En inglés se llaman los avisos “pop-up”, porque aparecen de pronto, como si brotaran de la nada para plantarse ante nuestros ojos. Algunos son tercos. Están preparados para volver a aparecer por más que uno trate de quitárselos de la vista. Y suelen ser muchos cuando uno visita determinados sitios.
A los anunciantes les gustan porque nadie puede dejar de verlos. Los usuarios los detestan porque se colocan delante de lo que quieren leer y deben cliquear más de una vez para hacer que se vayan.
Por lo general las empresas de Internet no han tenido problemas en recibir esos avisos, porque cuanto más activas son las formas que toma la publicidad, más caro cobran los banners.
AOL, sin embargo, acaba de anunciar a través de su departamento de marketing, que sus nuevos programas liberarán al usuario del fastidio de los avisos saltones. “Si al consumidor le molesta, no hay que hacerlo, dijo su vicepresidente Ted Leonsis.
MSN y Yahoo, los dos grandes rivales de AOL, se niegan a rechazarlos totalmente. Michelle Rutter, jefa de ventas para toda Europa de MSN, dice que tienen en preparación varios formatos diferentes. Lindsay Biggart, directora de marketing de Yahoo Gran Bretaña e Irlanda, dice que la encuesta que han realizado entre sus consumidores demuestra que los “pop-up” tienen un efecto negativo sobre la marca, tanto para ellos como para el anunciante. Además, dijo Rutter, el usuario debería poder eliminarlo de su pantalla con facilidad.
Este tipo de aviso surgió de la necesidad que tenían los anunciantes en Internet de encontrar algún término medio entre el aviso gráfico – que no interrumpe la lectura de un artículo – y el aviso de televisión, que corta la continuidad de la programación pero se escuda en su condición de interesante. El modelo impreso son los banners sencillos, pero los nuevos formatos permiten que los avisos se coloquen prominentemente en el centro de la pantalla y hasta que se escapen del cursor cuando uno los quiere hacer desparecer.
Lo cierto es que los sitios de Internet – para mejorar sus ingresos publicitarios — necesitan encontrar una forma que satisfaga tanto a los anunciantes como a los usuarios.
En inglés se llaman los avisos “pop-up”, porque aparecen de pronto, como si brotaran de la nada para plantarse ante nuestros ojos. Algunos son tercos. Están preparados para volver a aparecer por más que uno trate de quitárselos de la vista. Y suelen ser muchos cuando uno visita determinados sitios.
A los anunciantes les gustan porque nadie puede dejar de verlos. Los usuarios los detestan porque se colocan delante de lo que quieren leer y deben cliquear más de una vez para hacer que se vayan.
Por lo general las empresas de Internet no han tenido problemas en recibir esos avisos, porque cuanto más activas son las formas que toma la publicidad, más caro cobran los banners.
AOL, sin embargo, acaba de anunciar a través de su departamento de marketing, que sus nuevos programas liberarán al usuario del fastidio de los avisos saltones. “Si al consumidor le molesta, no hay que hacerlo, dijo su vicepresidente Ted Leonsis.
MSN y Yahoo, los dos grandes rivales de AOL, se niegan a rechazarlos totalmente. Michelle Rutter, jefa de ventas para toda Europa de MSN, dice que tienen en preparación varios formatos diferentes. Lindsay Biggart, directora de marketing de Yahoo Gran Bretaña e Irlanda, dice que la encuesta que han realizado entre sus consumidores demuestra que los “pop-up” tienen un efecto negativo sobre la marca, tanto para ellos como para el anunciante. Además, dijo Rutter, el usuario debería poder eliminarlo de su pantalla con facilidad.
Este tipo de aviso surgió de la necesidad que tenían los anunciantes en Internet de encontrar algún término medio entre el aviso gráfico – que no interrumpe la lectura de un artículo – y el aviso de televisión, que corta la continuidad de la programación pero se escuda en su condición de interesante. El modelo impreso son los banners sencillos, pero los nuevos formatos permiten que los avisos se coloquen prominentemente en el centro de la pantalla y hasta que se escapen del cursor cuando uno los quiere hacer desparecer.
Lo cierto es que los sitios de Internet – para mejorar sus ingresos publicitarios — necesitan encontrar una forma que satisfaga tanto a los anunciantes como a los usuarios.