domingo, 22 de diciembre de 2024

Los estereotipos disminuyen el rendimiento académico de las mujeres

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Un estudio de The National Academies de Estados Unidos ha descubierto que los estereotipos sociales condicionan el rendimiento académicos de las mujeres, propiciando una caída de hasta 90% en los estudios cuando no son adecuadamente valoradas.

Determinados prejuicios acaban restando importancia a las capacidades académicas de las mujeres, lo que ocasiona que muchas reduzcan el nivel de su propio rendimiento, aseguran los autores de la investigación, que proceden de las universidades de Chicago, Miami y California.

Esta conclusión está basada en los resultados obtenidos en un experimento con 200 mujeres con grandes dotes para las matemáticas. Para conocer la influencia de los estereotipos negativos en su rendimiento, se dividió este grupo en dos subgrupos. A las participantes del primer subgrupo se les dijo que formaban parte de una investigación sobre su rendimiento en matemáticas.

A las demás, en cambio, se les comunicó que el estudio iba destinado a averiguar por qué los hombres siempre eran mejores en matemáticas que las mujeres.

El primer subgrupo hizo bien su trabajo, e incluso aumentó su nivel de rendimiento en la prueba, mientras que el segundo registró una reducción de su nivel de 90% a 80%. Estas mujeres tampoco rindieron bien en una prueba de memoria posterior al test de matemáticas.

El estudio, publicado bajo el título Beyond Bias and Barriers: Fulfilling the Potential of Women in Academic Science and Engineering, concluye que las mujeres están poco representadas en los niveles académicos más altos debido a la influencia de los prejuicios y desventajas que éstos producen generalmente.

Como consecuencia de dichos prejuicios, las mujeres suelen estar subestimadas en estos medios académicos y los hombres, sobrevalorados, aseguran los investigadores.

Eliminar los prejuicios

El presente estudio de The National Academies respalda los resultados de una investigación anterior, publicada en 2006 bajo el título: To Recruit and Advance: Women Students and Faculty in Science and Engineering.

Dicha investigación reveló que las estudiantes en edad de instituto tendían a no escoger las asignaturas de los niveles más altos de matemáticas y ciencia. El informe señalaba que, para evitar esta situación, resultaría de gran importancia que a las niñas, desde pequeñas, se les hiciera ver en el colegio la importancia de las mujeres para la ciencia, la ingeniería o las matemáticas, de manera que no se sientan condicionadas negativamente al elegir.

En otro comunicado se explica al respecto que las mujeres hacen frente a barreras y obstáculos en su promoción dentro de las áreas de investigación de las universidades en muchas ramas de la ciencia y de la ingeniería, lo que supone una pérdida de talento para la sociedad.

Donna Shalala, presidenta de la universidad de Miami y directora de esta primera investigació,n señala la necesidad de cambios fundamentales en la cultura y en las oportunidades que se ofrecen a las jóvenes en las universidades estadounidenses.

Aún así, y como señalaba dicho comunicado, se han hecho ya grandes avances: hace 40 años, sólo el 3% de los científicos y técnicos de Estados Unidos eran mujeres. En 2003 esa cifra era de casi una mujer por cada cinco científicos. Entre 2000 y 2006, las mujeres obtuvieron más de la mitad de las licenciaturas de ciencia e ingeniería del país.

Sin embargo, su representación en la universidad y facultades no refleja estos logros: sigue habiendo cuatro veces más hombres que mujeres en puestos universitarios a tiempo completo. Además, sigue habiendo diferencias salariales, en cantidad de honores recibidos y sigue siendo desigual el reparto de las posiciones de liderazgo.

Europa y España

En Europa la situación no es muy distinta a la de Estados Unidos. Según un informe de 2006 del Parlamento Europeo titulado “Informe sobre la discriminación de las mujeres jóvenes y las niñas en materia de educación ”, en Europa las mujeres superan a los hombres en cuanto a número de licenciados con un total del 59%. No obstante, su presencia disminuye al ir ascendiendo en la carrera, y esta cifra se ve reducida a un 43% de doctorados y sólo un 15% de catedráticos.

En lo que se refiere a España, ha habido una clara evolución en este ámbito, según un informe elaborado por el Instituto de la Mujer: en el curso 1995-1996, un 47,7% de los alumnos matriculados en un tercer ciclo universitario (doctorado) eran mujeres. Esta cifra se elevó al 51,2% en el curso 2004-2005, aunque hay que decir que en 2006 poco más del 30% de los alumnos que acabaron sus estudios de doctorado fueron mujeres.

A lo largo del curso 2004-2005, la cifra de mujeres matriculadas en ingenierías fue tan sólo del 25,4%, mientras que el 70,3% de los alumnos inscritos en una diplomatura pertenecían al sexo femenino.

Determinados prejuicios acaban restando importancia a las capacidades académicas de las mujeres, lo que ocasiona que muchas reduzcan el nivel de su propio rendimiento, aseguran los autores de la investigación, que proceden de las universidades de Chicago, Miami y California.

Esta conclusión está basada en los resultados obtenidos en un experimento con 200 mujeres con grandes dotes para las matemáticas. Para conocer la influencia de los estereotipos negativos en su rendimiento, se dividió este grupo en dos subgrupos. A las participantes del primer subgrupo se les dijo que formaban parte de una investigación sobre su rendimiento en matemáticas.

A las demás, en cambio, se les comunicó que el estudio iba destinado a averiguar por qué los hombres siempre eran mejores en matemáticas que las mujeres.

El primer subgrupo hizo bien su trabajo, e incluso aumentó su nivel de rendimiento en la prueba, mientras que el segundo registró una reducción de su nivel de 90% a 80%. Estas mujeres tampoco rindieron bien en una prueba de memoria posterior al test de matemáticas.

El estudio, publicado bajo el título Beyond Bias and Barriers: Fulfilling the Potential of Women in Academic Science and Engineering, concluye que las mujeres están poco representadas en los niveles académicos más altos debido a la influencia de los prejuicios y desventajas que éstos producen generalmente.

Como consecuencia de dichos prejuicios, las mujeres suelen estar subestimadas en estos medios académicos y los hombres, sobrevalorados, aseguran los investigadores.

Eliminar los prejuicios

El presente estudio de The National Academies respalda los resultados de una investigación anterior, publicada en 2006 bajo el título: To Recruit and Advance: Women Students and Faculty in Science and Engineering.

Dicha investigación reveló que las estudiantes en edad de instituto tendían a no escoger las asignaturas de los niveles más altos de matemáticas y ciencia. El informe señalaba que, para evitar esta situación, resultaría de gran importancia que a las niñas, desde pequeñas, se les hiciera ver en el colegio la importancia de las mujeres para la ciencia, la ingeniería o las matemáticas, de manera que no se sientan condicionadas negativamente al elegir.

En otro comunicado se explica al respecto que las mujeres hacen frente a barreras y obstáculos en su promoción dentro de las áreas de investigación de las universidades en muchas ramas de la ciencia y de la ingeniería, lo que supone una pérdida de talento para la sociedad.

Donna Shalala, presidenta de la universidad de Miami y directora de esta primera investigació,n señala la necesidad de cambios fundamentales en la cultura y en las oportunidades que se ofrecen a las jóvenes en las universidades estadounidenses.

Aún así, y como señalaba dicho comunicado, se han hecho ya grandes avances: hace 40 años, sólo el 3% de los científicos y técnicos de Estados Unidos eran mujeres. En 2003 esa cifra era de casi una mujer por cada cinco científicos. Entre 2000 y 2006, las mujeres obtuvieron más de la mitad de las licenciaturas de ciencia e ingeniería del país.

Sin embargo, su representación en la universidad y facultades no refleja estos logros: sigue habiendo cuatro veces más hombres que mujeres en puestos universitarios a tiempo completo. Además, sigue habiendo diferencias salariales, en cantidad de honores recibidos y sigue siendo desigual el reparto de las posiciones de liderazgo.

Europa y España

En Europa la situación no es muy distinta a la de Estados Unidos. Según un informe de 2006 del Parlamento Europeo titulado “Informe sobre la discriminación de las mujeres jóvenes y las niñas en materia de educación ”, en Europa las mujeres superan a los hombres en cuanto a número de licenciados con un total del 59%. No obstante, su presencia disminuye al ir ascendiendo en la carrera, y esta cifra se ve reducida a un 43% de doctorados y sólo un 15% de catedráticos.

En lo que se refiere a España, ha habido una clara evolución en este ámbito, según un informe elaborado por el Instituto de la Mujer: en el curso 1995-1996, un 47,7% de los alumnos matriculados en un tercer ciclo universitario (doctorado) eran mujeres. Esta cifra se elevó al 51,2% en el curso 2004-2005, aunque hay que decir que en 2006 poco más del 30% de los alumnos que acabaron sus estudios de doctorado fueron mujeres.

A lo largo del curso 2004-2005, la cifra de mujeres matriculadas en ingenierías fue tan sólo del 25,4%, mientras que el 70,3% de los alumnos inscritos en una diplomatura pertenecían al sexo femenino.

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