Una sorpresa: la nómina empieza con Union des banques suisses (US$ 1,12 billón) y Citigroup, con 1,09 billón, queda segundo. Lo siguen Mizuho (996.000 millones), Honkong-Shanghai banking corporation –otro que se suponía líder, US$ 937.000 millones-, Crédit Agricole (911.000 millones), BNP-Paribas (904.000 millones), ING (866.000 millones), JP Morgan Chase (850.000 millones), Deutsche Bank (840.000 millones) y Royal Bank of Scotland (828.000 millones).
Entre esa primera decena, los dos franceses contienen participación estatal y CA ha salido en pos de una institución italiana. Después aparecen Bank of America, con activos por US$ 815.000 millones tras absorber FleetBoston, Unicredito-HVB, Mitsubishi (775.000 millones), Barclay’s (740.000 millones), Crédit Suisse First Boston (692.000 millones), Sumitomo (689.000 millones), HBOS (Gran Bretaña, 628.000 millones), ABN Amro (608.000 millones), Société Générale (600.000 millones) y Banco Santander Central Hispano (569.000 millones).
Muy por debajo se encuentran otros dos “grandes” italianos. Se trata de Intesa (US$ 275.000 millones) y San Paolo IMI (211.000 millones). Capitalia. Monte Paschi y Mediobanca ni figuran en la lista compilada por la consultoría R&S para esa última entidad.
Luego se explica que, en general, la banca privada italiana tiene mentalidad y prácticas menos europeas que su dinámica rival, la española. Ello se nota, de paso, en la prensa, cuya obsesión por meter mal inglés –por ejemplo, decirle “bankitalia” al central- hasta en los títulos refleja un complejo de inferioridad tercermundista.
En síntesis, excepto uno, no se divisan bancos itálicos capaces de pelear la plaza en la Eurozona ni la Unión Europea completa. Mucho menos, en el resto del mundo (como hace Fiat o Techint). Inclusive ha desaparecido de mercados periféricos como el argentino, donde ya no queda una sola institución peninsular (llegó a haber cinco).
Una sorpresa: la nómina empieza con Union des banques suisses (US$ 1,12 billón) y Citigroup, con 1,09 billón, queda segundo. Lo siguen Mizuho (996.000 millones), Honkong-Shanghai banking corporation –otro que se suponía líder, US$ 937.000 millones-, Crédit Agricole (911.000 millones), BNP-Paribas (904.000 millones), ING (866.000 millones), JP Morgan Chase (850.000 millones), Deutsche Bank (840.000 millones) y Royal Bank of Scotland (828.000 millones).
Entre esa primera decena, los dos franceses contienen participación estatal y CA ha salido en pos de una institución italiana. Después aparecen Bank of America, con activos por US$ 815.000 millones tras absorber FleetBoston, Unicredito-HVB, Mitsubishi (775.000 millones), Barclay’s (740.000 millones), Crédit Suisse First Boston (692.000 millones), Sumitomo (689.000 millones), HBOS (Gran Bretaña, 628.000 millones), ABN Amro (608.000 millones), Société Générale (600.000 millones) y Banco Santander Central Hispano (569.000 millones).
Muy por debajo se encuentran otros dos “grandes” italianos. Se trata de Intesa (US$ 275.000 millones) y San Paolo IMI (211.000 millones). Capitalia. Monte Paschi y Mediobanca ni figuran en la lista compilada por la consultoría R&S para esa última entidad.
Luego se explica que, en general, la banca privada italiana tiene mentalidad y prácticas menos europeas que su dinámica rival, la española. Ello se nota, de paso, en la prensa, cuya obsesión por meter mal inglés –por ejemplo, decirle “bankitalia” al central- hasta en los títulos refleja un complejo de inferioridad tercermundista.
En síntesis, excepto uno, no se divisan bancos itálicos capaces de pelear la plaza en la Eurozona ni la Unión Europea completa. Mucho menos, en el resto del mundo (como hace Fiat o Techint). Inclusive ha desaparecido de mercados periféricos como el argentino, donde ya no queda una sola institución peninsular (llegó a haber cinco).
