La entidad afectada es una de las mayores de Italia y éste es quinto dictamen –contando dos en Alemania- contrario a firmas de valores, bancos y otros intermediarios financieros que empapelaron a ahorristas e inversores con bonos argentinos. Eso ocurría en 1999-2001, cuando ya se sabía que la paridad fija con caja de conversión se venía abajo.
El magistrado, Luigi Lalla, emitió sentencia favorable y un exhorto al banco para abonar la suma indicada. Ahora, la entidad tiene hasta mediados de noviembre para apelar. “Es la primera vez que un veredicto favorable a ahorristas sale junto con exhorto ejecutivo, en medio de la tormenta desencadenada contra el gobierno argentino”, señalaba Adriana Cimmino, abogada del matrimonio.
Cabe acotar que Roberto Lavagna, ministro de Economía, acaba de criticar duramente a su colega italiano por actitudes francamente no amistosas respecto de Buenos Aires. Por otra parte, el gobierno italiano había presionado al Grupo de los Siete para hostigar la propuesta de canje argentina.
“Como mis clientes, la mayoría de los 420.000 bonistas italianos son jubilados y los afecta el cese de pagos unilateral decretado en Buenos Aires a principios de 2002. Pero la responsabilidad directa corresponde a los vendedores”, añadía la letrada. De paso, los casi € 13.000 millones en poder de bonistas italianos son menos que el agujero dejado por los Tanzi en Parlamat (14.300 millones).
Cimmino tenía buenas armas. Por ejemplo, pruebas de que Banca di Roma había cometido irregularidades formales en el contrato y la operación se había cerrado por teléfono. “Creo que lo mismo hicieron otros intermediarios italianos”. No por casualidad, también otros dos jueces encontraron ese tipo de fallas, amén de la falta de información al cliente sobre la calidad real de los bonos vendidos: chatarra.
Por cierto, muchos tenedores reales de bonos, no simplemente “comités” manejados por fondos buitres, están convencidos de que la culpa real la tienen los intermediarios. Pero sucede que, aun operando en el mismo negocio de riesgo financiero que los fondos buitres, tienen un poder de “lobby” muy superior. Eso explica los absurdos embargos dictados por algunos jueces norteamericanos.
La entidad afectada es una de las mayores de Italia y éste es quinto dictamen –contando dos en Alemania- contrario a firmas de valores, bancos y otros intermediarios financieros que empapelaron a ahorristas e inversores con bonos argentinos. Eso ocurría en 1999-2001, cuando ya se sabía que la paridad fija con caja de conversión se venía abajo.
El magistrado, Luigi Lalla, emitió sentencia favorable y un exhorto al banco para abonar la suma indicada. Ahora, la entidad tiene hasta mediados de noviembre para apelar. “Es la primera vez que un veredicto favorable a ahorristas sale junto con exhorto ejecutivo, en medio de la tormenta desencadenada contra el gobierno argentino”, señalaba Adriana Cimmino, abogada del matrimonio.
Cabe acotar que Roberto Lavagna, ministro de Economía, acaba de criticar duramente a su colega italiano por actitudes francamente no amistosas respecto de Buenos Aires. Por otra parte, el gobierno italiano había presionado al Grupo de los Siete para hostigar la propuesta de canje argentina.
“Como mis clientes, la mayoría de los 420.000 bonistas italianos son jubilados y los afecta el cese de pagos unilateral decretado en Buenos Aires a principios de 2002. Pero la responsabilidad directa corresponde a los vendedores”, añadía la letrada. De paso, los casi € 13.000 millones en poder de bonistas italianos son menos que el agujero dejado por los Tanzi en Parlamat (14.300 millones).
Cimmino tenía buenas armas. Por ejemplo, pruebas de que Banca di Roma había cometido irregularidades formales en el contrato y la operación se había cerrado por teléfono. “Creo que lo mismo hicieron otros intermediarios italianos”. No por casualidad, también otros dos jueces encontraron ese tipo de fallas, amén de la falta de información al cliente sobre la calidad real de los bonos vendidos: chatarra.
Por cierto, muchos tenedores reales de bonos, no simplemente “comités” manejados por fondos buitres, están convencidos de que la culpa real la tienen los intermediarios. Pero sucede que, aun operando en el mismo negocio de riesgo financiero que los fondos buitres, tienen un poder de “lobby” muy superior. Eso explica los absurdos embargos dictados por algunos jueces norteamericanos.