El actual estado de cosas involucra US$ 143.700 millones en deuda regularizada, 6.154 millones en deuda vencida con el club de París y 23.560 millones en deuda vencida con bonistas que se excluyeron en 2005 del canje original. <br />
<br />
Por supuesto, también cambió el gobierno: despedidos Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen, Néstor Kirchner dejó de tener política financiera exterior. Había una solitaria excepción: el banco central, autónomo, bajo el “ortodoxo” Martín Pérez Redrado. <br />
<br />
<p> En cierto sentido, la presidente empieza a diferenciarse de su antecesor y se aproxima al banco central vía Sergio Massa, jefe de gabinete que no comulga con los “pingüinos santacruceños”. También puede sospecharse un acercamiento a Lavagna y su grupo pragmático. </p>
<p> En términos literales, Argentina salió del cese selectivo de pagos (“<em>default</em>” no existe en castellano), que abarcaba tenedores de bonos –colocados por banqueros que ocultaban su carácter de “chatarra”-, club de París, España, etc. En 2005, se ofreció a los acreedores un canje con quita y 76% de ellos aceptó. Por ende, las agencia calificadora sacaron al país de la categoría D (cese de pagos). </p>
<p> En 2007 se renegoció con España y, semanas atrás, se iniciaron contactos con el club, demorados luego por la crisis financiera más espectacular que vive Occidente desde 1929/32. Sea como fuere, Buenos Aires propone a los bonistas un canje adicional –no una reapertura, imposible en los términos de 2005. En vez de elegir entre tres clases de papeles, sólo pueden tomar un título con 66% de descuento, sin pago adelantado en efectivo de los intereses pendientes desde 2003. </p>
<p> De prosperar el esquema, el país volverá al mercado voluntario de crédito, evitará nuevos embargos y se sacará de encima jueces como el neoyorquino Thomas Griesa, aliado de algunos fondos buitres. Argentina afrontará considerables vencimientos en 2009/10, salvo que recompre títulos, en un contexto internacional difícil: el plan de rescate lanzado por Henry Paulson (hacienda) implica –detalle poco meneado- elevar a US$ 11,315 billones la deuda pública federal sin respaldo. </p>
<p> Tarde o temprano, eso secará los mercados mundiales de crédito. Hay otra posibilidad: dejarlos al arbitrio de la Eurozona, Japón, China (dos tenedores masivos de bonos norteamericanos) y los países del golfo Pérsico. Entretanto, Latinoamérica deberá engancharse a Brasil, futura potencia petrolera.</p>
Oferta y nueva actitud de los bonistas que se autoexcluyeron del canje anterior
Técnicamente y pese a los gurúes locales, Argentina no reabre el canje original, sino que ofrece otro, con 66% de quita sobre valores nominales. No hemos cambiado, sino que lo han hecho los bonistas, sostuvo Cristina Fernández Kirchner.