Capellas abandona Hewlett-Packard rumbo a WorldCom

"Un cachetazo a Carly Fiorina", decían anoche por la TV neoyorquina. "Nunca creyó en la fusión de Compaq Computer con Hewlett-Packard", afirmaban en Londres. Lo cierto es que Michael Capellas de pronto se marchó a WorldCom, o sea "MCI 2".

12 noviembre, 2002

Teóricamente, la jornada del lunes debió haber sido dominada
por el retroceso generalizado de las principales bolsas y un euro que rozó
US$ 1,02. O por el alza de costos para automotrices, debido al proteccionismo
siderúrgico del gobierno Bush. Pero la noticia central se originó
en Michael Capellas, el ex CEO de Compaq, un hombre que mantuvo perfil
bajísimo durante el largo, agitado proceso de fusión entre Hewlett-Packard
y su firma, una operación por US$ 19.000 millones.

Sin siquiera anticipar su decisión a Carly Fiorina (que le había
dado un cargo simbólico en la empresa), Capellas renunció anoche
a ese puesto. Según casi todos los analistas, los amigos del ex CEO y
la interna de H-P -que está empezando a deteriorar a la propia Fiorina-,
el grecoamericano se abocará a la tarea de reestructurar WorldCom y,
probablemente, relanzarla como "MCI 2" (Mobile Communications International
II
).

Por de pronto, accionistas, inversores y firmas de valores con papeles de H-P
están inquietos y temen que la repentina dimisión de Capellas
(que ni siquiera se hablaba con Fiorina) complique la consolidación entre
las estructuras de H-P y Compaq. De hecho, ayer mejoraban las
perspectivas de WorldCom y caían 11% las acciones de H-P.
Ello equivale a unos US$ 5.000 millones de descapitalización bursátil
en seis horas.

Wall Street ahora observa a los dos principales ex colaboradores de Capellas
que sobreviven en H-P. Es decir Peter Blackmore (hardware para empresas)
y Michael Winkler (director operativo). "Aunque Fiorina quería marginarlo,
Capellas era clave en el proceso de integración entre ambos equipos",
opina BancOne Investment Advisors.

Teóricamente, la jornada del lunes debió haber sido dominada
por el retroceso generalizado de las principales bolsas y un euro que rozó
US$ 1,02. O por el alza de costos para automotrices, debido al proteccionismo
siderúrgico del gobierno Bush. Pero la noticia central se originó
en Michael Capellas, el ex CEO de Compaq, un hombre que mantuvo perfil
bajísimo durante el largo, agitado proceso de fusión entre Hewlett-Packard
y su firma, una operación por US$ 19.000 millones.

Sin siquiera anticipar su decisión a Carly Fiorina (que le había
dado un cargo simbólico en la empresa), Capellas renunció anoche
a ese puesto. Según casi todos los analistas, los amigos del ex CEO y
la interna de H-P -que está empezando a deteriorar a la propia Fiorina-,
el grecoamericano se abocará a la tarea de reestructurar WorldCom y,
probablemente, relanzarla como "MCI 2" (Mobile Communications International
II
).

Por de pronto, accionistas, inversores y firmas de valores con papeles de H-P
están inquietos y temen que la repentina dimisión de Capellas
(que ni siquiera se hablaba con Fiorina) complique la consolidación entre
las estructuras de H-P y Compaq. De hecho, ayer mejoraban las
perspectivas de WorldCom y caían 11% las acciones de H-P.
Ello equivale a unos US$ 5.000 millones de descapitalización bursátil
en seis horas.

Wall Street ahora observa a los dos principales ex colaboradores de Capellas
que sobreviven en H-P. Es decir Peter Blackmore (hardware para empresas)
y Michael Winkler (director operativo). "Aunque Fiorina quería marginarlo,
Capellas era clave en el proceso de integración entre ambos equipos",
opina BancOne Investment Advisors.

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