Tratar al jefe como a un cliente

Su éxito futuro – tanto dentro como fuera de la compañía en que trabaja– depende de las referencias que de usted dé su jefe, dice Cynthia Shapiro en su libro "Corporate Confidential." De modo que conviene imaginar que el jefe es un cliente.

25 septiembre, 2007

Una encuesta reciente de Gallup descubrió que una mala relación con el jefe (o la jefa) es la razón número uno que da la gente para explicar por qué abandona un empleo. Eso no es lo aconsejable para quien quiera no sólo conservar su empleo sino avanzar dentro de la organización. Mantener una relación antagónica con un supervisor es algo equivalente a cortar de cuajo una carrera, dice Shapiro”. Por más calificaciones que ostente usted, si su relación con el jefe no es buena, su empleo no estará seguro,” advierte Shapiro.

¿Cómo, entonces, superar la natural aversión a que nos digan qué hacer? El truco, dice Shapiro, es tratarlo como si fuera un cliente. Pretender que usted tiene negocio propio y que su jefe es el cliente más importante y más difícil que tiene.

Sus consejos:
Pregúntese cómo puede brindarse un servicio de calidad, y qué puede hacer para diferenciarse de la competencia. Luego hágalo. Cuando ese jefe dice algo que le deja molesto, trátelo como lo haría con cualquier otro cliente: con respeto. No olvide que su fuente de ingresos depende de que logre complacer a ese cliente.

Aunque a usted no le guste su jefa, es imperativo que encuentre la manera de respetarla, recomienda la autora. De modo que si ya ha caído en una relación conflictiva, tráguese su orgullo y dedíquese a reparar el daño. Pida disculpas por su mala actitud y asegúrese de que se compromete a mejorar su desempeño.

Una encuesta reciente de Gallup descubrió que una mala relación con el jefe (o la jefa) es la razón número uno que da la gente para explicar por qué abandona un empleo. Eso no es lo aconsejable para quien quiera no sólo conservar su empleo sino avanzar dentro de la organización. Mantener una relación antagónica con un supervisor es algo equivalente a cortar de cuajo una carrera, dice Shapiro”. Por más calificaciones que ostente usted, si su relación con el jefe no es buena, su empleo no estará seguro,” advierte Shapiro.

¿Cómo, entonces, superar la natural aversión a que nos digan qué hacer? El truco, dice Shapiro, es tratarlo como si fuera un cliente. Pretender que usted tiene negocio propio y que su jefe es el cliente más importante y más difícil que tiene.

Sus consejos:
Pregúntese cómo puede brindarse un servicio de calidad, y qué puede hacer para diferenciarse de la competencia. Luego hágalo. Cuando ese jefe dice algo que le deja molesto, trátelo como lo haría con cualquier otro cliente: con respeto. No olvide que su fuente de ingresos depende de que logre complacer a ese cliente.

Aunque a usted no le guste su jefa, es imperativo que encuentre la manera de respetarla, recomienda la autora. De modo que si ya ha caído en una relación conflictiva, tráguese su orgullo y dedíquese a reparar el daño. Pida disculpas por su mala actitud y asegúrese de que se compromete a mejorar su desempeño.

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