WorldCom: Sullivan, acusado de fraude con agravantes
Scott D. Sullivan, despedido en junio como director financiero de WorldCom, fue acusado ayer formalmente de planear y realizar un fraude contable por US$ 7.180 millones. Eso llevó a la mayor bancarrota privada en la historia norteamericana.
29 agosto, 2002
Sullivan (40 años) también será procesado por elevar declaraciones
falsas a la Securities & Exchange Commission, en un intento de engañar
a accionistas e inversores inflando utilidades. La empresa admite haber disimulado
gastos en los balances de 1999, 2000 y 2002. Junto con Sullivan, ha sido acusado
Buford Yates (hijo), ex director de contabilidad, y posiblemente aparezcan involucrados
dos funcionarios más.
Justicia, la SEC y los fiscales se han movido con mayor celeridad en el asunto
WorldCom por dos motivos: (a) es la matriz de MCI, una red de larga distancia
que llegó a transportar la mitad del tráfico por Internet, y (b)
el gobierno no quiere ser sospechado por demoras y vacilaciones como las evidenciadas
en el caso Enron.
Por supuesto, faltan en WorldCom ingredientes políticos que sobraban
en Enron. Entre ellos, los nexos con la familia Bush y las activas presiones
del vicepresidente Richard Cheney para trabar investigaciones y revelaciones.
Sullivan (40 años) también será procesado por elevar declaraciones
falsas a la Securities & Exchange Commission, en un intento de engañar
a accionistas e inversores inflando utilidades. La empresa admite haber disimulado
gastos en los balances de 1999, 2000 y 2002. Junto con Sullivan, ha sido acusado
Buford Yates (hijo), ex director de contabilidad, y posiblemente aparezcan involucrados
dos funcionarios más.
Justicia, la SEC y los fiscales se han movido con mayor celeridad en el asunto
WorldCom por dos motivos: (a) es la matriz de MCI, una red de larga distancia
que llegó a transportar la mitad del tráfico por Internet, y (b)
el gobierno no quiere ser sospechado por demoras y vacilaciones como las evidenciadas
en el caso Enron.
Por supuesto, faltan en WorldCom ingredientes políticos que sobraban
en Enron. Entre ellos, los nexos con la familia Bush y las activas presiones
del vicepresidente Richard Cheney para trabar investigaciones y revelaciones.