la situación que vive nuestra empresa esta vez
no vamos a poder colaborar. Si lo hiciéramos, los accionistas nos dirían
que la estamos regalando, porque estamos pasando una situación bastante
delicada. No sé cómo le irá a Moreno, pero, por la información
que tengo, muchas empresas están con lo justo y le van a decir que no.
Nosotros y Sancor tenemos problemas porque cumplimos los acuerdos de precios
y otros los han evadido”.

Por otra parte, el presidente de la Cámara de Empresas Procesadoras
Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, dijo que “los productores no
pueden hacer ningún ajuste”. “Si los supermercados asumen el
compromiso, sí se puede dar [el acuerdo]. No soy tan optimista de la
cadena comercial, porque son muchas manos las que intervienen.”

Este año, los acuerdos establecen que un fabricante puede aumentar sus
productos un promedio de 6%, con lo que algunos suben 16% y otros permanecen
sin cambios. Además, Moreno ya no se opone a que ciertos alimentos se
encarezcan cuando su materia prima, de cotización internacional, se dispara.

Un ejecutivo de una de las principales firmas alimentarias nacionales afirma
que Moreno “sigue encima de los precios de productos básicos, como
alimentos o medicamentos, ahora más que nunca”. Sobre todo en las
semanas previas a las elecciones presidenciales del 28 de este mes.

“Está encima de lo que puede controlar: si sube el trigo, el fabricante
de galletas pide un aumento y él lo permite. Y si el fabricante no lo
llama, él tampoco lo llama para reclamarle, como hacía antes,
porque sabe que el aumento es inevitable. Los acuerdos están desgastados,
pero Cristina Fernández de Kirchner dice que Moreno es un hombre muy
trabajador”, describe el ejecutivo, en referencia a las posibilidades del
secretario de permanecer en el Gobierno -tal vez como presidente de la petrolera
estatal Enarsa- en el caso de que la senadora gane los comicios. Para el empresario
citado, los sectores más necesitados de aumentos son las empresas lácteas
y los frigoríficos.

En una de las empresas lácteas, un ejecutivo afirma que Moreno concedió
en junio pasado un alza de 2% a todos los productos, aunque admitió que
entre ellos el más “observado” por el secretario es la leche.
En la primavera aumenta la producción de leche y cae el precio de la
materia prima, pero este año, con el alza de las cotizaciones de la soja
y otros insumos para las vacas, los valores de la leche de tambo no disminuyeron.

Las lácteas quieren que el gobierno les permita exportar. En la actualidad,
el Estado fija un precio de exportación de US$ 2100 por tonelada de leche
en polvo, a pesar de que en el mundo se pagan más de 5000. La diferencia
entre los 2100 y los 5000 queda en manos del Estado, por lo que se desalienta
la exportación, según el ejecutivo de la empresa láctea
consultada.

Papa

El Ministerio de Economía dio salida al fondo de $30 millones asignado
el mes pasado para subsidiar el precio de la papa por medio de la decisión
administrativa 485/2007, publicada en el Boletín Oficial.

Los productores estiman que con menos de un millón de pesos se estabilizarían
los precios y el Palacio de Hacienda admitió que aún no está
definido el destino de los fondos sobrantes.

Por el subsidio, parte de este mes y el pasado, la papa se vendió al
público a $1,40 el kilo, un valor bastante menor a los $4 a los que se
venía comercializando, aunque ese precio tiene alcance para partidas
limitadas.

Según lo pactado entre el gobierno, los supermercados y los productores,
esos fondos irán a los supermercados, que recibirán 30 centavos
de ayuda para afrontar los 1,35 que acordaron pagar a los productores por cada
kilo de papa subsidiada (unas 2500 toneladas o 70.000 bolsas de 35 kilos).

Antes del acuerdo, el precio mayorista era $1,70, pero, ante la amenaza oficial
de importar papa de Perú, los productores paperos accedieron a bajar
40 centavos su precio, y los supermercados a vender el producto a $1,40.

Lo que todavía no quedó claro de la medida es adónde irán
a parar los fondos que no se usen para subsidiar a los productores, ya que,
para 2500 toneladas subsidiadas a 30 centavos por kilo, se usarían $750.000
de la partida. Es decir, restan más de $29 millones de subsidio a la
papa que no tienen destino específico.

Fuentes del Ministerio de Economía aseguraron no está establecido
aún cuánto de los fondos irán a los supermercados que suscribieron
al acuerdo (Coto, Carrefour, Jumbo, Wal-Mart, minimercados Best, Leader Price
y los autoservicios chinos) y qué pasará con lo que sobra del
fondo, aunque sigue abierta la posibilidad de que esos fondos se usen para subsidiar
a los mayoristas que deseen importar el producto de países limítrofes.

“Todavía no tenemos noticias del pago, pero nos informaron que la
liquidación de los supermercados será este jueves”, expresó
al matutino ´La Nación´ Agustín Pizzichini, productor y director
de Federación Agraria Argentina en Córdoba, y uno de los que suscribió
el pacto. “Teniendo en cuenta el volumen aportado, dudo de que el pago
total exceda el millón de pesos”, agregó Pizzichini.

Según otro productor hortícola consultado por el matutino, y
que prefirió que su nombre no sea revelado, hay algo de inquietud entre
los productores que participaron de la venta de papa barata por la demora en
los pagos, que no estaba prevista inicialmente.

También hubo muchas quejas por la calidad de la papa vendida, que no
se correspondía con la enviada originalmente. “Nosotros mandamos
una papa excelente y después se vendió cualquier cosa. Muchos
supermercados vendieron nuestra papa a $4 y buscaron una peor para venderla
al precio oficial”, indicó Pizzichini, que calificó al mecanismo
de subsidio de “muy desparejo”.

Para Pizzichini, de acá en adelante es poco probable que se repita el
operativo pro papa barata.

La papa, el tomate, la cebolla, la calabaza y el zapallito son algunas de las
hortalizas que más subas registraron este año. El tomate alcanzó
hace dos semanas el precio de $18 por kilo, lo que motivó quejas de los
consumidores y una caída de las ventas del producto.

Ante el éxito obtenido por la acción de los consumidores sobre el
precio del tomate, los almaceneros bonaerenses ampliaron el boicot a otras verduras
y frutas, porque afirman que subieron más de 40 % en un mes y medio. Y
la ola parece crecer ante el estupor de la dirigencia política, que se
enfrenta con una acción espontánea en la calle no organizada por
aparatos.

La cruzada contra la carestía del tomate se había iniciado la
semana pasada, cuando el gobierno y los candidatos opositores ocupaban los medios
de difusión polemizando sobre 1 ó 2 puntos del cuestionado índice
de precios al consumidor. En la escalada y descenso de la cotización
del tomate se jugaron nada menos que 100 puntos antes que se cumpliera una semana
del llamado “boicot”.

La única novedad con relación a esta espectacular fluctuación
ha sido la reacción del público, inédita hasta ahora en
el país. En muchas ocasiones se habían publicado notas periodísticas
que marcaban la enorme brecha entre la huerta y la mesa, tanto con el tomate
como con las otras verduras y frutas.

Susana Andrada, titular del Centro de Educación al Consumidor (CEC)
dijo que “el llamado a boicot comenzó a tener efecto, porque en
el Mercado Central bajó hoy el precio del tomate 30% y comenzó
a venderse, cosa que en los últimos días no ocurría”.

El valor del tomate acumula en el año un alza de entre 500 y 600%, mientras
que del 2 de agosto hasta el 2 de octubre se incrementó más del
300% al pasar un cajón de 20 kilos de $41,60 a $169,80.

Desde la Asociación de Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores
(ADDUC), su presidente, Osvaldo Bassano, sostuvo que “en los últimos
meses el producto se viene acopiando; por eso, hay que hacer un boicot. Le pedimos
a las amas de casa que no compren tomates, porque lo que están haciendo
es delictual para la sociedad y va en contra del consumidor”.

Bassano agregó que “de esta manera, se generará una baja
necesaria en este producto, que muchos casos son de invernadero y no se ven
influenciados por la condiciones climáticas, por consiguiente difícilmente
los pudo atacar la piedra o el granizo. Se guardan para exportación y
productos enlatados”.

También Pedro Bussetti, presidente de la entidad Defensa de Usuarios
y Consumidores (DEUCO), llamó a la campaña anti-tomate afirmando
que el tomate tiene que bajar a “precios razonables” y se mostró
optimista que “si no hay ningún comerciante minorista que los compre,
mañana el precio debería estar a la mitad de su valor”.

Quienes se plegaron en principio a la medida innovadora en el país fue
la La Cámara de Autoservicios y Supermercados de Residentes Chinos de
la República Argentina (Casrech), quien desde hace cinco días
exhortó a sus asociados a no comprar tomate y estimó que “en
10 días se reacomodará el precio del producto”.

Finalmente, la Federación de Cámaras y Centros Comerciales Zonales
de la República Argentina (Fedecámaras) lanzó un paro de
compras que se iniciará mañana. “No vamos a comprar mercaderías
que lleguen remarcadas”, aseguró el titular de la entidad, Rubén
Manusovich.

Según el comunicado difundido por la entidad “además de
los tomates, pepino, calabazas, papas y batatas, hay otros aumentos de precios
que son especulativos y esto es una práctica que se viene manifestando
desde que estalló el problema del Indec.

La Naturaleza y la mesa

Del precio que recibe el productor al que paga el consumidor existe un abismo,
que se pierde entre el transporte y el mercado concentrador. Y los gobiernos
sólo actuaron buceando en la cadena de comercialización o interviniendo
sobre el precio de venta al público.

Faltaba recorrer un trecho que la conciencia popular allanó: ¿conforma
al productor los centavos que recibe por cada kilo que cosecha? ¿está
de acuerdo el consumidor en pagar un fruto de la tierra mucho más caro
que el combustible?

Hubo otras veces protestas de los productores que se expresaron volcando tomates
a la calle, pero no se conocen antecedentes inmediatos de boicots de consumidores,
como la que se puso en marcha esta semana.

El boicot al tomate trae reminiscencias de la iniciativa que efectuaron los
italianos el mes pasado, al declararse en “huelga de la pasta” por
el alza de precios.

Muchos italianos se abstuvieron de comer su plato característico como
rechazo al incremento de los precios de la harina, que en los próximos
meses haría costar más caro un plato de spaghetti: muchas familias
comen pastas todos los días de la semana.

Mientras los que siguen en campaña electoral no abandonan el léxico
político en circuito cerrado, el partido verdadero, el que le interesa
directamente al ama de casa, a las familias, a los asalariados, al comerciante
del barrio y a las entidades que los representan, se disputa ahora en la calle.

A poco más de dos semanas de los comicios, cuyo microclima abarca únicamente
a los participantes directos de la puja por los espacios de poder, los almaceneros
y supermercadistas bonaerenses sacaron un comunicado que denuncia que de 45
días a esta parte, el precio promedio de las verduras y frutas aumentó
cerca de 40 % e instaron a los comerciantes a no comprar esos productos.

La medida es una continuación de la iniciada la semana anterior por
la cámara de los supermercados chinos respecto del tomate, lo cual (como
anticipáramos) corrió como reguero hacia las ligas de consumidores.
Antes lo habían hecho con la carne, obteniendo resultados positivos.

Ahora, la entidad que representa a cientos de pequeños y medianos comerciantes
bonaerenses señaló que la calabaza tipo anco se expende a un valor
aproximado de $10 el kilo, cuando hace 30 días era de 3 y aún
menos.

Para el caso del tomate, que se vendía a $4 el kilo, alcanzó
un valor pico de $18, aunque ahora bajó a un valor aproximado de $5,
precisaron.

La intención de la campaña contra este comestible tiene como
objetivo lograr que su precio baje a $3,99 el kilo, el valor que midió
el Indec en el último comunicado del Indice de Precios.

Acuerdos de precios

El gobierno acusó el impacto de la acción popular y convocó
a los empresarios a rebajar 5 % los valores de una canasta básica alimenticia.
El secretario de Comercio cita de a uno a los comerciantes para rubricar acuerdos
hasta fin de año.

La tregua no sólo abre interrogantes sobre el “día después”,
sino que despierta otras suspicacias en el contexto de los cuestionamientos
que se hicieron a las mediciones oficiales de precios.

¿Y si Moreno entregara esas planillas al Indec para que la gente de
su confianza las tome de referencia al cargar los datos de la encuesta?

El único empresario que salió a rechazar ese pacto fue Pascual
Mastellone, quien en nombre de La Serenísima no ocultó su escepticismo:
“Muchas empresas están con lo justo y van a decir que no. Además,
no aguantarían una suba salarial post-electoral”.

Mastellone conoce que los fabricantes de alimentos proponen reducir el precio
de 1 producto por empresa hasta 2,5%, y que el minorista se haga cargo del 2,5%
adicional. O sea compartir el costo de satisfacer el capricho gubernamental.

Y los supermercadistas advertirán que no pueden garantizar el control
de la rebaja más allá de 300 artículos que conforman la
canasta básica alimentaria.

“Nosotros no podríamos colaborar con eso porque seríamos
tildados por los accionistas como que estamos regalando la empresa, ya que estamos
pasando una situación muy complicada, en particular nosotros y SanCor,
los únicos que hemos cumplido los acuerdos de precios”, disparó
Mastellone.

El matutino ´Ambito Financiero´ afirmó: “Como sucedió con
el Plan Inquilinos (la cuota de un préstamo hipotecario iba a ser similar
a un alquiler) y los acuerdos de precios firmados este año con subas
de sólo 6%, el anuncio de hoy será una nueva ficción. Ni
siquiera el gobierno tiene forma de controlar que la deflación prometida
se cumpla”.

“Los grandes supermercados van a bajar, pero antes remarcarán 10%
los precios, como hicieron siempre”, explicó Miguel Calvette, titular
de la asociación de supermercadistas chinos, que agrupa a 2.600 comercios
del sector y que anticiparon que no pueden hacerse cargo de lo que les piden
los Kirchner y Moreno.

Las grandes cadenas de supermercados e hipermercados se comprometerán
hoy ante el presidente Néstor Kirchner a rebajar 5% sólo los precios
de aquellos alimentos, bebidas y productos de limpieza que logren acordar con
sus proveedores, y por un plazo acotado: hasta el 10 de diciembre, último
día del actual mandato presidencial. Por el momento, los grandes fabricantes
aceptaron abaratar sólo un producto de su amplia oferta, con lo que la
canasta rebajada resultará acotada, según informaron dos altas
fuentes del sector privado que participan del acuerdo.

Fuentes del Ministerio de Economía habían informado ayer que
Kirchner firmaría hoy con los supermercados un compromiso para reducir
5% hasta el 10 de diciembre “los precios de todos los productos, en especial
los de consumo masivo”. Agregaron que el Gobierno invitaba a los proveedores
a sumarse al esfuerzo de los supermercados.

Sin embargo, representantes de supermercados y proveedores afirmaron anoche
que finalmente el acuerdo sólo incluirá aquellos productos de
consumo masivo en los que las partes se pongan de acuerdo. En ellos, la cadena
comercial y el fabricante absorberán cada uno 2,5% de la rebaja del precio.
Por ejemplo, los supermercados pondrán en oferta la gaseosa Fanta de
dos litros (o 2,25, según la región), el único producto
que por ahora se comprometió a rebajar Coca-Cola. Quilmes, embotelladora
de Pepsi, todavía no decidió si abaratará la Mirinda del
mismo tamaño u otra gaseosa.

Algunas fuentes del sector privado advirtieron que el acuerdo sólo se
extenderá por 30 días, es decir, hasta después de las elecciones
presidenciales. Sin embargo, otros informantes privados afirmaron que durarán
hasta el fin del gobierno de Kirchner.

Los supermercados y las empresas de alimentos, bebidas y artículos de
limpieza ya habían firmado en su momento acuerdos de precios para aumentar
sus productos en un promedio de 6% a lo largo de este año. Los precios
de los supermercados subieron 14,1% en lo que va del año, pero incluyen
productos no pactados, como frutas, verduras o carnes.

Problemas para bajar

La rebaja de hoy comenzó a gestarse anteayer. El secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno, llamó a los supermercadistas para citarlos
para hoy, a las 9, en la Casa Rosada. Las cadenas reaccionaron diciendo que
no podían asumir una rebaja generalizada de 5% y le pidieron a Moreno
que reclamase un esfuerzo adicional a los proveedores. Los fabricantes recibieron
el mensaje del secretario y de los minoristas.

Dos representantes de la industria alimentaria dejaron ayer públicamente
en claro que no podían bajar los precios. Los dos, curiosamente, mantienen
una estrecha relación con el gobierno. Por un lado, el presidente de
la láctea Mastellone (La Serenísima), Pascual Mastellone, dijo:
“Me parece que por la situación que vive nuestra empresa esta vez
no vamos a poder colaborar. Si lo hiciéramos, los accionistas nos dirían
que la estamos regalando, porque estamos pasando una situación bastante
delicada. No sé cómo le irá a Moreno, pero, por la información
que tengo, muchas empresas están con lo justo y le van a decir que no.
Nosotros y Sancor tenemos problemas porque cumplimos los acuerdos de precios
y otros los han evadido”.

Por otra parte, el presidente de la Cámara de Empresas Procesadoras
Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, dijo que “los productores no
pueden hacer ningún ajuste”. “Si los supermercados asumen el
compromiso, sí se puede dar [el acuerdo]. No soy tan optimista de la
cadena comercial, porque son muchas manos las que intervienen.”

Este año, los acuerdos establecen que un fabricante puede aumentar sus
productos un promedio de 6%, con lo que algunos suben 16% y otros permanecen
sin cambios. Además, Moreno ya no se opone a que ciertos alimentos se
encarezcan cuando su materia prima, de cotización internacional, se dispara.

Un ejecutivo de una de las principales firmas alimentarias nacionales afirma
que Moreno “sigue encima de los precios de productos básicos, como
alimentos o medicamentos, ahora más que nunca”. Sobre todo en las
semanas previas a las elecciones presidenciales del 28 de este mes.

“Está encima de lo que puede controlar: si sube el trigo, el fabricante
de galletas pide un aumento y él lo permite. Y si el fabricante no lo
llama, él tampoco lo llama para reclamarle, como hacía antes,
porque sabe que el aumento es inevitable. Los acuerdos están desgastados,
pero Cristina Fernández de Kirchner dice que Moreno es un hombre muy
trabajador”, describe el ejecutivo, en referencia a las posibilidades del
secretario de permanecer en el Gobierno -tal vez como presidente de la petrolera
estatal Enarsa- en el caso de que la senadora gane los comicios. Para el empresario
citado, los sectores más necesitados de aumentos son las empresas lácteas
y los frigoríficos.

En una de las empresas lácteas, un ejecutivo afirma que Moreno concedió
en junio pasado un alza de 2% a todos los productos, aunque admitió que
entre ellos el más “observado” por el secretario es la leche.
En la primavera aumenta la producción de leche y cae el precio de la
materia prima, pero este año, con el alza de las cotizaciones de la soja
y otros insumos para las vacas, los valores de la leche de tambo no disminuyeron.

Las lácteas quieren que el gobierno les permita exportar. En la actualidad,
el Estado fija un precio de exportación de US$ 2100 por tonelada de leche
en polvo, a pesar de que en el mundo se pagan más de 5000. La diferencia
entre los 2100 y los 5000 queda en manos del Estado, por lo que se desalienta
la exportación, según el ejecutivo de la empresa láctea
consultada.

Papa

El Ministerio de Economía dio salida al fondo de $30 millones asignado
el mes pasado para subsidiar el precio de la papa por medio de la decisión
administrativa 485/2007, publicada en el Boletín Oficial.

Los productores estiman que con menos de un millón de pesos se estabilizarían
los precios y el Palacio de Hacienda admitió que aún no está
definido el destino de los fondos sobrantes.

Por el subsidio, parte de este mes y el pasado, la papa se vendió al
público a $1,40 el kilo, un valor bastante menor a los $4 a los que se
venía comercializando, aunque ese precio tiene alcance para partidas
limitadas.

Según lo pactado entre el gobierno, los supermercados y los productores,
esos fondos irán a los supermercados, que recibirán 30 centavos
de ayuda para afrontar los 1,35 que acordaron pagar a los productores por cada
kilo de papa subsidiada (unas 2500 toneladas o 70.000 bolsas de 35 kilos).

Antes del acuerdo, el precio mayorista era $1,70, pero, ante la amenaza oficial
de importar papa de Perú, los productores paperos accedieron a bajar
40 centavos su precio, y los supermercados a vender el producto a $1,40.

Lo que todavía no quedó claro de la medida es adónde irán
a parar los fondos que no se usen para subsidiar a los productores, ya que,
para 2500 toneladas subsidiadas a 30 centavos por kilo, se usarían $750.000
de la partida. Es decir, restan más de $29 millones de subsidio a la
papa que no tienen destino específico.

Fuentes del Ministerio de Economía aseguraron no está establecido
aún cuánto de los fondos irán a los supermercados que suscribieron
al acuerdo (Coto, Carrefour, Jumbo, Wal-Mart, minimercados Best, Leader Price
y los autoservicios chinos) y qué pasará con lo que sobra del
fondo, aunque sigue abierta la posibilidad de que esos fondos se usen para subsidiar
a los mayoristas que deseen importar el producto de países limítrofes.

“Todavía no tenemos noticias del pago, pero nos informaron que la
liquidación de los supermercados será este jueves”, expresó
al matutino ´La Nación´ Agustín Pizzichini, productor y director
de Federación Agraria Argentina en Córdoba, y uno de los que suscribió
el pacto. “Teniendo en cuenta el volumen aportado, dudo de que el pago
total exceda el millón de pesos”, agregó Pizzichini.

Según otro productor hortícola consultado por el matutino, y
que prefirió que su nombre no sea revelado, hay algo de inquietud entre
los productores que participaron de la venta de papa barata por la demora en
los pagos, que no estaba prevista inicialmente.

También hubo muchas quejas por la calidad de la papa vendida, que no
se correspondía con la enviada originalmente. “Nosotros mandamos
una papa excelente y después se vendió cualquier cosa. Muchos
supermercados vendieron nuestra papa a $4 y buscaron una peor para venderla
al precio oficial”, indicó Pizzichini, que calificó al mecanismo
de subsidio de “muy desparejo”.

Para Pizzichini, de acá en adelante es poco probable que se repita el
operativo pro papa barata.

La papa, el tomate, la cebolla, la calabaza y el zapallito son algunas de las
hortalizas que más subas registraron este año. El tomate alcanzó
hace dos semanas el precio de $18 por kilo, lo que motivó quejas de los
consumidores y una caída de las ventas del producto.

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