Al mismo tiempo, el euro fue estimulado por datos sobre reactivación industrial en varios miembros de la Unión Europea. También influyó positivamente la baja más acentuada del desempleo alemán en quince años. En lo tocante al oro, la vulnerabilidad del dólar y la criris del gas lo tornan en activo de refugio.
De inmediato, los mercados sacaron dos conclusiones. Una, razonable, que el Banco Central Europeo podría elevar la tasa básica de 2,25 a 2,5% anual. La otra, por hoy mera expresión de deseos, que la Reserva Federal tal vez detenga la serie de ajustes hacia arriba iniciada en julio de 2004. Pese a lo que sostienen medios allegados a la especulación bursátil, las minutas de la última reunión del comité monetario (RF) no translucen un cambio de política.
“La mejora de estadísticas industriales en la Eurozona y los pobres resultados en Estados Unidos están castigando a un dólar que, tal vez, haya subido demasiado en meses recientes”. Así señala un informe de ABN Amro (Chicago). “El nuevo y pronunciado repunte del oro (US$ 494 a 534,25, o sea 8% en pocos días) corre en la misma dirección”.
Así, el euro pasaba de US$ 1,182 a 1,202 en una sola jornada, más de 1%. En tèrminos inversos, dólar en euros, el alza roza 1,3%. Eso no ocurría desde octubre. Pese a la continua intervención del banco central, el dólar descendió de ¥ 118 a 116,70. Esa fuente y otras esperan que el euro se mantenga sobre US$ 1,20 y el dólar bajo ¥ 116/7.
Ern lo concerniente a la industria norteamericana, el Institute for Supply Managenment (sencillamente, gerentes de compras) difundió su índice de actividad. Tras 58,1 puntos en noviembre, los 54,2 de diciembre denotan 6,7% de retroceso. La cincuentena de gupúes rentados por Bloomberg’s, fieles a una tradición voluntarista, tornaron a equivocarse: prometían 57,5 puntos. “Es inexplicable que Wall Street se aferre a gente que casi nunca acierta y yerra por lejos”, ironizaba Paul Krugman en su columna semanal sindicada.
Al mismo tiempo, el euro fue estimulado por datos sobre reactivación industrial en varios miembros de la Unión Europea. También influyó positivamente la baja más acentuada del desempleo alemán en quince años. En lo tocante al oro, la vulnerabilidad del dólar y la criris del gas lo tornan en activo de refugio.
De inmediato, los mercados sacaron dos conclusiones. Una, razonable, que el Banco Central Europeo podría elevar la tasa básica de 2,25 a 2,5% anual. La otra, por hoy mera expresión de deseos, que la Reserva Federal tal vez detenga la serie de ajustes hacia arriba iniciada en julio de 2004. Pese a lo que sostienen medios allegados a la especulación bursátil, las minutas de la última reunión del comité monetario (RF) no translucen un cambio de política.
“La mejora de estadísticas industriales en la Eurozona y los pobres resultados en Estados Unidos están castigando a un dólar que, tal vez, haya subido demasiado en meses recientes”. Así señala un informe de ABN Amro (Chicago). “El nuevo y pronunciado repunte del oro (US$ 494 a 534,25, o sea 8% en pocos días) corre en la misma dirección”.
Así, el euro pasaba de US$ 1,182 a 1,202 en una sola jornada, más de 1%. En tèrminos inversos, dólar en euros, el alza roza 1,3%. Eso no ocurría desde octubre. Pese a la continua intervención del banco central, el dólar descendió de ¥ 118 a 116,70. Esa fuente y otras esperan que el euro se mantenga sobre US$ 1,20 y el dólar bajo ¥ 116/7.
Ern lo concerniente a la industria norteamericana, el Institute for Supply Managenment (sencillamente, gerentes de compras) difundió su índice de actividad. Tras 58,1 puntos en noviembre, los 54,2 de diciembre denotan 6,7% de retroceso. La cincuentena de gupúes rentados por Bloomberg’s, fieles a una tradición voluntarista, tornaron a equivocarse: prometían 57,5 puntos. “Es inexplicable que Wall Street se aferre a gente que casi nunca acierta y yerra por lejos”, ironizaba Paul Krugman en su columna semanal sindicada.