(EFE).- Tras una semana negra, los inversores de Wall Street esperan un verdadero milagro que le dé a los mercados un fuerte impulso de alzas: que la Reserva Federal de Estados Unidos rebaje el martes las tasas de interés en 0,75 puntos porcentuales.
Según cifras disponibles al cierre de ayer viernes, el promedio Dow Jones Industriales, el más importante de las bolsas de Nueva York, se situó en los 9.823,41 puntos, la cifra más baja en 12 meses.
En la semana, el Dow Jones perdió 821 puntos (7,71%), la mayor caída semanal de la historia del Dow Jones, medida en puntos.
En términos porcentuales, sin embargo, esta caída no es de las más importantes en la historia del mercado, pues sólo ocupa el lugar 44 dentro de los más fuertes descensos.
Con todo, los inversores sintieron con rudeza el golpe de las caídas del lunes, miércoles y viernes, de 436, 317 y 213 puntos, respectivamente.
El mercado electrónico Nasdaq, en el que cambian de manos la mayor parte de las acciones de empresas de nuevas tecnologías, informática e Internet, se situó al cierre de ayer viernes en los 1.890,91 puntos, el nivel más bajo desde noviembre de 1998.
En la semana, el Nasdaq perdió 162 puntos (7,9%).
Durante las últimas cinco sesiones, las bolsas fueron golpeadas con fuerza por una serie de advertencias de empresas del sector de las nuevas tecnologías, las previsiones económicas de Japón y Europa, y las dudas sobre el futuro de la economía y de las tasas de interés estadounidenses.
Para los inversores, lo único que podría salvar a la bolsas de seguir cayendo sería que en la reunión del próximo 20 de marzo la Reserva Federal decretase una rebaja de 0,75 puntos porcentuales de la tasa interbancaria, desde el actual 5,5% a 4,75%.
Los expertos creen que una rebaja de 0,5 puntos ya está descontada por el mercado, y que si las autoridades decretasen una rebaja de esta magnitud, no provocaría ningún efecto positivo en las bolsas; es más, se teme que una rebaja de medio punto desencadene una nueva corriente de bajas.
Las esperanzas de los inversores parecen estar avaladas por los últimos datos de inflación que se dieron a conocer ayer viernes.
El Gobierno informó que el índice de precios al por mayor subió 0,1% en febrero.
Al descontar los productos volátiles, como alimentos y energéticos, los precios al por mayor incluso cayeron 0,3%, una cifra que sorprendió a los analistas, que esperaban un alza de 0,1%.
Estas cifras demuestran que la inflación está bajo control y no representa un problema para la economía de Estados Unidos, lo que dejaría abiertas las puertas para que las autoridades rebajen las tasas de manera agresiva.
Sin embargo, los analistas creen que el deseo de los inversores es sólo eso, un deseo, y que es muy poco probable, casi imposible, que la Reserva Federal rebaje las tasas más de medio punto.
A juicio de Charles Lieberman, economista del Investor Advisors Center, la Reserva Federal sólo rebajará las tasas en 0,5%.
El experto explica que las autoridades fijan sus políticas de acuerdo a la salud general de la economía, y que al decidir la política monetaria se toman en cuenta temas como el empleo, la demanda, el crecimiento y la actividad económica, pero no el rendimiento del mercado.
A juicio de Lieberman, en términos estrictamente técnicos, las variables económicas justifican una rebaja de tasas de sólo 0,25 puntos.
Pese a ello, el experto cree que las autoridades buscarán dar una señal de que están al tanto de los peligros de una desaceleración excesiva y que rebajarán las tasas en medio punto.
Pero, para el analista, una rebaja de más de medio punto es casi totalmente imposible, pues cree que enviaría una señal errónea al mercado.
El experto cree que si la rebaja es de 0,75 puntos, entonces la Reserva Federal estaría ayudando directamente a las bolsas, algo que no es el deseo ni la misión de las autoridades monetarias, para quienes la marcha de Wall Street no es, ni debiera ser, una prioridad.
Por eso se cree que las previsiones de una rebaja de 0,75 puntos de la tasa interbancaria no es más que una fantasía que a los ojos del deseo se confunde con una realidad posible.
(EFE).- Tras una semana negra, los inversores de Wall Street esperan un verdadero milagro que le dé a los mercados un fuerte impulso de alzas: que la Reserva Federal de Estados Unidos rebaje el martes las tasas de interés en 0,75 puntos porcentuales.
Según cifras disponibles al cierre de ayer viernes, el promedio Dow Jones Industriales, el más importante de las bolsas de Nueva York, se situó en los 9.823,41 puntos, la cifra más baja en 12 meses.
En la semana, el Dow Jones perdió 821 puntos (7,71%), la mayor caída semanal de la historia del Dow Jones, medida en puntos.
En términos porcentuales, sin embargo, esta caída no es de las más importantes en la historia del mercado, pues sólo ocupa el lugar 44 dentro de los más fuertes descensos.
Con todo, los inversores sintieron con rudeza el golpe de las caídas del lunes, miércoles y viernes, de 436, 317 y 213 puntos, respectivamente.
El mercado electrónico Nasdaq, en el que cambian de manos la mayor parte de las acciones de empresas de nuevas tecnologías, informática e Internet, se situó al cierre de ayer viernes en los 1.890,91 puntos, el nivel más bajo desde noviembre de 1998.
En la semana, el Nasdaq perdió 162 puntos (7,9%).
Durante las últimas cinco sesiones, las bolsas fueron golpeadas con fuerza por una serie de advertencias de empresas del sector de las nuevas tecnologías, las previsiones económicas de Japón y Europa, y las dudas sobre el futuro de la economía y de las tasas de interés estadounidenses.
Para los inversores, lo único que podría salvar a la bolsas de seguir cayendo sería que en la reunión del próximo 20 de marzo la Reserva Federal decretase una rebaja de 0,75 puntos porcentuales de la tasa interbancaria, desde el actual 5,5% a 4,75%.
Los expertos creen que una rebaja de 0,5 puntos ya está descontada por el mercado, y que si las autoridades decretasen una rebaja de esta magnitud, no provocaría ningún efecto positivo en las bolsas; es más, se teme que una rebaja de medio punto desencadene una nueva corriente de bajas.
Las esperanzas de los inversores parecen estar avaladas por los últimos datos de inflación que se dieron a conocer ayer viernes.
El Gobierno informó que el índice de precios al por mayor subió 0,1% en febrero.
Al descontar los productos volátiles, como alimentos y energéticos, los precios al por mayor incluso cayeron 0,3%, una cifra que sorprendió a los analistas, que esperaban un alza de 0,1%.
Estas cifras demuestran que la inflación está bajo control y no representa un problema para la economía de Estados Unidos, lo que dejaría abiertas las puertas para que las autoridades rebajen las tasas de manera agresiva.
Sin embargo, los analistas creen que el deseo de los inversores es sólo eso, un deseo, y que es muy poco probable, casi imposible, que la Reserva Federal rebaje las tasas más de medio punto.
A juicio de Charles Lieberman, economista del Investor Advisors Center, la Reserva Federal sólo rebajará las tasas en 0,5%.
El experto explica que las autoridades fijan sus políticas de acuerdo a la salud general de la economía, y que al decidir la política monetaria se toman en cuenta temas como el empleo, la demanda, el crecimiento y la actividad económica, pero no el rendimiento del mercado.
A juicio de Lieberman, en términos estrictamente técnicos, las variables económicas justifican una rebaja de tasas de sólo 0,25 puntos.
Pese a ello, el experto cree que las autoridades buscarán dar una señal de que están al tanto de los peligros de una desaceleración excesiva y que rebajarán las tasas en medio punto.
Pero, para el analista, una rebaja de más de medio punto es casi totalmente imposible, pues cree que enviaría una señal errónea al mercado.
El experto cree que si la rebaja es de 0,75 puntos, entonces la Reserva Federal estaría ayudando directamente a las bolsas, algo que no es el deseo ni la misión de las autoridades monetarias, para quienes la marcha de Wall Street no es, ni debiera ser, una prioridad.
Por eso se cree que las previsiones de una rebaja de 0,75 puntos de la tasa interbancaria no es más que una fantasía que a los ojos del deseo se confunde con una realidad posible.
