sábado, 28 de diciembre de 2024

Gasto regresivo: ¿celulares y banda ancha sí, fideos no?

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Quienes siguen el gasto doméstico vienen notando la substitución de ciertos consumos por servicios como telefonía, Internet y TV por cable. En los últimos años, la participación de teléfonos y la Red ha aumentado a costa de otros sectores.

Así sostiene Carrier y Asociados. “Tomando el uso promedio de esos servicios y considerando el universo de hogares que tienen al menos una línea fija, se encuentra que el gasto promedio en telecomunicaciones representa hasta casi 10% del ingreso familiar, dependiendo del nivel socioeconómico”. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2004”, realizado por los consultores.

Lo notable es que “la proporción del gasto aumenta en la medida que disminuye el ingreso familiar promedio, según la encuesta permanente de hogares que realiza el Indec”. Así, una típica familia clase alta insume en telecomunicaciones equivale 4,3% de su ingreso mensual, pero “en el otro extremo, un hogar típico de clase media baja representa 9,4% (alrededor de $ 100)”.

Presuponiendo que las tarifas de cada servicio de telecomunicaciones no varían según el nivel sociecoeconómico, aunque haya hondas diferencias en ingresos, es obvio que el uso de esos servicios representa proporcionalmente un esfuerzo mucho mayor por parte de quienes menos tienen. Lo interesante entonces es determinar cuáles fueron los rubros que se vieron reducidos o eliminados para financiar el creciente gasto en telecomunicaciones.

Es dable sospechan, empero, (a) una falla estadigráfica, (b) una lectura sesgada de los números, o bien (b) conductas regresivas de un público que sacrifica gastos necesarios (educación, alimentación, salud y mantenimiento de la casa, probablemente) en pos de una ilusión. Algo así como comprarse un equipo de DVD para escuchar cumbia villera o una TV plásmica para ver a Susana Giménez.

Así sostiene Carrier y Asociados. “Tomando el uso promedio de esos servicios y considerando el universo de hogares que tienen al menos una línea fija, se encuentra que el gasto promedio en telecomunicaciones representa hasta casi 10% del ingreso familiar, dependiendo del nivel socioeconómico”. Esto surge del informe “Telecomunicaciones residenciales 2004”, realizado por los consultores.

Lo notable es que “la proporción del gasto aumenta en la medida que disminuye el ingreso familiar promedio, según la encuesta permanente de hogares que realiza el Indec”. Así, una típica familia clase alta insume en telecomunicaciones equivale 4,3% de su ingreso mensual, pero “en el otro extremo, un hogar típico de clase media baja representa 9,4% (alrededor de $ 100)”.

Presuponiendo que las tarifas de cada servicio de telecomunicaciones no varían según el nivel sociecoeconómico, aunque haya hondas diferencias en ingresos, es obvio que el uso de esos servicios representa proporcionalmente un esfuerzo mucho mayor por parte de quienes menos tienen. Lo interesante entonces es determinar cuáles fueron los rubros que se vieron reducidos o eliminados para financiar el creciente gasto en telecomunicaciones.

Es dable sospechan, empero, (a) una falla estadigráfica, (b) una lectura sesgada de los números, o bien (b) conductas regresivas de un público que sacrifica gastos necesarios (educación, alimentación, salud y mantenimiento de la casa, probablemente) en pos de una ilusión. Algo así como comprarse un equipo de DVD para escuchar cumbia villera o una TV plásmica para ver a Susana Giménez.

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