Los pases de créditos en mora, según el índice norteamericano Markit iTraxx –entidades financieras y aseguradoras- subieron quince puntos básicos a un récord de 153 este viernes. Su contraparte de la Eurozona quedaba en 149,5. Así señala un informe de JP Morgan Chase.
Carlyle Capital, subsidiaria de CG establecida en Amsterdam, reveló que bancos acreedores la fuerzan a vender algunos activos y que siguen las notificaciones de prestamistas por cese de pagos. Al mismo tiempo, los bancos se aferran al efectivo y reducen créditos a fondos de cobertura (derivados).
Otro récord en embargos y ejecuciones hipotecarias se descuenta este mes en EE.UU. Por ende, crece la inquietud ante posibles colapsos entre firmas financieras y bancas de inversión.
Los pases de créditos en mora son instrumentos volátiles que especulan con las posibilidades de una compañía de repagar –o no- obligaciones. Se arman con bonos emitidos por esos deudores; o sea, activos virtuales con escaso sostén. Cada contrato reconoce al comprador un valor nominal, a cambio de títulos o efectivo, en caso de que el deudor no pueda cumplir sus compromisos. Si los índices suben, denotan que la capacidad repagadora del deudor empeora.
Los pases de créditos en mora, según el índice norteamericano Markit iTraxx –entidades financieras y aseguradoras- subieron quince puntos básicos a un récord de 153 este viernes. Su contraparte de la Eurozona quedaba en 149,5. Así señala un informe de JP Morgan Chase.
Carlyle Capital, subsidiaria de CG establecida en Amsterdam, reveló que bancos acreedores la fuerzan a vender algunos activos y que siguen las notificaciones de prestamistas por cese de pagos. Al mismo tiempo, los bancos se aferran al efectivo y reducen créditos a fondos de cobertura (derivados).
Otro récord en embargos y ejecuciones hipotecarias se descuenta este mes en EE.UU. Por ende, crece la inquietud ante posibles colapsos entre firmas financieras y bancas de inversión.
Los pases de créditos en mora son instrumentos volátiles que especulan con las posibilidades de una compañía de repagar –o no- obligaciones. Se arman con bonos emitidos por esos deudores; o sea, activos virtuales con escaso sostén. Cada contrato reconoce al comprador un valor nominal, a cambio de títulos o efectivo, en caso de que el deudor no pueda cumplir sus compromisos. Si los índices suben, denotan que la capacidad repagadora del deudor empeora.