La Comisión Europea reaccionó contra IMS, líder mundial en la recolección de datos sobre prescripción y venta de productos farmacéuticos, tras haber recibido quejas de otras dos compañías, la europea Source Information Belgium (SIB) y la también estadounidense National Dator Corporation (NDC).
La Comisión decidió entonces investigar las prácticas de venta de IMS, especialmente sus descuentos por fidelidad, “y llegó a la conclusión preliminar que tales prácticas hacen muy difícil la entrada o el mantenimiento de nuevos competidores en el mercado en cuestión”.
Los servicios que presta IMS sobre seguimiento de ventas y prescripciones de productos farmacéuticos son esenciales para los laboratorios farmacéuticos.
Con ellos, recuerda la Comisión en un comunicado, pueden evaluar la cuota de mercado de sus medicamentos con respecto a los de sus competidores y los resultados de la gestión de sus visitantes médicos ante los facultativos.
La compañía IMS, presente en 100 países con una cifra de negocio de US$ 1.400 millones en 1999, proporciona a las empresas del sector todos los datos relativos a la venta de productos en farmacia y a las recetas de los médicos.
La investigación de Bruselas ha permitido constatar que esta empresa condiciona la venta de algunos de sus servicios a la compra previa de otros sobre un mismo mercado geográfico o en distintos mercados geográficos.
Además, según la Comisión, IMS concede a ciertos laboratorios farmacéuticos rebajas por fidelidad y descuentos globales o internacionales, que no se fundan en criterios objetivos y transparentes.
Ejecutivo comunitario estima que este tipo de prácticas, por parte de una empresa en posición dominante, falsea la competencia entre operadores rivales y constituye una barrera importante para un nuevo entrante potencial.
La Comisión ha decidido, por tanto, enviar a la citada empresa una comunicación de objeciones, es decir, un documento preliminar con el que se abre un procedimiento pero que no supone todavía ningún veredicto definitivo de Bruselas en torno a este caso.
IMS está invitada a responder por escrito a esta comunicación en un plazo de dos meses y, si Bruselas considera que su respuesta no modifica su conclusión preliminar, la Comisión deberá decidir si es necesaria una decisión de prohibición o si, eventualmente, está justificada una multa.
Y si la compañía no está de acuerdo con la decisión que adopte Bruselas, tiene la opción de recurrir ante los Tribunales europeos de Luxemburgo.
La Comisión Europea reaccionó contra IMS, líder mundial en la recolección de datos sobre prescripción y venta de productos farmacéuticos, tras haber recibido quejas de otras dos compañías, la europea Source Information Belgium (SIB) y la también estadounidense National Dator Corporation (NDC).
La Comisión decidió entonces investigar las prácticas de venta de IMS, especialmente sus descuentos por fidelidad, “y llegó a la conclusión preliminar que tales prácticas hacen muy difícil la entrada o el mantenimiento de nuevos competidores en el mercado en cuestión”.
Los servicios que presta IMS sobre seguimiento de ventas y prescripciones de productos farmacéuticos son esenciales para los laboratorios farmacéuticos.
Con ellos, recuerda la Comisión en un comunicado, pueden evaluar la cuota de mercado de sus medicamentos con respecto a los de sus competidores y los resultados de la gestión de sus visitantes médicos ante los facultativos.
La compañía IMS, presente en 100 países con una cifra de negocio de US$ 1.400 millones en 1999, proporciona a las empresas del sector todos los datos relativos a la venta de productos en farmacia y a las recetas de los médicos.
La investigación de Bruselas ha permitido constatar que esta empresa condiciona la venta de algunos de sus servicios a la compra previa de otros sobre un mismo mercado geográfico o en distintos mercados geográficos.
Además, según la Comisión, IMS concede a ciertos laboratorios farmacéuticos rebajas por fidelidad y descuentos globales o internacionales, que no se fundan en criterios objetivos y transparentes.
Ejecutivo comunitario estima que este tipo de prácticas, por parte de una empresa en posición dominante, falsea la competencia entre operadores rivales y constituye una barrera importante para un nuevo entrante potencial.
La Comisión ha decidido, por tanto, enviar a la citada empresa una comunicación de objeciones, es decir, un documento preliminar con el que se abre un procedimiento pero que no supone todavía ningún veredicto definitivo de Bruselas en torno a este caso.
IMS está invitada a responder por escrito a esta comunicación en un plazo de dos meses y, si Bruselas considera que su respuesta no modifica su conclusión preliminar, la Comisión deberá decidir si es necesaria una decisión de prohibición o si, eventualmente, está justificada una multa.
Y si la compañía no está de acuerdo con la decisión que adopte Bruselas, tiene la opción de recurrir ante los Tribunales europeos de Luxemburgo.
