Petróleo: futuribles y futurables en la misma calesita

El crudo tejano intermedio llegó al pico de US$ 111 en marzo. Por supuesto, los modelos basados en la contracción de reservas probadas –por déficit exploratorio- apuntan nuevamente a US$ 120 en corto plazo. Algunos expertos hablan de 140.

Ya en 2006, una simulación hecha en Davos sostuvo que ni el terrorismo mayorista podría impedir que las existencias cubicadas cubriesen la demanda adicional… durante algunos años. Pero, claro, todo tiene un precio y éste bien pudiera ser este trimestre US$ 120 el barril de WTI. Dicho de otro modo, el petróleo y otros insumos primarios seguirán figurando al frente de los factores críticos en la economía mundial. Los alimentos ya protagonizan su propia burbuja.

En otras palabras, nada llega a ocultar el problema de fondo: carencia de reservas cubicadas y capacidad productiva, problemas geopolíticos (Irán, golfo Pérsico, Nigeria) y pertinacia del consumo norteamericano –recién estos días da señales de ceder- se conjugan en un horizonte de US$ 120, 12/15% sobre el valor a dólares corrientes del récord marcado en 1980. Recién ahora surge un factor “tranquilizante”: el PBI pierde impulso en Estados Unidos y, con él, la demanda de combustibles.

Cabe recordar que, a mediados de 2007, el “Economist” se animaba a pronosticar hasta US$ 160. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia al asunto, porque no afectaba a economías centrales- venía fomentando desde tiempo atrás la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas pesan en el semanario mercantilista y quieren dividendos cada año superiores, aunque luego todo se venga abajo.

También influía el año pasado un flagrante alarmismo mostrado por Londres, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda. Ya en abril de 2008, eso todavía no ha sucedido. Hace dos años, el Pentágono desempolvaba un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”, retomado –hace poco- vía amenazas de Nicolas Sarkozy a Irán. Pero, después, la inteligencia norteamericana confesaba que Tehrán había abandonado sus proyectos nucleares bélicos en 2003.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede pasar los 110 dólares ya, en el clima geopolítico que vive el mundo.

Ya en 2006, una simulación hecha en Davos sostuvo que ni el terrorismo mayorista podría impedir que las existencias cubicadas cubriesen la demanda adicional… durante algunos años. Pero, claro, todo tiene un precio y éste bien pudiera ser este trimestre US$ 120 el barril de WTI. Dicho de otro modo, el petróleo y otros insumos primarios seguirán figurando al frente de los factores críticos en la economía mundial. Los alimentos ya protagonizan su propia burbuja.

En otras palabras, nada llega a ocultar el problema de fondo: carencia de reservas cubicadas y capacidad productiva, problemas geopolíticos (Irán, golfo Pérsico, Nigeria) y pertinacia del consumo norteamericano –recién estos días da señales de ceder- se conjugan en un horizonte de US$ 120, 12/15% sobre el valor a dólares corrientes del récord marcado en 1980. Recién ahora surge un factor “tranquilizante”: el PBI pierde impulso en Estados Unidos y, con él, la demanda de combustibles.

Cabe recordar que, a mediados de 2007, el “Economist” se animaba a pronosticar hasta US$ 160. Naturalmente, el semanario inglés –que en tiempos del maremoto asiático restaba importancia al asunto, porque no afectaba a economías centrales- venía fomentando desde tiempo atrás la idea de crudos muy, muy caros. Ello responde a los intereses de British Petroleum y Royal Dutch/Shell, cuyos accionistas pesan en el semanario mercantilista y quieren dividendos cada año superiores, aunque luego todo se venga abajo.

También influía el año pasado un flagrante alarmismo mostrado por Londres, que anunciaba otro ataque de al Qa’eda. Ya en abril de 2008, eso todavía no ha sucedido. Hace dos años, el Pentágono desempolvaba un plan de “ataques nucleares preventivos contra países peligrosos”, retomado –hace poco- vía amenazas de Nicolas Sarkozy a Irán. Pero, después, la inteligencia norteamericana confesaba que Tehrán había abandonado sus proyectos nucleares bélicos en 2003.

En cuanto a reservas, expertos de diversas entidades –compañías, OPEP, gobiernos, AIEC- vislumbran una prolongada fase descendente en materia de combustibles fósiles económicamente explotables. Algunos de ellos subrayan que el WTI puede pasar los 110 dólares ya, en el clima geopolítico que vive el mundo.

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