“El retroceso del dólar en estos últimos meses beneficia a
las exportaciones”, salió a decir John Snow, secretario de Hacienda,
cuando el euro volvía a quebrar los máximos desde enero de 1999
y marcaba US$ 1,16. Esto equivale a 3,8% de avance en mayo, 11% en el año
y poco más de 21% en los últimos doce meses. A última hora,
Chicago atenuaba el precio a US$ 1,159, igualmente récord.
A juicio del mercado, ahora Washington apuesta a una combinación de
dólar muy barato y tasas exiguas para reactivar una economía que
se muestra reticente. “Eso durará mientras se mantenga la coexistencia
de dólar barato y tasas bajas, en tanto la economía precisa US$
1.500 millones diarios de inversión directa externa”, comentaban
varios expertos, subrayando que dos o tres sectores relevantes ascendían
ayer en la bolsa, justamente porque les va bien con este dólar.
Pesó además un estímulo psicológico inesperado.
En Basilea, la reunión ordinaria del Banco de Ajustes Internacionales
(BAI) sirvió para que los diez principales emisores -el suizo inclusive-
pintasen un futuro positivo. En realidad, lo hizo su vocero informal, Edward
George -gobernador saliente del Banco de Inglaterra-, a cuyo juicio el fin de
la guerra en Irak reduce incertidumbres.
Sin dar muchas explicaciones, el ortodoxo banquero también se mostró
esperanzando en la economía de la Unión Europea, aun reconociendo
que el ritmo actual es pálido. Tras anticipar que el PBI norteamericano
recobraría 3% este año, pronosticó hasta 2,5% para la UE
en 2004. Llamó la atención que las estimaciones de George sobre
Estados Unidos no coincidiesen con las advertencias sobre deflación formuladas
hace poco por Alan Greenspan, presidente del Sistema de Reserva Federal, presente
en el encuentro en Basilea. Como contraste, el franco suizo acompañó
al euro: a US$ 0,765, estaba en el máximo de cuatro años.
“El retroceso del dólar en estos últimos meses beneficia a
las exportaciones”, salió a decir John Snow, secretario de Hacienda,
cuando el euro volvía a quebrar los máximos desde enero de 1999
y marcaba US$ 1,16. Esto equivale a 3,8% de avance en mayo, 11% en el año
y poco más de 21% en los últimos doce meses. A última hora,
Chicago atenuaba el precio a US$ 1,159, igualmente récord.
A juicio del mercado, ahora Washington apuesta a una combinación de
dólar muy barato y tasas exiguas para reactivar una economía que
se muestra reticente. “Eso durará mientras se mantenga la coexistencia
de dólar barato y tasas bajas, en tanto la economía precisa US$
1.500 millones diarios de inversión directa externa”, comentaban
varios expertos, subrayando que dos o tres sectores relevantes ascendían
ayer en la bolsa, justamente porque les va bien con este dólar.
Pesó además un estímulo psicológico inesperado.
En Basilea, la reunión ordinaria del Banco de Ajustes Internacionales
(BAI) sirvió para que los diez principales emisores -el suizo inclusive-
pintasen un futuro positivo. En realidad, lo hizo su vocero informal, Edward
George -gobernador saliente del Banco de Inglaterra-, a cuyo juicio el fin de
la guerra en Irak reduce incertidumbres.
Sin dar muchas explicaciones, el ortodoxo banquero también se mostró
esperanzando en la economía de la Unión Europea, aun reconociendo
que el ritmo actual es pálido. Tras anticipar que el PBI norteamericano
recobraría 3% este año, pronosticó hasta 2,5% para la UE
en 2004. Llamó la atención que las estimaciones de George sobre
Estados Unidos no coincidiesen con las advertencias sobre deflación formuladas
hace poco por Alan Greenspan, presidente del Sistema de Reserva Federal, presente
en el encuentro en Basilea. Como contraste, el franco suizo acompañó
al euro: a US$ 0,765, estaba en el máximo de cuatro años.