La compleja batalla continúa, no se sabe bien cómo, entre la menor postura, representada por Barclay’s y sus aliados (uno es BofA), y la mayor, planteada por Royal Bank of Scotland y su consorcio, donde figura Banco Santander Central Hispano. A pedido de VEB, grupo de inversores holandeses -quizás inducido desde el banco central-, el magistrado Huubert Willems ha congelado la venta del LaSalle (US$ 21.000 millones), subsidiario de ABN.
El recurso de VEB se interpuso ante la cámara de derecho privado, vía el juez para el distrito de Amsterdam. A criterio del demandante, esa operación debiera ser considerada en una asamblea de accionistas, “para evitar una puja o un desenlace no deseados”.
En los papeles, ABN Amro aceptó venderse el 23 de abril a Barclay’s. Dos días después, RBS encabezaba una contraoferta 12,6% superior. Pero “toda decisión que siembre dudas sobre acuerdos preexistentes significará pérdidas”, sostiene Jaap Koelewijn, experto en derecho empresario. “ABN estaba en posición fuerte, pero Willems tuvo en cuenta los intereses de la sociedad y de los accionistas”.
El problema surge de una coincidencia. Aquel 23 de abril, mientras Barclay’s formulaba su oferta, Bank of America aceptaba adquirir el LaSalle por US$ 21.000 millones. Después, el consorcio liderado por RBS condicionaba su propia propuesta a la suerte del LaSalle. Pero, de paso, manifestaba la intención de desmantelar un grupo bancario que opera en Holanda desde 1824.
La compleja batalla continúa, no se sabe bien cómo, entre la menor postura, representada por Barclay’s y sus aliados (uno es BofA), y la mayor, planteada por Royal Bank of Scotland y su consorcio, donde figura Banco Santander Central Hispano. A pedido de VEB, grupo de inversores holandeses -quizás inducido desde el banco central-, el magistrado Huubert Willems ha congelado la venta del LaSalle (US$ 21.000 millones), subsidiario de ABN.
El recurso de VEB se interpuso ante la cámara de derecho privado, vía el juez para el distrito de Amsterdam. A criterio del demandante, esa operación debiera ser considerada en una asamblea de accionistas, “para evitar una puja o un desenlace no deseados”.
En los papeles, ABN Amro aceptó venderse el 23 de abril a Barclay’s. Dos días después, RBS encabezaba una contraoferta 12,6% superior. Pero “toda decisión que siembre dudas sobre acuerdos preexistentes significará pérdidas”, sostiene Jaap Koelewijn, experto en derecho empresario. “ABN estaba en posición fuerte, pero Willems tuvo en cuenta los intereses de la sociedad y de los accionistas”.
El problema surge de una coincidencia. Aquel 23 de abril, mientras Barclay’s formulaba su oferta, Bank of America aceptaba adquirir el LaSalle por US$ 21.000 millones. Después, el consorcio liderado por RBS condicionaba su propia propuesta a la suerte del LaSalle. Pero, de paso, manifestaba la intención de desmantelar un grupo bancario que opera en Holanda desde 1824.