En un diciembre muy dado a calenturas especulativas, el euro perdió 1,24% en dólares (quedó en US$ 1,323, de todos modos un precio alto). Eso bastó para que varios gurúes neoyorquinas dijesen que el dólar se recobró poorque el déficit en cuenta corriente rea inferior al temiso. Sea como fuere, el III trimestre proyecta cerca de US$ 659.000 millones en un año.
En registro opuesto, las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo marcaron –la semana pasada- el mayor descesno en tres años. Un indicador más parcial, el de actividad industrial en el litoral atlántico medio, muestra leves señales de repunte.
Pero, volviendo al tono inicial, el gobierno reveló que la construcción de nuevas viviendas sufrió, en noviembre, el retroceso más pronunciado en once años. Curioamente, el crédito hipotecario no ha aumentado al ritmo de las tasas cortas referenciales (pasaron de 1 a 2,25% entre julio y diciembre).
Entretanto, la caída de existencias de petróleo para calefacción en Estados Unidos mantiene los crudos alrededor de US$ 44 el barril -tejano liviano, Nueva York- y US$ 42,20 el Brent nórdico (Londres). Ello se debe a una prematura ola polar en el noreste norteamericano. el mayor mercado mundial para ese tipo de combustible.
Wall Street, entonces, terminó cediendo de 0,15 a 0,98%, pues el clima ya venía denso desde el martes. Ese día, cuando todos apostaban a que octubre hubiese ampliado el repliegue del rojo registrado en septiembre, éste pegó un salto de 8,9%. El nuevo máximo nominal, US$ 55.500 millones, sigue afectando las acciones.
Por supuesto, el departamento federal de Comercio atribuye parte del fenómeno a los precios petroleros, por entonces también en picos nominales históricos. Sin embargo, la fase alcista de los crudos ya se notaba en septiembre y, ese mes, el déficit de comercio exterior cedió moderadamente.
Los resultados de octubre, entretanto, llevan a US$ 550.500 millones el déficit acumluado en diez meses, lo cual ya desborda el récord de todo 2003 (496.500 millones). Pese al persistente deterioro del dólar ante otras divisas desde 2002, lo cual abarata las exportaciones estadounidenses y encarece las importaciones, el rojo mensual ha subido de US$ 50.900 a 55.500 millones.
La noticia puede hacer que los analistas económicos vuelvan a reducir proyecciones de crecimiento en el producto bruto interno. Naturalmente, ya hace ceder bonos y letras federales, pues aumenta dudas de que EE.UU. siga atrayendo capitales financieros e inversión externa directa. Ambas corrientes son indispensables para financier el aumento del déficit fiscal y el de pagos externos.
“Los pagos externos y la balanza comercial generan escasas esperanzas de mejora para 2005. En particular un factor silenciado por Comercio: el déficit con China”. Así teme un informe de la firma de valores Miller, Tabak & Co. (Nueva York), que también preve una baja en el cálculo del PBI para este año y el siguiente. Por supuesto, la Casa Blance resta relevancia al dato y sostiene que la economía sigue reactivándose.
En un diciembre muy dado a calenturas especulativas, el euro perdió 1,24% en dólares (quedó en US$ 1,323, de todos modos un precio alto). Eso bastó para que varios gurúes neoyorquinas dijesen que el dólar se recobró poorque el déficit en cuenta corriente rea inferior al temiso. Sea como fuere, el III trimestre proyecta cerca de US$ 659.000 millones en un año.
En registro opuesto, las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo marcaron –la semana pasada- el mayor descesno en tres años. Un indicador más parcial, el de actividad industrial en el litoral atlántico medio, muestra leves señales de repunte.
Pero, volviendo al tono inicial, el gobierno reveló que la construcción de nuevas viviendas sufrió, en noviembre, el retroceso más pronunciado en once años. Curioamente, el crédito hipotecario no ha aumentado al ritmo de las tasas cortas referenciales (pasaron de 1 a 2,25% entre julio y diciembre).
Entretanto, la caída de existencias de petróleo para calefacción en Estados Unidos mantiene los crudos alrededor de US$ 44 el barril -tejano liviano, Nueva York- y US$ 42,20 el Brent nórdico (Londres). Ello se debe a una prematura ola polar en el noreste norteamericano. el mayor mercado mundial para ese tipo de combustible.
Wall Street, entonces, terminó cediendo de 0,15 a 0,98%, pues el clima ya venía denso desde el martes. Ese día, cuando todos apostaban a que octubre hubiese ampliado el repliegue del rojo registrado en septiembre, éste pegó un salto de 8,9%. El nuevo máximo nominal, US$ 55.500 millones, sigue afectando las acciones.
Por supuesto, el departamento federal de Comercio atribuye parte del fenómeno a los precios petroleros, por entonces también en picos nominales históricos. Sin embargo, la fase alcista de los crudos ya se notaba en septiembre y, ese mes, el déficit de comercio exterior cedió moderadamente.
Los resultados de octubre, entretanto, llevan a US$ 550.500 millones el déficit acumluado en diez meses, lo cual ya desborda el récord de todo 2003 (496.500 millones). Pese al persistente deterioro del dólar ante otras divisas desde 2002, lo cual abarata las exportaciones estadounidenses y encarece las importaciones, el rojo mensual ha subido de US$ 50.900 a 55.500 millones.
La noticia puede hacer que los analistas económicos vuelvan a reducir proyecciones de crecimiento en el producto bruto interno. Naturalmente, ya hace ceder bonos y letras federales, pues aumenta dudas de que EE.UU. siga atrayendo capitales financieros e inversión externa directa. Ambas corrientes son indispensables para financier el aumento del déficit fiscal y el de pagos externos.
“Los pagos externos y la balanza comercial generan escasas esperanzas de mejora para 2005. En particular un factor silenciado por Comercio: el déficit con China”. Así teme un informe de la firma de valores Miller, Tabak & Co. (Nueva York), que también preve una baja en el cálculo del PBI para este año y el siguiente. Por supuesto, la Casa Blance resta relevancia al dato y sostiene que la economía sigue reactivándose.